Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: Por la sangre de Jesús
Introducción
La sangre de Cristo, esa que es muchas veces pisoteada al pecar deliberadamente, es sin duda el regalo más precioso que el Padre le ha entregado a la iglesia, y como dije, es muchas veces pisoteada porque son pocos los cristianos que entienden su valor.
Muchos cristianos alaban el poder de la sangre derramada en la cruz, cuantas veces nos hemos gozado con el corito: Hay poder, poder, sin igual poder, en la sangre de Jesús; cantamos, nos gozamos en la alabanza, pero la mayoría de los creyentes rara vez entran en el poder de esa sangre porque no lo comprenden.
Y esto sucede porque no comprendemos el tremendo significado que tiene la sangre de Cristo; pedimos la sangre como si fuera una fórmula mágica de protección, pero son pocos los cristianos que pueden explicar su gran gloria y beneficios, y eso es lo que les lleva a participar de la Santa Cena en cualquier condición y sin arrepentirse de sus pecados para ajustar las cuentas con el Señor.
Hoy estamos en un pacto nuevo sellado la sangre de Jesucristo, y cuando su sangre preciosa es rociada en nuestra alma, es para tener comunión y purificación.
Leamos la Palabra de Dios
Apocalipsis 12:10-11 “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”.
El poder de la sangre de Jesús
Si yo te preguntara que significa el poder de la sangre, más allá del perdón de los pecados, que significa la sangre de Jesucristo, ¿podrías explicarle a tu familia, o a tus compañeros de trabajo, el valor y la virtud de la sangre de Jesús?.
Para comenzar el análisis debemos distinguir entre la sangre derramada y la sangre rociada, pues la mayoría de los cristianos saben de la sangre que Jesús derramo por nosotros, que recordamos en la Santa Cena cuando leemos que “después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama” Lucas 22:20
Allí recordamos su sacrificio cada vez que participamos de ella, y ese es el conocimiento que muchos cristianos tienen de la sangre de Cristo, es decir que saben de la sangre derramada, pero no de la sangre rociada.
Dios le ordena al pueblo
En Éxodo 12:22-24 leemos que Dios le ordena al pueblo: “Tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir. Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre”
Vemos que mientras la sangre era sangre que haba sido derramada no tenía efecto, y para tener poder para salvar debía ser rociada, es decir que no podían dejar la sangre en el lebrillo en la puerta y listo, sino que tenía que ser levantada y rociada sobre la puerta para que cumpliera el propósito de protección.
Sabemos que el A.T. era sobre de lo que vendría, entonces la sangre de Éxodo 12 es un tipo de la sangre de Cristo derramada en el Calvario pero que no cayó en la tierra y desapareció, sino que fue recogida en el cielo, y cuando uno es rociado con ésta, es cuando está totalmente bajo la protección de la sangre de Cristo contra todos los poderes de Satanás, pues cuando ve la sangre de Cristo sobre tu puerta del corazón, deben pasar sobre ti, no pueden tocarte porque ellos no pueden tocar a quienes han sido rociados con la sangre de Cristo.
Esto es algo que no todos entienden y siguen temiendo a las brujerías y trabajos del diablo, así que la sangre no solo tiene que ver con el perdón sino que ha sido levantada y rociada en los corazones fieles y obedientes para guardarlos del mal, es decir que:
“si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” 1 Juan:16-7
Es lamentable ver como tantos creyentes no disfrutan del poder y la virtud de la sangre de Jesús por no saber cómo la sangre es rociada en nuestros corazones, por lo que debemos saber que la sangre es rociada sobre nosotros por el Espíritu Santo que mora en nuestro corazón, cuando por fe recibimos su obra en la cruz, donde evidentemente no es un rociamiento físico sino una acción espiritual donde hasta que realmente creamos en el poder del sacrificio en la cruz:
“siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” Romanos 3:24-25
De manera que sin fe, la sangre de Cristo no produce ningún efecto en nosotros.
Tomar la copa indignamente (La sangre de Jesús)
Cuando Pablo advierte sobre tomar la copa indignamente no significa tomar la Santa Cena después que hayamos pecado en alguna manera, pues sabemos que si nos arrepentimos Jesús nos perdona y nos limpia.
Pablo se refiere al hecho de acercarnos a la mesa del Señor, tomando la copa que simboliza su sangre, pero sin creer en el poder de esa sangre, lo que acarrea condenación al no creer que la sangre de Cristo nos ha justificado ante Dios.
Muchos creyentes se pierden la experiencia de la mesa del Señor porque viven en condenación al no ir a la sangre en fe, por lo que el apóstol da esto como una razón por la cual hay tanta enfermedad entre los creyentes, están débiles porque no creen que la victoria integral se encuentra en la sangre de Cristo.
Es por esto que debemos entender que la evidencia de la fe es la paz, y si crees con todo tu corazón en el poder de la sangre de Cristo, tu conciencia y tu alma tendrán paz, y cuando participes en la cena del Señor tomarás la copa y podrás decir: Creo que soy salvo, perdonado, sanado, y liberado porque creo en el poder de la sangre derramada en la cruz del Calvario.
Puedes saber que la sangre ha sido rociada en tu corazón porque estás dispuesto a caminar en la luz y permitir que el Espíritu Santo saque toda tinieblas de tu vida, porque “si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” 1 Juan 1:7.
Puedes saber que la sangre ha sido rociada en tu corazón cuando clamas al poder y autoridad de la sangre de Cristo inmediatamente al ser atacado por el enemigo, y no que cuando se encuentran en problemas hacen lo que les parece mejor o se mantienen en el temor y la condenación.
Cuando estás tan seguro del poder de la sangre, tu conciencia no te condena pues sabes que has sido rociado, pero cuando te acusa y te recuerda como le fallaste a Dios y bajas tus brazos, dejas de servir, orar, etc, te sugiero que te vuelvas al Señor, y que te arrepientas, acercándonos “con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia” Hebreos 10:22, pues eso sucede porque la sangre no está siendo rociada sobre ti, ya que una conciencia pacífica y limpia es la señal de haber sido rociado con su sangre.
Hemos vencido por medio de la sangre de Jesús
Como cristianos debemos entender que la sangre de Jesús nos redime del pecado, es decir que nuestros pecados son borrados, y también somos redimidos del poder de las tinieblas, y digo que debemos entenderlo porque muchos han sido redimidos y justificados por la sangre pero no lo saben y siguen viviendo en condenación y temor por los trabajos del diablos que les hicieron; tienen fe en el Señor para muchas cosas, pero no han entrado en la gloria de ser justificados por la sangre.
Muchos cristianos no saben que su pecado ha sido cubierto, totalmente pagado, y todos tenemos que entrar a ese conocimiento por fe para recibir el beneficio que es la paz con Dios, la sangre de Jesús ha comprado toda la iglesia, esta es una obra continua del Espíritu Santo; entendamos que la sangre de Cristo vence a Satanás y el huye, entonces los trabajos que nos pueden haber hechos ya no están sobre nosotros, los miembros fieles y obedientes de la iglesia:
“le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio” Apocalipsis 12:11.
Como cristianos nuestra actitud debe ser fuerte, somos guerreros comprados con la sangre, salvados por la sangre, más que vencedores en Cristo Jesús, nosotros no estamos sometidos por el diablo, no rogamos que nos dé un poco de libertad pues ya somos vencedores, Jesús gano la batalla por nosotros y su sangre prevalece sobre toda obra de maldad.
Conclusión
Si crees verdaderamente en el sacrificio de la cruz, si crees verdaderamente en el poder de la sangre de Cristo, nuestro grito de guerra debe ser: Proclamo la victoria de la sangre de Jesús, soy lavado por la sangre, comprado por la sangre, justificado por la sangre, salvo por la sangre, redimido por la sangre, y proclamo la victoria de la sangre de Jesús para mi vida.
Hoy, la sangre que ha sido rociada sobre nosotros, no es de becerros, chivos u ovejas sino de Cristo, el Cordero de Dios, por lo que es un sacrilegio si continuamos andando en temor, en culpa y en condenación, ya que la sangre nos limpió, justificó y nos protege del poder de satanás, y por esto debemos alabar a Dios con un corazón agradecido y sin dudas; ahora, “Alegraos en Jehová y gozaos, justos; Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón” Salmo 32:11.
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Este mensaje es el mas hermoso y me di cuenta de lo que poseo en Cristo. Ahora somos aceptos ante los ojos de Dios y verdaderamente puedo decir que estamos cubiertos por la sangre de Jesus.