Busca la unción

Pastor José R. Hernández

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La unción

Busca la unción

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El Señor se mueve cuando el pueblo ha aprendido a darle ese lugar especial en cada corazón, entendiendo que cada vez que tenemos una reunión, la tenemos para Él y nuestras actitudes son conforme a esa entrega, con Él presente en todo lo que hacemos, y por esto es que muchas veces en medio de un servicio hemos tenido que cambiar el programa para darle espacio al mover del Espíritu.

Cuando estamos orando no debemos hacerlo para impresionar a nadie, sino con un deseo genuino de que Él reciba nuestra oración. Al leer la Palabra no debemos hacerlo queriendo demostrar cuanto conocimiento tenemos, sino con el deseo de que sea Dios mismo tocando los corazones por medio de las Escrituras; cuando integro el grupo de alabanzas no lo hago como si fuese un cantante del mundo sino como un salmista que desea que su canto llegue al Señor como ofrenda digna y agradable, y así en cada cosa que hago para la obra de Dios.

Debemos tener claro que cuando el poder de Dios se derrama en su pueblo, no hay que estar tratando de convencer a los demás de que Él está ahí, no hace falta decirle al pueblo que la presencia está ahí o que ha descendido la unción y el poder, porque su presencia es inconfundible.

Hay una diferencia entre una visita y un miembro de la familia de Dios, la visita ve solo una parte de la casa y de nuestras vidas, pero la familia ve toda la casa y nos ve en momentos donde nadie más nos ve, y así es entre la persona que visita a Dios y el que habita con Dios, el que visita nunca podrá conocer lo que la familia conoce, ni tampoco podrá disfrutar de su unción.

Con Dios podemos ser visita, familia lejana o familia que vive en la casa con Él; nuestra relación con Dios puede ser una relación de cuando visitamos la iglesia, puede ser una relación de iglesia, oración , e intimidad ocasional; o como debería ser la de todos los creyentes, una relación de intimidad, una relación de Padre a hijo y de hijo a Padre, donde nuestro voz puede clamar verdaderamente, Abba Padre, sabiendo que nos ha escuchado y que le hemos tocado el manto para que su poder descienda.

Dios no busca hombres y mujeres perfectos, Jesús dijo que el que estaba sano no tenía necesidad de médico, de manera que Él vino a buscar al que estaba enfermo, como nosotros estábamos enfermos espiritualmente antes de conocer a Cristo; Dios busca a hombres y mujeres que sean honestos con Él y que le amen de verdad.

Los hombres de David eran hombres comunes, en un principio cobardes, afligidos, endeudados amargados de espíritu sin ánimo para nada rechazados por la sociedad, se sentían tan indignados por el sistema político que prefirieron huir a una cueva y el numero era de 600 hombres similares, pero en medio de ellos estaba un hombre que amaba a Dios y que deseaba la unción, era David, y estos hombres que habían visto a David, entendieron que la valentía, la fuerza, y el poder lo daba la unción de Dios.

Si algo te está separando de Dios, entonces díselo. Háblale con franqueza, y se humilde para escuchar su exhortación y consejo. Confiésale tus pecados y pídele que te ayude a superarlos, que te ayude a parecerte a Él, que te de sabiduría de lo alto.

Pero esto no se lo puedes decir como el que dice algo para salir del momento, sino que estas palabras deben nacer de tu corazón, “porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creadoIsaías 57:15-16.

La unción de Dios no se manifiesta en la iglesias

También sucede que muchas veces la unción de Dios no se manifiesta en la iglesias porque mientras la unción está descendiendo los niños juegan y corren, algunos conversan, y otros son simples espectadores, y nunca veremos la unción en nuestra vida, si no aprendemos a ser reverentes a la unción de Dios, tenemos que ser estrictos si amamos la unción de Dios, aunque pueda que a alguno le suene molesto, pero por reverencia a la unción de Dios, tenemos que serlo ya que es mejor agradar a Dios antes que a los hombres.

Necesitamos la unción de Dios

No basta con arrepentirnos, no basta con ser bautizados, no basta con recibir el Espíritu Santo, necesitamos la unción de Dios pues la unción de Dios es lo único que puede quitar toda carga de tus hombros, no más sufrimientos, no más derrotas, no más angustias, no más enfermedades, no más tormentos, no más necesidades, aquí está la unción de Dios.

Los esclavos se les encadenaban del cuello con otras que estaban en igual condición, y eran llevados a donde sus amos querían, y eso mismo sucede a las personas sin unción, cualquier cosa los mueve, una falta los lleva a ser esclavos, hoy podemos ver gente esclava de pecados ocultos, tentaciones, ceden a cualquier cosa, y se preguntan ¿por qué?, si ya soy cristiano, déjame decirte es que te falta la unción de Dios.

Hermanos, hoy no es un día más, este mensaje llega a tu vida con un propósito, llega a tu vida para que no te vayas como siempre sino que lo hagas lleno de la unción de Dios, entonces hoy toma una actitud distinta, acércate al Señor de una forma diferente, hoy ríndete a Él, pero deja que sea a su manera y no como a ti te parece mejor.

Hay muchos que solamente le han dado a Dios una parte de su vida, pero Dios quiere todo a nada, y así como Él entregó todo lo que tenía, asimismo pide todo de nosotros; vivir una vida de disciplina, entrega y sacrificio, y entonces tendremos la unción de Dios.

Conclusión

Acércate hoy con un corazón de adoración, olvídate de los que están a tu lado y busca esa unción del Señor que está descendiendo de lo alto; mientras adoras deja que esta vez el llene el templo, tu templo, el templo donde el Espíritu Santo ha hecho morada, con ese oleo del cielo que está descendiendo, y “recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra”.

Y ahora, Señor, …….. concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo JesúsHechos 4:29-30.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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José R. Hernández
Autor

Pastor José R. Hernández

José R. Hernández; educación cristiana: Maestría en Teología. El Pastor Hernández y su esposa son ciudadanos de los Estados Unidos de América.

1 comentario en «Busca la unción»

  1. Buen mensaje siervo de Dios. Hoy en día ya casi no se predica así, pero que alegre que todavía hay un remanente predicando del Poder del Evangelio.

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