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¿Haces bien en enojarte tanto?

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: ¿Haces bien en enojarte tanto? – Pecado del enojo

Predicas Cristianas Lectura Bíblica de Hoy: Jonás 4

INTRODUCCIÓN:

Mi hermano, ¿cuántas veces se enoja usted al día? Bueno, algunos estudios que se han hecho al respecto nos muestran que una persona a los 20 años puede enojarse hasta cinco veces al día. A los 30 años tres veces por día y después de los 50 uno o dos veces. Ahora si usted está sobre los 60 y se enoja varias veces al día, es posible que tenga el síndrome de Jonás. ¿Cuál era ese síndrome?

Pues que él no quería que la gente de Nínive se salvara. Así de simple. Este capítulo podría titularse, parafraseando al filósofo René Descartes, quien dijo: “Pienso y luego existo”, que Jonás dijera: “me enojo y luego existo”. Fue este mismo filósofo que dijo: “Vive feliz el que vive escondido”.

Al parecer Jonás tenía la misma filosofía de vida. Tengo la impresión que cuando Jonás nació, en lugar de llorar protestó. Y su protesta pudo ser que él no quería salir de donde estaba tan cómodamente. Me lo imagino como adolescente. Seguramente sus padres lo formaron diciéndole que los únicos que podían salvarse eran los judíos y que los ninivitas, en representación de los gentiles, era gente despreciada que lo único que merecían era el juicio del cielo. Y así creció y vivió muy seguro en su territorio.

Pero un día Dios lo llamó para el ministerio y lo comisió para un trabajo lejos del lugar donde vivió, para ir a predicar a la gente que él más despreció. Amados míos, enojarse contra otro es olvidar las misericordias que Dios ha tenido conmigo.

El presente capítulo nos muestra al final de todo que hay actitudes en la vida que parecieran no cambiar, aun viendo el amor y la misericordia de Dios. Que a pesar de ser reprendidos, zarandeados, bapuliados, mecidos y hasta llevado al borde de un la muerte, todavía se puede persistir en un actitudes muy feas. Jonás no cometió los pecados que cometió el rey David,  pero su enojo era igual que esos feos pecados de la carne.

El enojo es un pecado del carácter y eso debe ser erradicado de nuestras vidas. Qué nos revela la pregunta del presente mensaje. Por qué el Señor confronta al profeta de esta manera.

I. EL PECADO DEL ENOJO TERMINA ECHÁNDOLE LA CULPA A DIOS

a. Revela una actitud egoísta (vers. 1).

Observe la forma cómo el autor del libro nos presenta este versículo. Que distinto sería este texto si comenzara diciendo algo así: “Pero Jonás se alegró en extremo” que los ninivitas se hayan arrepentido. Pero eso no dice la Biblia. Este hombre, dominado por un sentimiento tan fuerte, egoísta, porque no quería la salvación de estos pecadores, “se apesadumbró en extremo, y se enojó”.

La palabra enojo con sus derivados aparece cuatro veces en este pasaje. Esta palabra viene de un verbo que significa “estar caliente o prenderse”. El enojo era como fuego dentro de Jonás. Veamos este asunto de otra manera. Nada llena más el corazón de un predicador que los hombres se arrepientan.

De hecho la Biblia nos dirá que hay gozo en el cielo cuando un pecador se arrepiente. Sin embargo, este pasaje nos muestra todo lo contrario. Jonás no tiene gozo por la gran cosecha de almas que tuvo su corto mensaje. Este hombre está enojano, pero en extremo. Cómo entender todo esto. Bueno mis amados, el enojo tiene un compañero inseparable que se llama egoísmo. Esto plantea que si no se hacen las cosas como yo quiero y pienso, me enojo.

b. Espera que Dios cambie de actitud (vers. 2).

Tengo la impresión que no hay asunto más contradictorio que orar enojado. ¿Ha orado usted alguna vez enojado contra Dios? Bueno, aquí tenemos un caso. El texto del versículo uno con el dos no da lugar para mostrarnos a un hombre que cambió de actitud cuando se metió en su recámara de oración y desató sus emociones delante del Señor.

Lo primero que vemos en esta oración enojada era una profunda frustración e impaciencia al darse cuenta que Dios es “clemente y piadoso”. Jonás en su estado de rabia y de desánimo le recuerda a Dios la razón por la que la ha desobedecido. Observe lo que dice: ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Esta es la parte más difícil de entender en este pasaje. Jonás sabías muchas cosas de Dios. Él conocía muy bien el carácter de Dios.

Como profeta estaba bien familiarizado con sus grandes atributos de sus misericordias y de sus piedades. El enojo nos ciega y no nos hace ver a nuestro Dios obrando en el corazón de los demás. Jonás es como el niño que se enoja con su padre porque no lo satisface en lo que quiere y por eso trata de manipularlo. Así trató Jonás a su Dios.

II. EL PECADO DEL ENOJO AFLORA SENTIMIENTOS INCONTROLABLES

a. Te ruego que me quites la vida (vers. 3).

El sentimiento del enojo hace que una persona diga, haga y piense cosas muy malas. Cuando alguien está enojado, no solo cambia su rostro, sino que cambia su mente y puede desembocar en acciones que después se arrepiente.

Jonás perdió el comportamiento y en su desesperación llegó hasta pedirle al Señor que acaba con su vida. Cuando uno ve esta acción del profeta y la compara con el 2:2 pronto descubre la gran diferencia del hombre que clama a Dios por su vida y ahora el que le pide que se la quite. Mis amados si alguien fue un candidato para que Dios lo matara fue Jonás.

Le dio todas las razones para que en lugar de enviarle un pez salvavidas, enviara un tiburón come vidas. Alguien que no fuera Dios le hubiera dicho algo así: “Si eso es lo que quieres, te voy a complacer. Solo me has causado problemas y ya estoy hastiado de tu actitud negativa”. Pero no, Dios lo deja vivo y seguirá trabajando con su carácter obstinado. Es un gran alivio ver que Dios no responde esta oración para quienes llegan a este estado por un arrebato de rabia.

b. Mucho me enojo, hasta la muerte (vers. 9).

Uno de los problemas muy serios del que se enoja con tanta facilidad es cuando las cosas no se hacen como él quiere. Observemos esto en la vida del profeta. Cuando todo iba bien a su alrededor, pensando en el caso de la calabacera que el Señor preparó para quitar su malestar del calor, nos dice el texto que Jonás se alegró grandemente por la calabacera (vers. 8). Pero, ¿qué pasó después?

5 comentarios en «¿Haces bien en enojarte tanto?»

  1. La biblia no dice que Jonás quería la destrucción de Ninive. No debería hacer conjeturas sobre la personalidad de Jonás. Dice: yo creo que. Debe decir: Dice la biblia

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    • Gracias mi hermano por su comentario, lo recibo como bendición. Que Dios te use en el ministerio que realizas, y si es de la palabra, que la traces con poder y denuedo.

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