2. Somos llevados al desierto para hablar a nuestro corazón:
1 Crónicas 28:9 “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre”
Muchas veces somos llevados al desierto para hacernos ver lo que hace falta en nuestro corazón y en nuestra vida y que solamente El puede llenarnos a plenitud.
Salomón se le estaba dañando el corazón y Jehová trata con el, le habla y le aconseja.
3. Somos llevados al desierto como un tiempo de prueba:
Muchas veces vivimos tiempos gloriosos, y Dios permite tiempos de derrota también.
Cuando nos encontramos en tiempo de desierto, la mayoría de veces nos sentimos solos, apartados, tristes, que nadie comprende ni nos entiende. Creemos que estamos solos y que nunca saldremos de este percance. Lo interesante de todo esto es que aun estando en el desierto Dios estará con nosotros para fortalecernos.
Exódo 13:22 “No quitó de delante del pueblo la columna de nube durante el día, ni la columna de fuego durante la noche”
Así como estuvo con su pueblo al sacarlo de Egipto, mientras anduvieron por el desierto Dios les mando una nube en el día y una columna de fuego en las noches para guiarlos; pero mas que para guiarlos lo hizo para darles a entender que estuvieran donde estuvieran él estaría con ellos.
Jesús dijo en Mateo 28:20 “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”
Oh hermano no importa por el desierto que estés atravesando, no importa las circunstancias, no importa el problema; Jesús prometió estar contigo.
Oseas 2: 18-21 “En aquel día haré también un pacto por ellos con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra; quitaré de la tierra el arco, la espada y la guerra, y haré que ellos duerman seguros. Te desposaré conmigo para siempre; sí, te desposaré conmigo en justicia y en derecho, en misericordia y en compasión; te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás al SEÑOR. Y sucederá que en aquel día yo responderé–declara el SEÑOR–, responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra”
Esto quiere decir lo siguiente, cuando nosotros oremos, nada se va a interponer entre nuestra oración y Dios. Al encontrarnos en ese momento de intimidad estaremos cerca de nuestro Dios, cuando le hablemos El dará orden desde los cielos para que nosotros podamos comer trigo, el cual es figura de la palabra, mosto, es gozo y aceite es unción.
Quizás tu no entiendas porque estas atravesando por el desierto, y a lo mejor no has visto el lado bueno te de todo esto, y es porque Dios está tratando contigo, a lo mejor hay cosas que debemos cambiar, a lo mejor hay cosas a las que debemos renunciar, a lo mejor hay cosas a las que estamos aferrados y no queremos soltarnos de ellas, a lo mejor quiera tratar con nuestro corazón y por ello nos dejó solos por un breve momento.
A veces Dios permite el desierto en nuestras vidas porque quiere tratar con nosotros en la soledad y por ir en busca de una solución no escuchamos la voz de Dios.
Eso le pasó a un grupo de personas que no querían oír a Dios a través de moisés, mientras iban caminando por el desierto hacia la bendición mucho de ellos murmuraban diciendo: Este ahora nos trae al desierto para que muramos.
Cuando Moisés subió al monte por orden de Dios muchos de ellos perdieron las esperanzas por el desespero y decidieron darle la espalda a Dios y hacerse un dios que los guiara.
Cuando salgas del desierto no veras las situaciones, circunstancias y personas de la misma manera. Nuestros ojos verán lo que viene para nosotros, las bendiciones abundantes de parte de Dios, la prosperidad a nuestra vida y Dios comenzará a levantarnos.
Para que esto suceda necesitamos creer.
Quienes no reciben sus bendiciones es porque no están peleando por ellas.
Si cada uno de nosotros estamos pasando un desierto en el cual sentimos que todo esta terminando, es porque Dios quiere que nosotros dependamos totalmente de El.
