Mateo 16
Aunque así lo quisiéramos, no todas las personas son una influencia positiva en nuestras vidas. Algunos, aún sin quererlo, afectan nuestro código de valores y nuestras metas más importantes. Es nuestro deber reconocerlos y frenar sus efectos.
En esta sociedad tenemos que tener relación con las demás personas, este tipo de relaciones unas las escogemos nosotros por coincidencia de valores, objetivos similares y estilos afines en los gustos o el comportamiento.
Otras relaciones nos son impuestas, vecinos del barrio, compañeros de estudio o trabajo y familiares. Juan 17: 15 “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.”
Las relaciones impuestas debemos aceptarlas y aprender a manejarlas de forma armónica. Las que elegimos nosotros por aprecio o porque consideramos favorable para la satisfacción de nuestras necesidades, nos corresponde cultivarlas y darles continuidad.
Estamos en este mundo y es inevitable estar en contacto con personas que tratan de influenciarnos unos para bien y otros para mal. Satanás anda como león rugiente buscando a quien devorar.
Las personas con quien tratamos a diario muchas veces determinan nuestro comportamiento.
La gente del mundo pide señales para poder creer en Jesucristo. V 4 “La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue.” los cristianos verdaderos creemos por fe, y nos congregamos para adorar y agradecer a Dios.
El hombre por naturaleza tiende a dejarse influenciar con facilidad. Satanás a través de la serpiente influencio a Eva. Eva influencio a Adán a pesar que él era conocedor de Jehová. Génesis 3: 1- 5 “Perola serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 3:2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3:3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 3:6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.”
El pueblo de Dios empezaba a murmurar, a renegar de Dios influenciados por los de afuera. Números 11: 4- 5 “Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! 11:5 Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos;” las iglesias somos grupos de personas adoradoras de Jehová, pero muchas ya se han dejado influenciar por el mundo, y solo se congregan para pedir y aprovechando la necesidad del hombre hacer shows y rifas de milagros.
Como cuidarnos de las malas influencias.