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Tres clases de personas

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para el son locuras, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.  En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie1 Co 2:14-15

Por lo general, la Biblia divide a todos los seres humanos en dos grandes grupos: El hombre natural, y el hombre espiritual.

El hombre natural (gr. “Psichiros”) es aquella persona que aun no ha sido regenerada, que no tiene a Cristo en su corazón, y por supuesto, no ha experimentado un nuevo nacimiento. Este grupo anda bajo la influencia y dominio del mundo, vive según sus instintos, cegado y atrapado en las cosas terrenales.

El hombre espiritual (gr. “Pneumatiros”) es aquella persona regenerada, nacida de nuevo, que tiene el Espíritu Santo morando en su corazón. Este grupo no pertenece al mundo ni mucho menos camina por instintos, sino bajo la guianza del Espíritu Santo de Dios.

Aunque el hombre espiritual “Creyente” ha recibido una nueva vida, una cobertura especial de parte de Dios, conserva aun consigo la parte carnal y sus inclinaciones hacia lo malo. La carne no pierde su naturaleza, ella no puede cambiarse a buena, se le debe dar muerte y vencer mediante el poder del Espíritu Santo.

Ro 8:13 “Porque si vivís conforme a la carne, moriréis, más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”v

El creyente debe vencer diariamente la carne negándose hacer lo que ella quiere, debe ser una lucha constante (la palabra CARNE “sarx” aquí mencionada, no hace referencia la materia en si, sino mas bien, a la naturaleza pecaminosa que esta formada por toda clase de debilidades) Pero no todos los creyentes hacemos este esfuerzo, no luchamos contra nuestras debilidades, y si lo hacemos, no somos constantes en eso; y párese ser que dentro de estos dos grupos, entre el hombre natural y el hombre espiritual ha surgido un grupo mas conformado por aquellas personas “creyentes carnales”

Pablo al escribir a los Corintios, advierte que algunos se estaban comportando de manera mundana, de manera no espiritual; que en vez de resistir con firmeza las inclinaciones de su carne, hacían todo lo contrario; a menudo cedían a ciertas acciones incorrectas, no dignas de una persona realmente regenerada.

1 Co 3:1-3 “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aun no erais capaces, ni sois capaces todavía. Porque aun sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?

Pablo llama a ciertas personas de Corintios “creyentes carnales” ciertas personas se estaban comportando de tal manera que ya no crecían espiritualmente, no progresaban, y habían tomado una actitud como personas recién convertidas, como si nunca supiesen lo que implica seguir a Cristo; esa carnalidad la expresaban en celos, contiendas y disensiones.

Miremos la historia de dos hombres cuyas vidas eran totalmente diferentes, analizaremos detalladamente la vida individual de cada uno de ellos.

Gn 4:1-5,8 “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. Después dios a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de los más gordo de ellas. Y miro Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miro con agrado a Caín y a la ofrenda suya, y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante”

V. 8 “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estado ellos en el campo, Caín se levanto contra su hermano Abel, y lo mato”

Dios había estipulado un mandato en la vida conyugal del ser humano: “Fructificad y multiplicaos” Fue así como Adán y Eva tuvieron dos hermosos hijos, uno llamado Caín, y otro llamado Abel.

Como todo buen padre, Adán estaba al tanto de que nada le faltara a sus dos hijos, Eva los cuidaba con ese gran amor de madre mientras los niños crecían bajo el calor de una familia trabajadora y amantes de Dios. Pero luego de ser ya unos hombrecitos, Abel decidió ser pastor de ovejas, mientras que Caín los sus pasos de su padre, agricultor; pero como todo lo que brilla no es oro, esta familia comenzó a vivir la dura prueba de dos hijos que no se respetaban entre si. Caín no era aquel niño inocente y juguetón, ahora era todo un hombre con un carácter fuerte y peligroso.

Miremos estas dos grandes diferencias entre Caín y Abel.

V.2 nos dice que Abel fue pastor y Caín agricultor, dos oficios totalmente diferente, Abel se dedicaba a cuidar ovejas, y Caín a sembrar tomate, yuca, maíz, papa, cebolla, arroz, maracuyá, lulo, aguacate, naranja, pera, etc. Sin duda estos muchachos eran experto en sus oficios, pero como todo hermano tenían a veces sus roces y problemas que quizás los llevaba a insultarse y ofenderse en palabras duras. La vida seguía y el tiempo pasaba.

V. 3 “Caín trajo una ofrenda a Jehová”

La primera adoración a Dios ocurrió justo aquí en esta familia, donde Caín y Abel trajeron una ofrenda a Jehová. Muchos estudiosos de la Biblia han sostenido que la ceremonia ofrecida por Caín y Abel era un sacrificio a Dios, y que por esta razón Dios acepto la ofrenda de Abel y no la de Caín. (Yo no creo que haya sido un sacrificio)

1. En ningún momento Dios pide a estos muchachos que les brinde ninguna clase de sacrificio.

  • No se menciona altar alguno como lo menciona el mismo autor de este libro en el capitulo 22, donde Dios ordena a Abraham que ofreciera a su hijo en sacrificio.
  • Por ningún lado se escucha la voz de Dios pidiendo algo a estos dos jóvenes.
  • Para un verdadero sacrificio a Dios se necesitaba de animales y por supuesto derramamiento de sangre.

Si usted observa cuidadosamente el pasaje, podrá darse cuenta que la decisión de ofrecer una ofrenda a Dios partió de la iniciativa de ellos; claramente el V. 3 dice: “Que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová” Ofrenda en Heb “minjah” que significa “regalo o tributo” a Jehová.

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