2. La investidura de poder
El Espíritu Santo llegó como viento recio, con estruendo, con llenura. Así también llegará sobre nuestros templos.
Ver. 3 lenguas como de fuego
Ver. 4 fueron todos llenos del Espíritu Santo
3. El primer testigo
Fue tanto el impacto que la gente de alrededor tuvo que acercarse a indagar qué era lo que ocurría. Pedro se levantó y tomó la vocería. Algo ocurría en la disertación de él. Pero ¿quién era Pedro? ¿Por qué ocurrieron cosas grandes? ¡¿Qué le pasó?!
Él era un simple pescador del mar de Galilea que había sido llamado por Dios a ser un discípulo de Jesús. Era de carácter fuerte. No tenía educación intelectual, había nacido para pescar. Vio a Jesús haciendo milagros, prodigios, resucitando, sanando. Y ahora estaba lleno del Espíritu Santo; estaba bautizado, tenía poder del Consolador encima, y eso lo impulsaba a predicar con pasión, con denuedo, con vehemencia, con libertad…
En su predicación experimentó la obra del Espíritu Santo, la cual Jesús les había hablado: tocando las vidas de manera que muchos recibieron la Palabra, y no simplemente eso, sino que quisieron bautizarse, y lo hicieron. Vio un respaldo glorioso. Ese día se añadieron a la iglesia como tres mil personas (Hch. 3:41). Eso lo hace el Espíritu Santo. Mientras prediques en las calles de tu barrio lo notarás: verás las lágrimas que caerán sobre aquellos desvalidos, pecadores, amadores del dinero, y aceptarán al Señor en sus corazones; verás milagros, prodigios, señales sobrenaturales. Pedro lo vio; y con temor y temblor, por fin pudo sobrellevar la enseñanza de Jesús.
Se prendió el avivamiento. A partir de allí, todos amaban predicar la palabra de Dios, lo daban todo por el evangelio de Jesucristo, preferían la muerte antes que renunciar a la obra misionera. Ese es el avivamiento que hoy abre sus puertas ¿Qué valiente misionero quiere entrar por ellas?
Amado ha llegado el avivamiento en la obra misionera. Tenemos el respaldo de Dios ¿qué te impide predicar a las almas perdidas? Si el respaldo proviene de Dios, si es Dios quien redarguye, toca las vidas, quebranta, llena, bautiza…