a) Muchos matrimonios sufren hoy simplemente por no pasar tiempo juntos. · Las carreras, otras mujeres e intereses externos han destruido hogares. · Si queremos mostrarles a nuestros hijos que amamos a su mamá, es necesario pasar tiempo con ella.
b) La escena típica. Papá llega, come, hace sus cosas, lee el periódico, ve la TV, sale con sus amigos, etc. Esto envía un mensaje: hay cosas más importantes que mi esposa y mi familia.
III. COMPRENSIÓN…sabiamente… (“entendimiento”)
a) El matrimonio requiere sensibilidad. ·Por razones desconocidas las esposas actúan así: hierve o se congela espontáneamente, de repente; se derrite si se le da un trato especial, pero se vuelve amarga si se le da un trato inapropiado.
b) Debemos estar sensibles a sus sentimientos. Una de las responsabilidades más difíciles de los esposos es discernir los sentimientos de nuestras esposas y responder atentamente. Las quejas más comunes de las mujeres: “no me escucha, no me mira, no me entiende”
IV. CONSIDERACIÓN...dando honor…
a) Debemos respetarla como mujer. Las mujeres son diferentes de los hombres. Y como hombres no nos debemos aprovechar de estas diferencias, sino debemos honrarlas.
b) Es nuestra responsabilidad amar a nuestras mujeres resaltando sus cualidades como mujer.
c) Nunca debemos dejar de mimarlas, de galantearlas, de enamorarlas, de lanzarles piropos, de hacerles piojito; debemos mostrarles que estamos para protegerlas; debemos también alabarlas por lo que hacen: la comida, la ropa, cuidado de los niños…
CONCLUSIÓN
“Para que vuestras oraciones no tengan estorbo.” Pedro concluye con una advertencia digna de ser notada por todo esposo creyente: Es tan importante para Dios que los esposos mantengamos una saludable relación espiritual y conyugal con nuestra esposa que está dispuesto a interrumpir su relación con nosotros si fracasamos en vivir en una relación amorosa, cuidadosa y sabia con ellas.
GLORIA A DIOS.