b. El evangelio es agradar a Dios (vers. 10b).
Pablo traía las “marcas de Cristo” por agradar a Dios antes que a los hombres. De hecho, después de su conversión por agradar a Dios, tuvo que desagradar a los hombres. Una lectura al libro de los Hechos, donde Lucas describe sus viajes misioneros, da cuenta de que Pablo desagradaba a los hombres.
Fue él quien hablando de su deseo de agradar a Dios dijo: Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios (Hechos 20:24).
Agradar a Dios debe ser el deseo más grande de cada creyente. Nos olvidamos con gran facilidad que la persona a quien debemos agradar es a Dios. Y en esto concuerdan las palabras que si no agrado a Dios no importa a quien más agrado.
Cuando estoy por tomar una decisión muy importante en mi vida debo preguntarme ¿le agrada a Dios lo que voy hacer? Esta misma decisión debo considerarla al momento de vestirme, al momento de comer, de trabajar y de estudiar. Yo he sido salvo para agradar a Dios no a los hombres.
c. El evangelio es servir a Cristo (vers. 10c).
En una ocasión Whitefield recibió una maligna carta acusándole de malas actuaciones. Su contestación fue breve y cortés: “Le agradezco cordialmente su carta. En cuanto a lo que usted y mis otros enemigos están diciendo acerca de mí, sé cosas peores acerca de mí mismo que usted jamás me podrá llegar a decir. Con afecto en Cristo, Jorge Whitefield”.
Los hombres que viven más cerca de Dios siempre serán los blancos de todos los ataques, pero su postura respecto a quien sirven en el ministerio, les llevará a mantenerse en su firme propósito de servir al Señor, pues al igual que Pablo se consideran “siervo de Cristo”. En esto consiste el evangelio de Dios y el evangelio de los hombres.
Hay un evangelio que no sirve a Dios.
La vida de muchos creyentes se resume en venir a la iglesia a “cumplir” con el Señor, pero están lejos de servirle con sus dones, talentos y sus bienes. Reciben todo de Dios, pero es tan poco lo que hacen para servir al Señor. El verdadero evangelio consiste en reconocerse que somos esclavos de Cristo y así actuamos.
III. HAY UN EVANGELIO QUE VIENE POR REVELACIÓN DIVINA
a. Hay un evangelio de revelación humana (vers. 11).
Las características del evangelio que predicaba Pablo distaban mucho del que los gálatas estaban oyendo ahora, por el cual muchos se estaban alejando del Señor. Estamos diciendo que hay un “evangelio” que es según los hombres.
Es el evangelio de mi comodidad. Es mi propio evangelio. Es un evangelio sin compromiso, sin desafío, sin una real entrega. Es el evangelio donde yo pongo las condiciones sin importarme las demandas que estable el evangelio mismo. En algunos casos, el “evangelio de los hombres” se caracteriza por una serie de normas y preceptos, al mejor estilo de los judaizantes de este texto, en lugar del evangelio dejado por Dios.
Pablo da por sentado que el evangelio que él les ha anunciado a sus hermanos de galaxia no es según la apreciación o el acomodo de los falsos maestros. Este texto es muy significativo porque va directamente al corazón de nuestra fe. El evangelio que traen los hombres es según sus convicciones, pero no lo han recibido de Dios. El auténtico evangelio viene del cielo.
b. Hay un evangelio que es por revelación divina (vers. 12).
A diferencia de los discípulos que anduvieron con Cristo, que recibieron el evangelio por el mismo Cristo durante sus tres años de ministerio, Pablo dice que él lo recibió por una revelación especial.
¿Por qué a veces nos sorprendemos de lo tanto que Pablo sabía acerca de Cristo? ¿Por qué el tema del que más habla en sus cartas es Cristo? Pablo fue el apóstol independiente que recibió de parte del Señor lo que los mismos apóstoles no recibieron.
Si bien es cierto que Juan tuvo una visión más teológica que el resto de los evangelios, es Pablo que nos da una visión mucho más profunda de Cristo y su evangelio. Estamos considerando en este tema que la primera “marca” de un creyente tiene que ver con el evangelio recibido.
Si el Señor no se ha me ha revelado con su evangelio a través de su palabra yo necesito revisar seriamente mi conversión a Cristo. El evangelio no es una religión, no es un código de mandamientos de hombres, no es una serie de normas de “hagas” o “no hagas”. El evangelio es una relación que viene de una transformación. El evangelio tiene que ver con una revelación de Jesucristo en la vida.
CONCLUSIÓN
El escritor L. R. Shelton, hablando del evangelio verdadero y el evangelio de la carne, ha dicho: “Vuelvo a repetirlo: cuidado con ese evangelio falso que se predica en la actualidad, que no exige nada, sino que muestra un camino fácil a la salvación (que no es más que el camino más corto al infierno).
Este evangelio falso no se opone a la carne, sino que es “un amigo”, y, comprendido correctamente, es la fuente de mucha diversión buena y limpia y placeres inocentes. Nos deja vivir sin interferencias, nunca nos cambia la vida; sigue dejándonos vivir disfrutando de nuestros placeres, pero ahora, en lugar de cantar en la cantina y beber licor, nos deleitamos en cantar coros y ver películas religiosas. Sigue habiendo un énfasis en pasarla bien, pero ahora nos divertimos a un nivel más elevado tanto moral como intelectualmente.
Este evangelio falso promueve un tipo de evangelismo nuevo y distinto. No procura dar muerte a la vida pecaminosa antes de brindarle la nueva vida en Cristo, sino que lo manda recibir la nueva antes de hacer morir la vieja. Así que sólo intenta encaminar al pecador en una nueva dirección. Lo encamina a una manera de vivir alegre, en la que puede mantener su amor al “yo”.
Este evangelio falso le dice al hombre seguro de sí mismo: “Ven y muéstrale tu seguridad a Cristo”. Al egoísta le dice: “Ven, jáctate en el Señor” y, al que siempre anda en busca de una nueva emoción, le dice: “Ven y goza de la emoción del compañerismo cristiano”.
Intenta echar vino nuevo en odres viejos, pero ¡esto no puede ser! Lo viejo tiene que ser derribado antes de que lo nuevo pueda ser edificado”. ¿Cuál es su evangelio? ¿Es un evangelio de la carne o es del Espíritu?
© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados
Iglesia Bautista Ambiente de Gracia, Fairfax, VA
Solamente bendecir a vuestro pastor . Dios le bendiga extraordinariamente .