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Tesoros en el cielo

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: Tesoros en el cielo

Predicas Cristianas Texto Bíblico: Mateo 6:19-21 (RVR 1960) No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

La palabra tesoro significa un depósito de mucho valor

Uno de los principales motivadores en el mundo es la riqueza, ya que muchos creen que el dinero trae seguridad y “lo compra todo”.  Por eso, el corazón de muchos se invade de avaricia y codicia; quieren más y más, sin límite, a cualquier costo.  Este pensamiento es muy común en la actualidad, y lamentablemente se ha infiltrado en la Iglesia.  Pero en el Reino de Dios se nos enseña completamente lo opuesto, y de esto habló Jesús en el Sermón del Monte.

El mayor error del ser humano es creer que si tuviera x o y cosa entonces sería feliz, creer que si tuviera dinero sería feliz, creer que si tuviéramos algún bien que nos falta entonces ahí si estaríamos completos y eso es un engaño porque no es así.

El ser humano nunca se llena, conseguimos eso por lo que hemos trabajado y queremos algo diferente, conseguimos eso que tanto hemos querido y resulta que ahora queremos algo diferente y así se la pasa el ser humano, deseando, obteniendo y luego volviendo a desear, es como un círculo vicioso.

Esta es la situación de la que nos quiere librar Jesús. De ese afán que se apodera de todo ser humano que pone su mirada en las cosas terrenales.

En la época de Jesús una parte importante de la riqueza de una persona consistía en tener cereales almacenados en grandes silos. Después de cosecharlos, los guardaban en graneros. La riqueza de una familia se medía según el tamaño del silo.

Tambien entre las riquezas materiales mencionadas en la Biblia, frecuentemente se menciona la ropa.

  • Josué 7:21 “…un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro…”.
  • 2 Reyes 5:22 “…un talento de plata, y dos vestidos nuevos…”.
  • Santiago 5:2 “…Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla…”.

Este tipo de riquezas eran atacadas por la polilla, un pequeño insecto alado que se comía las riquezas en su estado de larva, así que cuando Jesús hablo sobre esto en el sermon del monte fue facilmente entendido por todos sus oyentes porque se familiarizaban con lo que Jesús hablaba.

Jesús también habla del Orin o del óxido que daña los metales y por último hablo de los ladrones. En los tiempos bíblicos las casas eran fabricadas con barro, lo cual facilitaba a los malhechores perforar las paredes con palos, y poder así entrar a las viviendas.

Estas tres ilustraciones sirven para hacernos entender que los bienes de este mundo son temporales e inciertos, y por lo tanto, no debemos asignarles un gran valor. Por esta razón el Señor dijo “No amontonen riquezas acá en la tierra”. Para Jesús, las cosas temporales no deben ocupar un puesto de prioridad en el orden de nuestra vida.

Una persona cuya felicidad dependa de cosas así, está condenada a una desilusión trágica. Cualquier persona cuyo tesoro consista en cosas, está abocada a perderlo, porque las cosas no son estables, ni duran para siempre.

El tema de las riquezas se ha prestado a mucha confusión, ya que algunos han interpretado las palabras de Jesús como si Él estuviera hablando mal de la prosperidad—pero no es así.

(Deuteronomio 10:13; Deuteronomio 12:28; Salmos 1:3) Pero lo que no quiere es que pongamos nuestra confianza en las riquezas en lugar de confiar en Él.  Dios quiere que prosperemos, pero esa no debe ser nuestra meta.  La prosperidad vendrá como fruto de la obediencia y la bendición de Dios, pero lo más importante es estar bien con Dios.

Debemos tener claro esto:

(Mateo 6:24Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Fijemonos como Jesús aquí al hablar de las riquezas las compara también con un amo, es uno de los dos señores a los cuales se les puede estar sirviendo.

La palabra que se traduce como “riquezas”, en griego es: “Mamón”, que literalmente significa: confianza o avaricia.  Mamón era el nombre de un dios pagano del Medio Oriente.  En Egipto, había una esfinge gigante dedicada a este dios, conocida como el “Coloso de Mamón”

Mamón no es equivalente al “dinero”. El dinero puede ser visto como un simple instrumento, pero lo malo es el “amor al dinero”.  La pregunta con respecto al dinero es: ¿dónde está nuestro corazón?  Cuando la riqueza se convierte en lo más importante, entonces servimos a Mamón, que es el espíritu de avaricia

Leamos lo que Pablo escribió al respecto…

(1 Timoteo 6:7-11Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él. Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos. Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores. Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad.

Todos debemos usar dinero tarde o temprano, pero Pablo nos exhorta a que evitemos caer en la trampa del amor del dinero. 

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