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Las siete palabras de Jesús en la cruz

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Predica de Hoy: Las siete palabras de Jesús en la cruz

Predicas Cristianas Texto Biblico:  “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes“. Lucas 23:34

Las siete palabras de Jesús en la cruz

Primeras palabras de Jesús en la cruz

Padre, perdónales. Porque no saben lo que hacen

Según la narración del evangelista Lucas, esta es la primera palabra pronunciada por Jesús en la Cruz. Jesús en la cruz se ve envuelto en un mar de insultos, de burlas y blasfemias.

Lo hacen los que pasaban por el camino, los jefes de los judíos, uno de los dos malhechores que han sido crucificados con él, y también los soldados se mofan de él diciendo: “…si eres hijo de Dios, baja de la cruz y creeremos en ti…” (Mateo 27:42). “…Ha puesto su confianza en Dios, que él lo libre ahora…” (Mateo 27:43).

Jesús pidió a Dios que perdonara a la gente que le daba muerte: lidere judíos, políticos romanos, soldados y espectadores, y Dios contesto esa oración al abrir el camino de salvación aun para los asesinos de Jesús.  Incluso el oficial romano y los soldados testigos de la crucifixión dijeron “…Verdaderamente este era hijo de Dios…” (Mateo 27:54).

Segundas palabras de Jesús en la cruz:

Hoy estarás conmigo en el Paraíso

Lucas 23:43 “…Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso...”

Sobre la colina del calvario había otras dos cruces. Lucas dice que junto a Jesús fueron crucificados dos malhechores (Lucas 23:32). La sangre de los tres formaba un mismo charco. Y aunque para los tres la pena era la misma, sin embargo, cada uno moría por una causa distinta.

Lucas 23:39 “…Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros...”

Este hombre había oído a quiénes insultaban a Jesús, había podido leer la inscripción que tenía Jesús en la cruz: “Jesús nazareno rey de los Judíos”, desesperado gritaba de rabia contra todo.  Pero el otro malhechor se sentía impresionado al ver cómo era Jesús. Lo veía lleno de paz, tranquilidad, satisfecho por lo que estaba pasando.

Este hombre le hace una pregunta Lucas 23:42 “…Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino…” Este hombre demuestra un sorprendente cambio en su vida, estando en la misma condenación se arrepiente de lo que ha hecho y clama al único que lo podía librar de las garras de la muerte eterna. Y Jesús le responde: “…De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso…”

Terceras palabras de Jesús en la cruz

Mujer, he ahí tu hijo

Juan 19:26 “…Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo…”

Junto a la cruz estaba también María, su madre. La presencia de María junto a la cruz fue para Jesús un motivo de alivio, pero también de dolor. Tuvo que ser un consuelo al verse acompañado por ella.

Pero a la vez, esta compañía tuvo que producirle un enorme dolor al ver que estos acontecimientos le estaban produciendo a ella un enorme dolor. Ya viuda desde hacía años, según lo hace pensar todo. Y que iba a perder a su hijo, pidió a Juan que se hiciera cargo de su madre.

Cuartas palabras de Jesús en la cruz:

Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado

Mateo 27:46 “…Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?..”

Son casi las tres de la tarde en el calvario, y Jesús está haciendo los últimos esfuerzos por hacer llegar un poco de aire a sus pulmones. Sus ojos están borrosos de sangre y sudor. ¿Por qué Jesús se siente abandonado por su padre?

Jesús no estaba cuestionando a Dios; estaba recitando la primera línea del Salmo 22, que expresaba profunda angustia que sintió cuando tomo sobre si los pecados del mundo y el Padre lo tuvo que abandonar.

Todo sufrimiento grande es acompañado por dudas. No hay un gran dolor que no haya traído las palabras: ¿Por qué yo? ¿Dónde está Dios? ¿Por qué.. Por qué? Pero también las dudas nos pueden llevar a la fe, si realmente creemos y confiamos en el hecho que Dios es bueno, un Dios de amor. (Job 1:21).

Quintas palabras de Jesús en la cruz: 

Tengo sed

Juan 19:28 “…Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed…”

Uno de los más terribles tormentos de los crucificados era la sed. La deshidratación que sufrían, debido a la pérdida de sangre lentamente que pasaban, era un tormento durísimo. Y Jesús, por lo que sabemos no había bebido desde la tarde anterior. La sed que experimentó Jesús en la cruz fue una sed física.

Expreso en aquel momento estar necesitado de algo tan elemental como el agua.  Como cualquier enfermo moribundo que pide un poco de agua. Jesús demuestra su condición humana fue Dios y a la ves hombre, pero sin pecado, sintió todo lo que una persona pueda sentir en un cuerpo carnal, hambre, sed, cansancio, sentimientos, y Jesús era hombre también. (Juan 4:7 “…Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber…”)

Sextas palabras de Jesús en la cruz: 

Consumado es

Juan 19:30 “…Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu…”

¡Todo está cumplido!

Estas palabras no son de un hombre acabado. No son las palabras de quien tenía ganas de llegar al final. Son el grito triunfante del vencedor. Estas palabras manifiestan la conciencia de haber cumplido hasta el final la obra para la que fue enviado al mundo: dar vida por la salvación de todos los hombres.

Todo do se había ya cumplido, la promesa de que un redentor moriría por nosotros se cumplió desde Génesis 3:15 al libro de los Salmos, Isaías 53 y más.

Séptimas palabras de Jesús en la cruz:

 “En tus manos encomiendo mi Espíritu

Lucas 23:46 “…Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró…”

Y el que había temido al pecado, y había gritado ¿Por qué me has desamparado?, no tiene miedo en absoluto a la muerte, porque sabe que le esperaba el amor infinito de su Padre.

Durante tres años se lanzó por los caminos y por las sinagogas, por las ciudades y por las montañas predicando perdonando y sanando a los que estaban enfermos.

Jesús conocía bien su ministerio Juan 4:32 y 34  “…Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra…”

Conclusión

El propósito de que Jesús viniera a esta tierra no era para que lo elogiaran o lo coronaran rey de los judíos, sino para salvar lo que se había perdido, dar libertad a los cautivos, para sanar a los enfermos, para dar vida eterna, para morir por los pecados y para salvarnos de la condenación (Juan 3:16-17).

© Juan Carlos Jimenez. Todos los derechos reservados.

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