Mas que un deseo, una esperanza

  • Lesión o enfermedad en la abertura vaginal (causada por relaciones sexuales, infección,  úlcera o venas varicosas)
  • Lesión vaginal por la inserción de objetos extraños, por por infección
  • Paredes vaginales secas a causa de la carencia de estrógeno después de la menopausia
  • Embarazo complicado por aborto
  • Fluctuación en los niveles hormonales
  • Inicio o suspensión de píldoras anticonceptivas
  1. Drogas, como los anticoagulantes
  • Estrés

Esta mujer estaba desesperada, el flagelo de esta enfermedad la había destituido de su rol en la sociedad, no tenía opciones, sólo quedaba una puerta por tocar y ella decide hacerlo.

Ella no podía presentarse delante de nadie debido a su impureza, esta mujer sólo quería tocar el borde del manto de Jesús para de esta manera no contaminarle, pero sí para recibir sanidad.

Estaba toda débil; su rostro era el rostro de la muerte y del dolor. Bastaba con mirarla para sentir lástima por ella y pensar que no tenía ya esperanza.

  • LA MUJER AL VER A JESÚS SUPO QUE HABÍA ESPERANZA PARA SU VIDA.

EN EL V. 27 DICE “CUANDO OYÓ HABLAR DE JESÚS”

Ella no perdió la oportunidad buscando pretextos para no venir a buscar a Jesús.

Cuáles son los pretextos que tenemos nosotros para no acercarnos a Dios, para no dar el diezmo, para no asistir a los cultos, para no leer la Biblia, para no orar, para no tener comunión con él, para no servirle.

Esta mujer nos enseña que no hay pretexto que valga para no buscar a Cristo, ella bien pudo decir: “estoy enferma”, “estoy cansada”, “no tengo dinero”, “no me siento bien”; pero todo eso lo hizo a un lado para buscar y acercarse a Cristo porque creía que cuando se acercara a Jesús, jamás se volvería a sentir enferma, cansada.

Ella sabía que al tocar el manto de Jesús su vida no seria la misma, Cristo era su esperanza y también es tu esperanza hoy si crees que él puede cambiar tu vida, él puede hacer un milagro en ti; la gente necesita escuchar hablar de Jesús como esta mujer, él es la esperanza para todos aquellos que viven en pecado, que sufren y están vacíos.

Mat 11:28  “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”

Esta mujer hizo lo imposible por acercarse a Jesús y poder tocar el borde de su manto.

Me pregunto si esta mujer que estaba declarada impura, que no podía estar en lugares publico, que no podía tocar a nadie y ser tocada, como hizo para atravesar una multitud y tocar el manto de Jesús sin perjudicar a nadie.

Hoy trataremos tres principios Bíblicos que pueden cambiar el rumbo de tu vida hoy.

1. CUANDO DECIDIMOS BUSCAR DE JESUS, NO HAY OBSTÁCULO QUE NOS DETENGA.

Mar 5:27-28 “cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva”

Imagínese el esfuerzo que tenía que hacer una mujer enferma, débil y acabada para hacerse espacio entre la multitud.

¡Qué gran fe de esta mujer! Hoy mucha gente dice: “¿para qué voy a la iglesia?”, “¿para qué leo tanto la Biblia?, me voy a volver loco”, “¿para qué voy a estar orando tanto?”.

Esta mujer creía que su única salvación era Cristo, que si Jesús no cambiaba su vida, entonces sí ya nada podría cambiar su situación: Pero Jesús es la ESPERANZA para el alma atribulada, cansada de sufrir, de vivir en el pecado. SOLAMENTE CRISTO ES NUESTRO PRONTO AUXILIO de las garras de Satanás, de la enfermedad, de la escases, de la miseria, aun, de la muerte misma.

Para esta mujer el tocar el manto de Jesús representaba salvación, sanidad, prestigio, libertad, pureza.

2. CUANDO DECIDIMOS BUSCAR DE JESÚS, NUESTRAS VIDAS SON LIBRADAS DE MALDICIÓNES.

Mar 5:29  “Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote”

¿Quieres recibir bendición? Deja todos tus pretextos a un lado, vence los obstáculos y deja que Jesús te libre hoy.

Tanta gente que estaba apretando a Jesús y seguramente tenían problemas y necesidades, pero solo una mujer supo cómo tocar a Jesús, solo una mujer supo como acercarse a Jesús.

A lo mejor todos regresaron a sus casas con curiosidad satisfecha, pero está mujer logró que Jesús supliera su necesidad. ¿Qué vas a hacer tú? Serás como la multitud y dirás: “fíjate que hoy la iglesia estuvo llena, y que cantamos muy bonito y que tal hermano testificó, y que el sonido de los instrumentos falló…” ¿Serás uno de tantos que llega a los cultos para salir igual? O como la mujer: “si tan solo tocare el borde de su manto”.

De hecho Col 2:14-15nos dice que Jesús a través de su muerte anulo toda acta que nos era contraria, quitándola de en medio nuestro, clavándola en la cruz del calvario.

Pero también nos dice que despojo a todo principado y a toda potestad, exhibiéndolos públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Cuando estas debajo del manto de Jesús nada podrá tocarte, nada podrá hacerte frente, ninguna arma forjada prosperara en contra tuya.

3. CUANDO DECIDIMOS BUSCAR DE JESUS, RECIBIMOS LA BENDICION.

Mr 5:29 “Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote”

El manto de Jesús cambio totalmente la vida de esta mujer, ella lo deseaba, lo anhelaba; mas que un deseo era una esperanza para ella.

Bíblicamente el manto de Jesús representa protección, y es sinónimo de búsqueda, de hambre hacia su palabra, hacia su presencia.

Num 15:37 – 40  “Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis. Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios”

No cargues más tiempo con tu pecado, con tus problemas, con tus pretextos. Ya deja de intentarlo a tu manera, ya deja de leer el horóscopo, ya deja de creer en leyendas y busca el manto de Jesús.

Ya no sigas lejos de Jesús, llénate de su presencia. Ven, acércate a este altar y toca el manto de Jesús, toca a Jesús y deja que él te toque a ti. Ya no lleves más tiempo tu fracaso, clama a Jesús y dile: “Jesús, sálvame” “AYÚDAME, SÁNAME, LÍMPIAME, TÓCAME…”

Él esta aquí para consolarte, él esta aquí para ministrar tu corazón, él esta aquí para sanar tu alma y tu cuerpo.

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