Predicas Cristianas
Predicas cristianas predica de hoy: Por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo
Predica cristiana lectura bíblica de hoy: Apocalipsis 1:9
Introducción:
Nos encontramos frente a un testimonio fiel de un apóstol del Señor Jesucristo, el último que sobrevivió a la persecución que sobrevino a la Iglesia de Jerusalén.
Juan fue desterrado a una isla destinada al exilio de criminales. Era Patmos una isla rocallosa y estéril en el mar Egeo a 21 millas de las costas del Asia Menor. Esa isla inhóspita, oscura y despreciada por los romanos; donde Domiciano, el emperador romano, había juntado al santo apóstol con lo más bajo según la ética romana.
Dios que no comulgaba, como hoy tampoco con Roma, transformó la oscuridad en luz, el castigo en bendición, en puerta del cielo por donde la Iglesia universal pueda ver el proceso de desarrollo y consolidación del reino de Dios.
El Apocalipsis fue escrito a las siete Iglesias de Asia: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. No porque no hubiese más Iglesias en Asia. La razón de elegir el número siete es que es un número sagrado que expresa totalidad, universalidad. De modo que implícitamente Juan se dirige por medio de estas siete Iglesias en el Espíritu, a las Iglesias de todos los lugares y de todas las épocas.
El objetivo: Principia con amonestaciones a las siete Iglesias de parte del Divino Hijo del hombre a quien Juan ha visto en visión; después de una breve introducción que expone el tema principal del libro.
Pero manifiesta a sus siervos las cosas que deben saber presto “La revelación de Jesucristo, que Dios le dió, para manifestar á sus siervos las cosas que deben suceder presto; y la declaró, enviándola por su ángel á Juan su siervo, El cual ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas: porque el tiempo está cerca” (1:1-3), por lo mismo hay profecías con exhortaciones y consolaciones prácticas.
La nota técnica a la palabra clave, como diría un experto es: “He aquí ciertamente vengo en breve” (22:20).
El Espíritu Santo en Hebreos 1:1 asegura que Dios ha hablado siempre desde el principio, Dios nunca ha dejado de entregar su Palabra guiadora, protectora y salvadora. La Palabra es la que se escucha paseándose por el huerto del Edén, más aún, esa Palabra se ve y se oye antes de la creación
Esa voz es la que busca y llama al Adán caído ¿Dónde estás tú? Esa voz es la que llama a Abraham a dejar Ur, su tierra natal para ir a una tierra desconocida, era la voz que había acompañado a Enoc y guiado a Noé a salvarse en el arca.
La misma voz que retumbó en el Sinaí y ardía en la zarza. La voz que dijo “tus pecados te son perdonados” o “tu fe te ha salvado” o “Lázaro ven fuera” o “ni yo te condeno ve y no peques mas”, la voz que calmó la tempestad, la voz de la cual huyeron las piedras, los vientos y la luz del sol cuando Cristo agonizaba en la cruz del Calvario.
Por la palabra de Dios
La voz que dijo “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” y que amó de tal manera al hombre que preparó un plan de salvación que incluye un Cristo que deja la gloria eterna, viene a la tierra, toma forma humana y la persona de Jesús vive y sufre con y por las criaturas, hasta morir en la ignominiosa cruz.
Un plan que incluía la resurrección corporal de Cristo, la ascensión física de Jesús al cielo, un plan que incluye una Iglesia Universal, santa y pura, que toma la cruz de su maestro y va por el mundo testificando de Cristo como único y suficiente salvador, un plan que incluye una segunda venida, ahora en gloria de Jesucristo a buscar a su Iglesia y luego volver con ella para reinar por mil años.
Dando una oportunidad última de salvación al pecador rebelde, seguidos de siete años de tribulación total antes del juicio final, en que los justificados por Cristo irán a la gloriosa presencia de Dios y los pecadores que no creyeron o no quisieron creer y arrepentirse, irán al lago de fuego y azufre preparado para el diablo y sus ángeles “Entonces dirá también á los que estarán á la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles: E irán éstos al tormento eterno, y los justos á la vida eterna”. (Mateo 25:41, 46)
Significado: Apocalipsis significa un descubrimiento de las cosas que habían estado veladas. Un manifiesto del reino de Cristo, el manual de viaje de la iglesia para los tiempos de los cristianos gentiles, la carta náutica de la iglesia evangelista. No es la historia detallada del futuro, sino una representación de las grandes épocas y principales poderes en el desarrollo del reino de Dios en relación con el mundo.
En este libro, todos los demás libros de la Biblia se concentran y terminan; en él está la continuación de la profecía previa. Daniel predice el Cristo, la destrucción de Jerusalén y el último anticristo. La revelación de Juan llena el periodo intermedio, describe el milenio y el estado final más allá del anticristo.
Daniel como estadista, contempla la historia del pueblo de Dios en relación con los cuatro imperios mundiales. Juan, como apóstol, contempla la historia desde el aspecto de la Iglesia cristiana.
El autor del libro llega a ser Cristo mismo “La revelación de Jesucristo, que Dios le dió, para manifestar á sus siervos las cosas que deben suceder presto; y la declaró, enviándola por su ángel á Juan su siervo” (v.1) vemos claramente que la revelación que se le dio a Juan viene de Dios por medio de Jesucristo para la Iglesia.
Si nos estuviera permitido sacar conclusiones diríamos que:
a) Dios ha hablado, ha dicho su palabra final por medio de su amado Hijo “DIOS, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo á los padres por los profetas, En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó heredero de todo, por el cual asimismo hizo el universo” Hebreos 1:1 y 2.
b) Jesucristo dio testimonio o es el testimonio viviente de esa Palabra, Jesucristo asegura que él vendrá “ciertamente, seguramente en breve, presto, rápidamente. Pero antes de su venida acontecerán muchas cosas a la Iglesia y dentro de la Iglesia.
c) Juan ha sido comisionado, encargado de advertir, de ALERTAR a las siete Iglesias, a la Iglesia de Cristo en todos los lugares y en todos los tiempos de las cosas que han de ocurrir seguramente y a las cuales debe hacer frente y sobreponerse la verdadera Iglesia.
Por eso volviendo a nuestro tema: Juan asegura que él se encuentra en Patmos por eso santa y grandiosa causa “La palabra de Dios y el Testimonio de Jesucristo” “Yo Juan, vuestro hermano, y participante en la tribulación y en el reino, y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla que es llamada Patmos, por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo” (1:9).
Digno de Notar: Es sumamente digno de notar que da las siete iglesias, solo Esmirna y Filadelfia son honradas con alabanza pura como fieles en la tribulación y rica en buenas obras. De esta iglesia fiel era Juan.
Él había sufrido la presión de la persecución, la amenaza y soborno del imperio romano y había permanecido fiel (ya Pedro, Jacobo y los otros discípulos eran mártires) a su Salvador, por eso había sido considerado u criminal más y digno de ser desterrado, por viejo, tal vez no lo mataron.
Pero es bueno que nosotros nos fijemos en la forma que escribe y presenta cada uno de los cuadros, de hechos que van aconteciendo hasta cerrar el libro con un Amén sonoro y fervoroso, lleno de una aflictiva ansiedad de ser cumplidas estas profecías.
La iglesia de este siglo está recibiendo también la severa amonestación del Señor. La Odisea, la orgullosa, la soberbia y envanecida Iglesia que se siente fuerte, poderosa, grande en número y riquezas (3:14-18)
“Y escribe al ángel de la iglesia en LAODICEA: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios: Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. Ojalá fueses ¡frío, ó caliente! Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo; Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas”.
La Iglesia típica, del reposado, del que solo mira la cátedra de donde egresó; la organización eclesiástica, los rangos y títulos. Cristo que llega a ser compañero pero no Maestro, o Maestro pero no Salvador. Un Cristo que siente vergüenza hablar de sangre y de cruz, un Cristo que no vendrá en las nubes, sino que en un satélite. Un Cristo que no establecerá un reino espiritual, sino que llegará a competir con Marx y los liberales, un Cristo que no es exclusivista, sino que convivirá con Mahoma, Confucio y otros.
Por la palabra de Dios
Pérgamo (2:1215) “Y escribe al ángel de la iglesia en PÉRGAMO: El que tiene la espada aguda de dos filos, dice estas cosas: Yo sé tus obras, y dónde moras, donde está la silla de Satanás; y retienes mi nombre, y no has negado mi fe, aun en los días en que fué Antipas mi testigo fiel, el cual ha sido muerto entre vosotros, donde Satanás mora. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: porque tú tienes ahí los que tienen la doctrina de ahí los que tienen la doctrina de balaam, el cual enseñaba á Balac á poner escándalo delante de los hijos de Israel, á comer de cosas sacrificadas á los ídolos, y á cometer fornicación. Así también tú tienes á los que tienen la doctrina de los Nicolaítas, lo cual yo aborrezco”. La iglesia que ve y sabe de los errores, de las herejías, de las doctrinas falsas, del modernismo imperante, del ecumenismo apóstata que arrastra a los fieles al concubinato con roma, siendo adúlteras, infieles al esposo, el Señor Jesucristo.
Hoy modernistas, hoy ecumenistas, adulteraron la Biblia, pero hay que permanecer dentro para impedir que la Iglesia se corrompa más, razonan muchos pastores, olvidando que el Señor dijo que un poco de levadura leuda toda la maza, y advirtió especialmente contra la levadura de los fariseos.
Nuestra Iglesia al igual que Esmirna y Filadelfia, cree y quiere se fiel como Juan a “la Palabra de Dios y el Testimonio de Jesucristo”; y como lección objetiva quisiéramos poner nuestra mirada y nuestro corazón expectante en aquel que testifica del Padre y termina su testimonio asegurando que vendrá presto.
“El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente, vengo en breve”. Contestamos como Juan: “Amén, sea así, Ven señor Jesús” Ven a nuestra Iglesia, ven a nuestros hogares, ven a nuestras vidas, ven a mi corazón, pero ven pronto Señor, Amén.
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