Felices fiestas

Ricardo Hernandez

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Predicas Cristianas - Un año nuevo; una nueva oportunidad

Felices fiestas

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: ¿Felices fiestas o Feliz Navidad?

Predica Cristiana Lectura Bíblica de Hoy: Mateo 2:1-11

Introducción

Felices fiestas, palabras de uso corriente en estos día en que celebramos el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo (Navidad), y el comienzo de un nuevo año. Pero. ¿Sabemos realmente la magnitud que tiene semejante evento para nuestras vidas?

Felices fiestas, hermosas palabras cuando brotan del corazón de las personas para desear sinceramente lo mejor, hoy hablaremos de varias cosas que podemos vincular con estos días que transcurren; de hecho que ya pasó la Navidad y cada uno de nosotros sabe lo que sucedió en su vida el 24 y 25 de Diciembre.

Significado de la Navidad para muchos 

Algunos significó una reunión familiar donde pudieron compartir con algún familiar que estaba distanciado o enemistado. Para otros una oportunidad para dar rienda suelta a la glotonería y a la embriaguez.

Para muchos transformarse en armas potenciales de Satanás buscando a quién destruir manejando sus vehículos a alta velocidad y con un torrente de alcohol en la sangre, aún peligrando de ser ellos su propia víctima.

El negocio de la Navidad

También están aquellos que hacen de estas fiestas un excelente negocio. A éstos nada le importa de los problemas económicos del país o de la gente. No les importa en absoluto que haya niños muriendo por la desnutrición, no les importan los abuelos que sin tener a nadie en este mundo tampoco tienen qué comer o con quién estar.

A ellos solamente les importa su bolsillo, los que venden alimentos aumentan los precios solo por que saben que deben comprarles para alimentarse y los que venden juguetes aprovechan las tradiciones mundanas para que los niños comprometan a sus padres a comprarles sin importar si hay o no dinero en la casa.

Resulta evidente que todos estos no tienen la menor idea del contenido espiritual de la Navidad, no tienen idea de la importancia de la conmemoración. No saben de qué se trata pues aún no ha sido quitada la venda de sus ojos.

Regocijo por la Navidad

Pero para otros, para los Hijos de Dios que hacen viva su Palabra en cada acto de sus vidas han tomado estos días con regocijo por el nacimiento de Jesús, de ese ser maravilloso que sacrificó su vida para que sean perdonados nuestros pecados y a través de su muerte tengamos vida eterna.

Un regocijo lleno de meditación en lo que el Señor hizo por nosotros, en cuanto le respondimos conforme a su Palabra y cuantas veces le fallamos; con alegría pero recapacitando sobre nuestra entrega a su obra y si realmente nuestro caminar esta puesto en la dirección de los propósitos de Dios para nuestras vidas.

Como creyentes, podríamos comparar la Navidad que festejamos con tanta alegría, con el nacimiento de la libertad del pueblo de Dios que estaba bajo el yugo o esclavitud de Egipto, “Este mes os será principio de los meses; para vosotros será este el primero de los meses del año” (Éxodo 12:2).

Con nuestro propio nacimiento en Cristo donde somos libertados de la esclavitud del pecado, es este el comienzo de una nueva forma de vida, la humanidad entera reconoce en Cristo un hito del tiempo y por ello se habla de un antes y un después de Él, el comienzo de un nuevo tiempo que para aquellos que confían en el Señor será de bendición y prosperidad.

En periódicos y noticieros hacen una reseña de los sucedido en el 2018, resaltando los desastres que Satanás causó en todo el mundo y aún cuando desean un año venidero mejor, en sus mentes cegadas están pensando que esto es imposible, el año próximo habrá elecciones pero no hay nuevas esperanzas, desde ya confiesan que los nuevos gobernantes serán igual o peor que los actuales o anteriores, confiesan con sus labios que siempre lo pasado es mejor desconociendo el poder de sus confesiones,

Cuando el pueblo de Israel salía de Egipto con Moisés a la cabeza, seguramente había quienes sostenían en la mente un futuro incierto, no sabían que sería de sus vidas, el panorama que se les presentaba no era al que estaban acostumbrado, querían escapar del yugo pero no sabían por qué lo estaban cambiando.

Pero para otros el pensamiento era distinto, veían un futuro de libertad y de bendición, ya avizoraban en sus mentes la tierra prometida, tenían claridad en lo que estaban haciendo y hacia dónde iban, “A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido” (Salmo 16:8)

Los Hijos de Dios, aquellos que hemos aprendido a confiar en Dios con todo nuestro corazón, sabemos que será un año de lucha espiritual, sabemos que tendremos pruebas y dificultades, pero por sobre todas las cosas sabemos en quién hemos confiado, sabemos que nuestra confianza es Jesucristo el Señor.

Como Hijos de Dios hemos establecido en nuestros corazones la seguridad de que la diestra de poder del Señor nos sustentará a cada instante de la vida, la venda nos ha sido quitada y vemos un futuro promisorio, lleno de las bendiciones del Señor, con grandes victorias espirituales.

Aquellos que hemos confiado la vida al Señor Jesucristo podemos decir con absoluta seguridad que el entrante 2019 será un año donde la gloria de Dios se manifestará en todos los confines de la tierra.

Un año maravilloso y lleno de las manifestaciones de poder de Dios en el cual sus prodigios y milagros darán testimonio a toda la creación, cada criatura de la tierra verá la obra de Dios y podrá ser lleno del Espíritu Santo, “Tú coronas el año con tus bienes, Y tus nubes destilan grosura” (Salmo 65:11); el mundo entero sabrá que solo hay un Dios sobre la tierra y que fuera de Él no hay nada que se le pueda comparar.

Demos gracias al Señor por permitirnos compartir este tiempo en su casa, demos gracias por permitirnos llevar su Palabra a nuestra familia aún cuando no estén con nosotros por el momento, en nuestro corazón está la seguridad que la Palabra no volverá vacía sino llena de fruto, demos gracias porque sabemos que creyendo nosotros el Señor atraerá nuestra familia a fin de que toda nuestra casa sea salva.

Demos gracias al Señor por nuestros hermanos y por nuestros pastores a pesar de sus fallas; demos gracias al Señor por las pruebas que hemos tenido en este 2018 porque a través de ellas nos fortalecimos en la fe y aprendimos a confiar plenamente en Él, dejando de lado toda sabiduría humana; ¡¡Gracias Señor!!, gracias por lo mucho que nos diste y muchas gracias por lo que nos quitaste pues entendemos que nos era bueno para nosotros, Gracias Señor porque tu mirada siempre está puesta en nosotros.

Tenemos hoy la oportunidad de comenzar un tiempo nuevo para nuestras vidas, hoy podemos lanzarnos a la conquista de las promesas y bendiciones de Dios; no importa el desierto a cruzar, las luchas o dificultades que pasaremos, lo importante es entender quién va delante de nosotros en esa conquista y avizorar en nuestros corazones la tierra prometida por Dios,

Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez; ni te faltará nada en ella; tierras cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre” (Deuteronomio 8:7-9)

Ten en cuenta que de nada sirve el conocimiento si este no se pone en acción, la Palabra de Dios hay que ponerla por obra, hay que ponerla en práctica en nuestra vida pues la vida misma es práctica.

El pueblo de Israel llegó a orillas del Jordán. Allí llegaron los que verdaderamente pusieron su confianza en Dios, hoy estamos a la vera del 2018 como ellos, hay un río tempestuoso por delante, que si le cruzamos poseeremos la tierra de bendición.

El Señor nos dice: “Ahora pues, levántate y pasa este Jordán, tu y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy” (Josué 1:2), ingresa tú y tu familia a este 2019 confiado en el Señor; habrá luchas y problemas pero sabemos en quién hemos confiado, tenemos seguridad pues el Señor nos alienta diciéndonos: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé” (Josué 1:5).

Ingresa al 2003 confiado, borra de ti lo malo y las luchas del 2018 y no lo recuerdes como el Señor borra y olvida nuestros pecados; quita de ti el temor, “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18a), hemos sido llenos del amor de Dios y ya no hay temor en nosotros, nuestra esperanza es Cristo y Él nos proporcionará un 2003 lleno de prosperidad.

Posa tu mirada en Jesús, llévale a Él delante “A fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino” (Josué 3:4a).

Si has confiado en Cristo, déjate guiar por Él aún cuando el camino no sea lo ancho o suave que quisieras. Él te dice: “Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados” (Isaías 45:2-3). El secreto para tener un buen 2003 es poner a Cristo delante nuestro, que nuestra mirada no se aparte de Él.

Haz que este año marque un hito en tu propia vida, comienza una vida de santidad y verás las maravillas de Dios, dice la Palabra de Dios: “Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros” (Josué 3:5), Él se glorificará en nuestras vidas, en nuestras economías.

Él hará prosperar todos nuestros caminos pero cuando busquemos la santidad, lo hará cuando busquemos su santidad, “Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16); corta el prepucio de tu corazón y crucifícate junto con Cristo “Para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a la concupiscencia de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo pasado para haber echo lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriágueses, orgías, disipación y abominables idolatrías” (1 Pedro 4:2-3), santifícate y somete al señorío de Cristo cada parte de tu vida.

Si decides tu vida por cristo, recuerda que Él todo lo ve, nada oculto hay en Él puesto que Él es luz y sacará a luz todo lo oculto, estamos en el mundo pero no somos del mundo; somos Hijos de Dios y nada tenemos relacionado con el pecado, Acán tomó del anatema y pretendió ocultarlo, trató de ocultarlo a la vista de los hombre (Josué 7:21) pero no lo pudo ocultar a la vista de Dios y recibió su paga.

La paga del pecado es muerte, muerte espiritual, derrota, pérdidas de todo tipo, si quieres santidad debes desterrar el pecado de tu vida y de tu casa, no hagas como Acán y pretendas ocultarlo pues a los ojos de Dios no podrás hacerlo, revisa tu propia vida y la de aquellos que forman tu casa, confiesa los pecado y echa fuera todo espíritu inmundo que en ellas haya, comienza el 2019 en santidad para ver las maravillas del Señor.

Conclusión:

Este es el tiempo en que hagamos como la mujer que tenía flujo de sangre de Lucas 8:43-48 y que busquemos a Jesús, que toquemos su manto, con nuestra fe puesta en Él y en la seguridad que con Él se sanarán nuestras enfermedades físicas y espirituales, y nuestros problemas tendrán solución; tal vez hasta hoy agotaste tus recursos físicos y materiales, pero si como esta mujer tocas su manto, recibirás el perdón y la sanidad de tu cuerpo (Mateo 14:35-36).

Si hasta hoy en tu vida solo hubo problemas y desgracias, es el momento de cambiar, es el momento de poner nuestros ojos en Jesús dejando de ocultar el pecado, aún de los pecados más ocultos nos librará el Señor (Salmo 19:12).

Deja hoy tu vieja vida y permite que la sangre del cordero te limpie de pecados, hoy Jesús quiere darte libertad, libertad para que goces de sus abundantes bendiciones y este año sea coronado de sus maravillas.

Que pases una FELICES FIESTAS pero sabiendo la magnitud e importancia de estos días, felicidades y que el Señor les bendiga en este próximo 2019.

© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.

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Ricardo Hernández
Autor

Ricardo Hernandez

Servidor de nuestro Señor Jesucristo. Entregue mi vida a Cristo hace más de 20 años, y me gusta compartir los mensajes cristianos que Dios pone en mi corazón.

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