Tocando lo intocable

c. “Pero ido él, comenzó a publicar… el hecho…” (vers. 45).

Cuando alguien es testigo de un milagro en su vida de parte del Señor jamás podrá ocultar el hecho.  Cuando la salud que se recibe es real eso no puede quedar oculto. Es la gente la que tiene que calificar el nuevo estado de aquel hombre.

Los mejores predicadores son aquellos que han sido testigos del poder de Dios. Se ha dicho que si nuestros convertidos no pasan la prueba del cambio no valen nada.

Cuando alguien es tocado por Jesús, su vida tiene que ser otra. Los enemigos tendrán que reconocer la obra en un hombre transformado. Si Jesús cambia la vida de una persona, lo que más importa es que todos lleguen a comprobar el cambio.

Jesús no está tan interesado en que su fama crezca, sino que los demás comprueben la vida nueva que ahora tienen todos aquellos que han sido tocados por su gracia. Aunque Jesús le prohibió a este hombre no hablar de lo ocurrido, lo cierto es que él comprometió la seguridad de Jesús, porque “Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad…”.

CONCLUSIÓN:  

Le voy hacer pensar en algo. Traiga a su memoria un momento muy vergonzoso y penoso por el que haya pasado. A lo mejor fue en la escuela, cuando eras diferente de los otros estudiantes y se burlaban de ti.

Pudo ser algo que pasó en tu trabajo, cuando hiciste algo indebido y todos se fijaron. Quizás fue en algún evento social, cuando cometiste un algún error. Al final esos momentos pasan y se acaban.

Aunque la vergüenza es terrible en ese momento, después de cierto tiempo, todos se ha olvidado y la vida sigue normal. Pero imagina que ese momento nunca se acabara. En vez de volver a la vida normal, sigues con esa pena y ese sentido de rechazo toda la vida. Esa era la vida de un leproso.

La persona leprosa, por ley, debía mantenerse alejada de los demás. El pecado es comparado con la lepra. El pecado convierte al individuo en un ser sin propósito, alejado de Dios, vacío y viviendo den soledad. Solo el toque de Jesús puede sanar su condición y traer de regreso a ese hombre a la vida social, familiar y espiritual. El Señor hace nueva todas las cosas. Amén.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.

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