Inicio » Predicas Cristianas » Levantate y anda

Levantate y anda

INTRODUCCIÓN:

La gente se cree antes una gran mentira que una pequeña, y si la repites constantemente acabaran aceptándola como una realidad”.

A veces en la vida cristiana pasa esto, venimos a Dios, aceptamos a Jesús, y donde había tinieblas aparece la luz, las cosas andan bien pero por alguna extraña razón en algunas personas las cosas empiezan a funcionar mal, en la mayoría de casos la gente piensa que ya no es digna de recibir el perdón, esa es la gran mentira a la que refiero yo, la mentira que  dice que ya no eres digno de recibir la gracia, la misericordia y el perdón de Dios y eso es una gran mentira.

Por eso hay personas que sienten que no pueden avanzar, que saben que fallan en algo su vida no fluye como tiene que ser y se sienten tan sucias que no pueden levantar una oración ante Dios porque se sienten indignos.

El Diablo podrá hacer que un siervo, un líder o algún pastor caiga, pero nunca podrá hacer frente a la obra de Dios, no podrá hacer frente al cristiano que ora y se fortalece y que mantiene el altar encendido, no podrá hacer frente a la gracia de Dios que es derramada en nuestros corazones cuando aceptamos a Jesús.

¿CUÁNTOS SE SIENTEN COMO SI DIOS YA NO QUISIERA PERDONARLOS?

¿CUÁNTOS EN ESTA VIDA HEMOS COMETIDO UN ERROR Y EL DIABLO NOS HA LLENANDO LA CABEZA DE MENTIRAS?

Dios no ama a los pecadores.

· Has perdido la salvación.

· Con eso que has visto en la tele no puedes orar, estás sucio/a.

· Le has gritado o peor has engañado a tu mujer, como te vas a acercar al trono de Dios.

· Has criticado o murmurado a alguien.

· Te has vuelto a drogar o emborrachar.

· Has vuelto a hacer las obras de la carne.

· Obraste mal adrede con tu compañero de trabajo, etc…

Por eso en el trascurso de esos momentos nos cuesta afrontar la realidad del pecado, porque esos pensamientos vienen porque sabemos que hemos fallado, y que si nos paramos a pensar, restaurar el pecado cuesta más que el mismo pecado, y entonces empezamos a auto-destruirnos, auto-compadecernos de nosotros mismos, auto-criticarnos y por ultimo nos resignamos y nos auto-imponemos un yugo tan grande que no podemos levantar la cabeza por mucho tiempo, y terminamos llorando amargamente, hartos de pedir perdón por el mismo pecado crónico.

¡NO CREAS QUE TU ERROR ES MÁS GRANDE QUE EL PERDÓN DE DIOS!

La primera vez que pecasTe tiras ante la presencia de Dios y suplicas piedad, ruegas que la sangre de Cristo te haga limpio, puro otra vez.

La segunda vez :Consideras que es necesario prometer algo, decir alguna frase como:

Ø  Prometo que jamás lo volveré a hacer.

Ø  Nunca jamás consumiré pornografía o acariciaré esos asquerosos pensamientos.

Deja un comentario