Tesoros en el cielo

Cuando el dinero es un “ídolo”, éste se convierte en una fuerza que nos lleva a dedicar la vida y entregarla a la búsqueda del dinero, a cualquier costo.

El diccionario define la “codicia” como: el deseo excesivo de poseer muchos bienes y riquezas.  Es el amor al dinero y el deseo insaciable de tener más y más.  En el mundo, la codicia es el modus vivendi, pero tiene un alto costo.

(Proverbios 28:22)  El hombre avaro corre tras la riqueza, y no sabe que la miseria vendrá sobre él.

Así que Jesús al hablar aquí en Mateo lo que quiere es mostrar lo inútil de colocar nuestro corazón en cosas que se destruyen y son tan pasajeras.

Escuché esto, lo insensato que es colocar nuestro corazón en algo vano, en algo pasajero, es como si tratáramos de contener agua en nuestras manos, es como si tratáramos de caminar bajo la lluvia sin mojarnos o como si tratáramos de aguantar la respiración y creer que podemos seguir viviendo.

Es igual de inútil colocar nuestro corazón o esperanzas en algo que es corruptible, en algo efímero, en algo que se esfuma como la neblina. Las riquezas se van, las riquezas son insiertas, nos puede robar la bendición de disfrutar de los verdaderos tesoros celestiales. Porque puedo ser tentado a observarlas más que al Señor.

Hay solo dos lugares donde podemos hacer tesoros, el cielo o la tierra. Pero solo hay un lugar donde ese tesoro es eterno.

No hay más, no existe si no solo dos, dos bancos, en uno, saldremos estafados, aquí en la tierra, invertir para el ahora, invertir nuestras vidas en atesorar y acumular de forma avariciosa nos saldrá caro, no nos alcanza para pagar el tiquete hacia el cielo, un tiquete que es gratis en Cristo Jesús, pero cuando la esperanza de una persona es algo diferente a el pues tiene que intentar por otros medios llegar al cielo pero sus riquezas y bienes de este mundo no alcanzan para pagar el tiquete.

Pero cuando mi esperanza es el Señor, cuando mi mirada aquí en la tierra está puesta en las cosas de arriba entonces mi tiquete está asegurado en primera clase y gratis porque Jesús ya lo pago por mi.

Todo tesoro que tengamos aquí en la tierra es pasajero, tiene algo que afecta su durabilidad.

Jesús habla sobre unos tesoros que para esa época eran comunes, pero aunque esos tesoros de esa época tal vez no sean lo mismo que en esta, lo que si permanece es lo que los hace pasajeros, o lo que daña esos tesoros.

Nosotros conocemos a un hombre quien fue el más sabio del mundo y más rico también a lo largo de toda la historia humana, quien disfrutó de toda clase de placeres terrenales: Salomón. Pero él confesó así:

Vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?” (Ecclesiastes 1:2-3). Todos los tesoros en la tierra son pasajeros, temporales y breves. Son como flor de la hierba que se seca y se cae en seguida.

Ej. Perlas o madera

Lo grave del tesoro, o eso a lo cual hemos asignado un gran valor para nosotros, es que nos atrapa nuestro corazón.

Donde esta el tesoro, ahí está nuestro corazón. Nuestro corazón no puede estar en dos partes al mismo tiempo, Jesús mismo lo dijo no podemos servir a Dios y a las riquezas.

El apóstol Pablo decía se tener abundancia pero también se tener escasez, debemos aprender a vivir en momentos de escasez porque podremos renegar y ofender al Señor con nuestra queja pero también debemos aprender a tener abundancia porque podemos olvidarnos del Señor, llegar a pensar que no necesitamos de el.

(Job 31:24-25,28)  Si puse en el oro mi esperanza, y dije al oro: Mi confianza eres tú; si me alegré de que mis riquezas se multiplicasen, y de que mi mano hallase mucho… Esto también sería maldad juzgada; porque habría negado al Dios soberano.

Job hizo la pregunta que todos debemos hacernos: ¿Dónde está puesta mi confianza…en Dios o en las riquezas?  Si su confianza estaba en las riquezas, entonces él sabía que no estaba confiando en Dios.

Salmos 62:10, “Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas“.

Lucas 12:16-21También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. 17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? 18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; 19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. 20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? 21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.”

El apóstol decía que quería morir para estar con el Señor.

Mirar las cosas de arriba.

Ahora una pregunta, usted sabe muy bien como hacer tesoros en la tierra y como afanarnos muchas veces por conseguir cosas materiales pero como hacemos tesoros en el cielo?.

(1 Timoteo 6:17-19) A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos. Enséñales que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir, acumulando para sí el tesoro de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo que en verdad es vida.

John Wesley decía, gane todo lo que pueda, ahorre todo lo que pueda y de todo lo que pueda.

En pocas palabras es todo acto de obediencia a Dios y su palabra.

© Luis Ortiz. Todos los derechos reservados.

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