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Y si Cristo no resucitó…

Predicas Cristianas

Predica de Hoy: Y si Cristo no resucitó…

Predicas Cristianas Texto Biblico: 1 Corintios 15:12-22

INTRODUCCIÓN:

Hay una hermosa historia de un niño llamado Felipe que ocurrió durante la época de Easter (Semana Santa). Felipe nació con Síndrome de Down, y aunque era un niño feliz a pesar de su enfermedad, había una gran diferencia entre él y otros niños de su edad. Felipe iba a la Escuela Dominical fielmente cada semana, formando parte de la clase de tercer grado con otros nueve niños de su misma clase.

Usted tiene que imaginarse cómo son los niños de ocho años, así que Felipe no fue aceptado fácilmente, sintiéndose excluido como parte del grupo. Su maestro tuvo una brillante idea considerando la época que estaban celebrando.

Se consiguió diez huevos grandes de plásticos, y como era un hermoso día de primavera le entregó un huevo a cada niño de manera que salieran y lo llenaran con algo que representara la resurrección.

Todos los niños fueron por los alrededores de la iglesia buscando algo según su imaginación de modo de   representar este acontecimiento. Al final todos llegaron y pusieron los huevos en una mesa, y luego el maestro comenzó a abrirlos mientras los niños miraban ansiosamente.

El maestro presentó cuatro de ellos. El primero que abrió tenía una flor. El segundo tenía una pequeña mariposa. El tercero una hoja tierna. Pero el cuarto que abrió no tenía nada en su interior. Algunos niños reaccionaron, diciendo: “¡Eso es estúpido! Alguien no lo hizo bien”.

De repente el maestro sintió un tirón en su camisa, y miró hacia abajo. Felipe, el niño con síndrome de Down, dijo: “Es mío”. El resto de los niños respondieron: “¡No se te ocurra hacer nada bien, Felipe! ¡No hay nada allí!”.

Felipe dijo: “¡Lo hice bien!  ¡Hice lo correcto! ¡Está vacío! ¡La tumba está vacía!”.  Felipe murió pronto después de eso. Cuando se hizo su funeral, nueve niños de ocho años marcharon hacia el frente, no con flores, pero con huevos de plásticos vacíos. Felipe tenía razón. No hay mayor símbolo de la resurrección que una tumba vacía. Esta es la verdad que estremeció al mundo y cambió la historia. Nuestra fe descansa en este hecho.

La promesa de la resurrección de nuestros cuerpos para la vida eterna descansa en este hecho. Porque si Cristo no resucitó, ¿para qué creer en un salvador muerto?  Pero si él resucitó, la muerte perdió su aguijón – ya no hay que temer. ¡Jesucristo vive! Esta es la noticia. Consideremos cuáles serían las consecuencias si Jesús no resucitó y el hecho de su resurrección.

I. ¿CUÁLES SERÍAN LAS CONSECUENCIAS SI CRISTO NO HUBIERA RESUCITADO?

En los versículos 14-19, Pablo demuestra que la resurrección de Cristo es esencial para nuestra fe. En todo un capítulo él nos presenta el asunto más grande de todas nuestras creencias y doctrinas. La tumba vacía es el testimonio más creíble por el que sustentamos el edificio de nuestra fe.

a. Y si Cristo no resucitó para qué predicamos. (1 Corintios 15:14a).

Como la predicación es el corazón del evangelio, si Cristo no resucitó qué sentido tendrían las iglesias y sus pastores, los misioneros y los evangelistas. Seriamos como las demás religiones que al tocar el tema de una vida después de ésta, llegan a la fría conclusión que el cuerpo al morirse se desintegra y allí, o se acaba todo para algunos, o se da la reencarnación en otros.

Para muchas de ellas, la muerte le pone fin a toda esperanza, conocido también como la aniquilación del alma. Este, pues, sería un resultado si Cristo no hubiera resucitado.  Pero como Pablo había dicho antes, el corazón del evangelio es la muerte y resurrección de Cristo en nuestro favor (1 Corintios 15:1-4). Sin la resurrección, Jesús no pudo haber vencido a la muerte, y la muerte siempre sería el conquistador del hombre.

Sin la resurrección, la buena noticia sería una mala noticia, y no habría nada digno de predicación. Sin la resurrección, el evangelio sería un mensaje vacío sin esperanza, de tonterías sin sentido o de meras “filosofías y huecas sutilezas”. 

Ahora el evangelio que predicamos es el mismo de Pedro, quien al citar lo que David había profetizado, habló que su cuerpo no fue dejado en la tumba (Hechos 2:31-32). También fue este el mensaje de Juan, otro gran testigo (Apocalipsis 1:17-18). La predicación que seguimos proclamando hoy es porque Cristo vive.

b. Y si Cristo no resucitó de qué sirve la fe (15:14b).

Si Cristo no resucitó también nuestra fe sería vana. Todo lo que sostiene el edificio de lo que creemos tiene su fundamento en la “fe una vez dada a los santos”. Si Cristo no resucitó, ¿para qué hablar de un Mesías crucificado? ¿A quién puede salvar un salvador muerto?

Si Cristo no resucitó, ¿cómo darle esperanza a los hermanos que pierden a sus seres amados? ¿Cómo alentarles acerca de volver a verlos otra vez? Si esto fuera así, tendrían que decir como el salmista: “Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia…” (Salmos 73:13). Si Cristo no resucitó, la lista de los héroes de la fe  de Hebreos 11, llegaría a ser un sitio para los insensatos.

Todos ellos, desde Abel hasta los profetas, habrían sido fieles a cambio de nada. Pero por la certeza de una resurrección anticipada, así como una patria nueva, es que se nos dice que ellos, soportando todas las aflicciones por las que pasaron,  “anhelaban una mejor, esto es, celestial…” (Hebreos 11:16). Fue la fe en salvador vivo que les llevó a morir en esperanza. La fe que nos mueve es un Cristo vivo. Eso nos sostiene hasta  hoy.

c. Y si Cristo no resucitó somos falsos testigos (vers. 15).

Si Cristo no resucitó, las mujeres como María Magdalena, los apóstoles, los más de 500 que le vieron después, y, por último, el mismo Pablo, serían todos unos mentirosos (6-8). Negar que Cristo no resucitó, no sería elegante decir que los apóstoles se equivocaron, sino que fueron todos unos mentirosos.

El asunto es que no hay ninguna posibilidad, como algunos afirman, que ese error podría haber sido inocente o ingenuo. La resurrección de Jesús fue un hecho notorio, no solo por la aparición inmediata a los discípulos, sino que durante cuarenta días Jesús se apareció “con pruebas indubitables”.

Si Cristo no resucitó de entre los muertos, los llamados “testigos oculares” fueron unos verdaderos genios para inventar semejante mentira. Y si los apóstoles, los profetas y los escritores del Nuevo Testamento, mintieron sobre lo que es el corazón del evangelio, ¿por qué habrían de creer en otra cosa?

¿Por qué las enseñanzas morales de Jesús fueran inspiradas con el más elevado contenido de bien para el hombre si descaradamente se falsifica su enseñanza sobre la resurrección? Por otro lado, el mismo Jesús resultaría mentiroso, porque si alguien habló que resucitaría fue él mismo (Juan 2:19-21; 10:17; 16:16-23; Mateo 12:40). En este caso, o la verdad del Nuevo Testamento se mantiene o se cae sobre la resurrección.

II. SI CRISTO NO RESUCITO SEGUIMOS EN PECADO (verss. 16-17).

Pablo presentó uno de los argumentos más contundentes si la resurrección de Cristo fuera un mito, de acuerdo con lo que sus enemigos han dicho desde el principio. Si Cristo no resucitó de entre los muertos, entonces los cristianos no serían mejor espiritualmente que los no cristianos.

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