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En espera de una respuesta

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: En espera de una respuesta

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Lucas 17:11-19

Introducción

El evangelista Lucas nos cuenta la historia de diez hombres que, excluidos de la familia y la sociedad, vinieron cerca de Jesús esperando una respuesta a su necesidad.

Esta historia nos revela un digno ejemplo de una de las leyes de la vida: la desgracia común rompe las barreras raciales y nacionales. En este caso, la lepra que padecían estos 10 hombres hizo olvidar las diferencias que había entre judíos y samaritanos, y esta misma desgracia los llevó no sólo a recordar que eran seres humanos necesitados de compañía y ayuda mutua, sino a buscar una respuesta a su necesidad.

La «lepra» es un término que se usa en la biblia para referirse a diversas afecciones cutáneas que a veces eran superficiales y a veces graves; puede que incluyera lo que hoy se conoce como el bacilo de Hansen.
Quiero extrae cuatro grandes verdades de esta historia y asociarla a los efectos del pecado y a la solución que Dios ofrece en Cristo.

I. Tenían la misma enfermedad:

le salieron al encuentro diez hombres leprosos” (Lucas 17:12).

Al ser la lepra una enfermedad contagiosa, los leprosos eran excluidos de la familia y la sociedad; debían irse a lugares apartados (Levítico 13).

En el contexto bíblico la enfermedad de la lepra se usa para ilustrar los resultados negativos del pecado en el hombre. Así como la lepra aísla al leproso, el pecado separa al pecador de Dios, trae separación en la familia, en la comunión de los hermanos en la fe y hasta en la sociedad.

Seamos honestos, el pecado es la verdadera causa de que muchos matrimonios y familias completas se destruyan [ya sea por infidelidad, vicios, violencia]; de que adolescentes, jóvenes y adultos sean víctimas de las drogas, el alcohol y el tabaquismo; de que predomine la violencia social, el odio entre los hombres y la injusticia social.

El pecado es la raíz del terrorismo, de las guerras que destruyen y cobran vidas inocentes sin piedad. Es el pecado la razón del desenfreno moral con que vive el hombre postmoderno. Quitas a Dios y prevalece el pecado. Apagas la luz y predominan las tinieblas. Quitas al rey e impera la anarquía.

La biblia dice claramente: “No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” (Romanos 3:10-12).

Los diez hombres padecían la misma enfermedad, de igual forma todos los hombres son reconocidos en la biblia como pecadores que necesitan conocer a Jesús. JESUCRISTO ES LA RESPUESTA.

II. Estaban a la misma distancia de Jesús:

los cuales se pararon de lejos” (Lucas 17:12).

La distancia que debían guardar los leprosos de las personas sanas no era fija, pero se estima que fuera no menos de 50 metros; es por lo que los 10 leprosos se pararon lejos de Jesús. Y este detalle ilustra y confirma como el pecado aleja al hombre de Dios, y también enseña que cuando nos acercamos a Cristo, debemos hacerlo conscientes de nuestra lepra espiritual. [con humildad].

Puede que nos encontremos con alguien que diga: “No soy tan malo como otros. No he matado, no he roba-do. Soy una buena persona. Tengo buenos sentimientos. Ayudo al necesitado. Sostengo misioneros. Hago donaciones” ¡Yo merezco la bendición de Dios! No tengo de que arrepentirme.

Pero la biblia dice claramente que el pecado infestó (enfermó) a toda la humanidad y que todos necesitamos reconciliarnos con Dios por medio de Jesucristo. “Todos hemos pecado, y por eso estamos lejos de Dios.” (Romanos 3:23 TLA; Gálatas 3:22).

La biblia dice que por cuanto el pecado nos mantiene alejados de Dios, Dios tomó la iniciativa en su gracia salvadora de acercarse a nosotros. Dios sabía que éramos prisioneros del pecado y por ello proveyó una vía de escape: la fe en Jesucristo.

Sin Cristo todos están atrapados en las garras del pecado y sólo aquellos que depositan su fe en Él pueden quedar libres. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Él único que puede anular la distancia entre Dios y los hombres, removiendo el obstáculo del pecado, es Jesucristo. Sólo un acercamiento sincero a Jesucristo trae salvación. JESUCRISTO ES LA RESPUESTA.

III. Tenían la misma petición:

¡Jesús, Maestro, ¡ten misericordia de nosotros!” (Lucas 17:13).

Notemos que estos 10 hombres llaman a Jesús por su nombre y lo reconocieron como Maestro. Habían oído hablar de sus milagros y sanidades, pero sobre todo sabían que Dios estaba con él, por ello no dudaron en clamar por misericordia . Ellos tenían una misma petición: ¡Jesús! ¡Maestro, ten misericordia de nosotros!

La biblia habla de un Dios de gracia y misericordia. Son dos términos teológicos diferentes. Es bueno siempre recordar que no merecemos nada de Dios. Dios no está en deuda con nosotros. Todo el bien que experimentamos es el resultado de la gracia de Dios. “aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Efesios 2:5).

La gracia es un favor inmerecido

Es la bondad de Dios que se extiende a quienes no la merecen y que nunca podríamos ganar por nuestros propios medios. Pablo decía “por la gracia de Dios soy lo que soy…pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.” (1 Corintios 15:10).

La biblia dice que todos somos pecadores (Eclesiastés 7:20; Romanos 3:23 y 1 Juan 1:8), que merecemos la muerte (Romanos 6:23) y la condenación eterna en el lago de fuego (Apocalipsis 20:12-15). Si Dios nos diera lo que merecemos, todos estaríamos, ahora mismo, condenados por una eternidad.

Pero cuando recibimos a Jesucristo como Salvador, recibimos misericordia de Dios, y fuimos librados del juicio eterno. En lugar del juicio, recibimos por gracia la salvación, el perdón de los pecados, una vida abundante (Juan 10:10) y una eternidad en el cielo en la casa de nuestro Padre Celestial (Juan 14:1-3).
Toda la humanidad debería clamar, como aquellos diez hombres leprosos: ¡Jesús, ten misericordia de nosotros! JESUCRISTO ES LA RESPUESTA.

IV. Le dieron la misma receta:

Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados” (Lucas 17:14).

A pesar de que Jesús tal vez estuviera cansado, no ignoró la súplica de aquellos leprosos. Es que el Señor siempre está dispuesto a escuchar a los que claman con fe.

La fe de estos diez leprosos se hizo visible en su obediencia a la orden de Cristo. Es que fe y obediencia son inseparables. Los diez salieron rumbo a los sacerdotes antes de verse sanos.

El sacerdote no tenía poder para sanarlos, pero si estaba designado para declararlos limpios. Dice Lucas que ellos creyeron la palabra de Cristo y mientras iban, fueron limpiados. Caminaron en fe (Hebreos 11:1). Jesús le dio la misma receta a los diez.

Y en el orden espiritual Jesucristo es la única receta eficaz para el pecador. Jesucristo es la solución de Dios al pecado de la humanidad. El apóstol Pablo afirma: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.” (1 Timoteo 2:5-6; cf. Juan 14:6; Hechos 4:12).

Dios proveyó en Cristo la solución al pecado, solo resta que la gente acepte a Cristo como la solución a su necesidad espiritual. Jesucristo es el único que cura la lepra espiritual (pecado). Solo el poder de Dios can-cela el poder del pecado y anula la culpa. (Isaías 1:18).

El apóstol Pedro aseguró que “Sólo Jesús tiene poder para salvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos.” (Hechos 4:12 TLA). JESUCRISTO ES LA RESPUESTA.

Conclusiones

Hoy más que nunca la gente debe saber que está lejos de Dios y que necesita experimentar su amor y su gracia salvadora. No es a través de buenas obras que alcanzamos la gracia y la misericordia de Dios, sólo a través de Jesucristo. Jesucristo vino a reconciliar al hombre con Dios.

  • Si necesitas salvación, Jesucristo es el salvador.
  • Si necesitas sanidad, Jesucristo es el sanador.
  • Si necesitas un amigo, Jesucristo es el mejor amigo.
  • Si necesitas paz, Jesucristo es el príncipe de paz.
  • Si esperas una respuesta, Jesucristo es la respuesta.
  • Invitación a Salvación

© David N. Zamora. Todos los derechos reservados.

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