Levantate y anda

La tercera vezTe auto-impones un castigo, algo que te duela, para demostrarle a Dios que ahora va en serio:

Ø  Voy a quitar la tele.

Ø  Voy a ayunar, para que veas que voy en serio.

Ø  No usaré las redes sociales, para no tentarme a navegar en sitios sucios.

Ø  Me vuelvo a ir a un centro de desintoxicación

Ø  Dejaré a mi novio/a porque me está obligando a hacer cosas que no debo hacer.

La cuarta vezYa no quieres ir, ahora sí, sientes que tu vida es un fraude, y te sientas a los pies de la cama o en tu soledad, a dialogar con Satanás:

Ø  Ahora si lo has hecho mal.

Ø  Hasta Dios tiene sus límites.

Ø  Una cosa es equivocarse una vez, dos y tal vez hasta tres, pero ya has perdido la cuenta.

Ø  Créeme yo soy el diablo, yo sé de qué va esto de la humanidad, se más por viejo que por diablo, te lo digo porque soy amigo tuyo. (Todo mentiras)

Y dices: Creo que Dios está harto de verme fracasar. Es el primer error nunca debes de resignarte, el enemigo solo desea verte arruinado y eso es un problema, una debilidad, un horrible y repugnante pecado que te deja fuera de juego. Y es entonces cuando se produce el contrasentido, lo ilógico, porque es lo que has dialogado con Satanás. Pospones orar hasta arreglar tu debilidad primero, segundo error. Dejas de lado la consagración porque te sientes indigno, sucio tercer error. No te involucras porque consideras que has traspasado todos los límites del perdón, cuarto error, y te convences de que no naciste para servir a Dios. Entonces tu vida de oración se reduce a la raquítica tarea de hilvanar dos o tres frases sin sentido antes de quedarte dormido.

1º ILUSTRACIÓN:

“George Best fue declarado el mejor futbolista europeo del año 1968. Los críticos del deporte decían que lo tenía todo: Estilo, inteligencia, dominio del balón, condición física, profesionalismo. Se decía que podía ser el mejor futbolista de todos los tiempos. Sin embargo, un hábito oculto lo destrozó. Nunca llegó a ser lo que tenía que haber sido. George era un alcohólico empedernido y en los bares de Londres tenían la orden de no servirle bebidas alcohólicas porque podían causarle la muerte. Lo oculto arruinando la vida de una persona que lo tenía todo.”

Si te sientes plenamente identificado y consideras que ya es demasiado tarde, detente y recapacita antes de resignarte, recuerda a nuestro Señor Jesús colgando de la cruz. No merecemos su perdón, pero tenemos la fortuna de encontrarnos con el dador de la gracia, y por esa acción de amor incondicional, recibimos misericordia de parte del Padre, que recibimos por medio de la fe en Dios.

2º ILUSTRACIÓN:

“Dice que estaba el infierno siendo desalojado por crisis y el diablo estaba vendiendo a precio de saldo todas sus armas en contra de la humanidad. Un hombre fue a comprar todo lo que tenía y el diablo le dijo: Te vendo todas mis armas menos el arma de la resignación, te vendo la lujuria, la inmoralidad sexual, el odio, la mentira, la blasfemia, en fin todo menos la resignación, con esta arma puedo hacer que cualquiera baje los brazos y así seguir dominando a la humanidad.”

Con esto que he hablado, quiero ilustrar una historia que le sucedió a un hombre y que trascurre casi en paralelo con uno de los episodios bíblicos más bonitos que existe en las escrituras. Después de leer la palabra, conoceremos a Víctor, una persona de nuestra época  que entendió que puede haber alguna caída en nuestra vida, pero levantarse es obligado.

LECTURA BÍBLICA:

(Jn 5:1)  Después de esto, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.

(Jn 5:2)  Y hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, un estanque que en hebreo se llama “Betesda” y que tiene cinco pórticos.

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