Tiempos y cambios

Limitaciones de un leproso:

• Excluido social.
• Altamente toxico y contagioso.
• Errante emocional.
• Emocionalmente inestable.
• Baja estima e identidad extraviada.

El hombre con lepra en el corazón no es cualquier cosa. Es un visitado por Dios. Pero Dios le está diciendo a Moisés es: Tú no puede ir a Egipto, no puedes presentarte ante el palacio de Faraón y mucho menos conquistar esa tierra… sino te conquista primero a ti mismo.

La iglesia no necesita más unción ni poder, lo que necesita es que le pase lo mismo que a Moisés. Es que hay mucha gente llena de unción y poder que caen derretidos ante la primera desgracia o tentación… porque el problema de la iglesia no es unción sino falta de carácter.

Cuando hay falta de carácter no importa:

• Que hablemos seis días en lenguas.
• Que hagas un culto solo de tumbar gente.
• Que prediquemos horas interminables de mensajes motivacionales.

Cuando se levante la oposición nos desplomaremos como fichas de dominó. Cuando el carácter es trabajado, usted puede decirle a lo que sea “Yo sé que mi Redentor vive, Y con El me levantare” (Job 19:25). 

• Sé quién soy.
• Sé quién me llamo.
• No tengo doble vida.
• Se para dónde voy

Segundo: administrar el tiempo para afectar los cambios.

Génesis 41:56 “Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.“

El versículo 56 de Génesis 41 es el resultado de saber manejar las temporadas partiendo de la revelación profética. Hubo un faraón que tuve un sueño donde veía siete vacas y espigas gordas también veía 7 vacas y espigas flacas; dicho faraón no entendía el sueño y para ello mandó a llamar a un especialista en manejo de temporadas.

Las 7 vacas gordas y las 7 espigas gordas son 7 años de abundancia. Las 7 vacas flacas y las 7 espigas flacas  son 7 años de escasez. José le explicaba a faraón que el detalle no está en lo malo que puedan ser los 7 años de las vacas y espigas flacas; sino de las buenas decisiones y preparación en los 7 años de abundancia.

Una de los grandes beneficios de conocer los tiempos proféticos que operan en el Kairos de Dios, es que esto desata la sabiduría que se anticipa y permite hacer cambios en el presente que garanticen una buena gestión en el futuro.

La mayoría de los collapses emocionales y económicos que experimentan muchas personas es por la mala gestión administrativa de la temporada de abundancia. Existen cuatro elementos que caducan las temporadas de escasez. 

“He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.“Isaías 43:19.

Llega un momento sin lógica alguna que sucederá un de repente y una situación que parecía interminable caduca a causa de la soberanía de Dios y el serle fiel y dependiente en medio de lo que acontece. 

• He aquí que yo hago cosa nueva: algo termino y otro tiempo comienza. 
• Pronto saldrá a luz: ¿Cuándo sucederá? Pronto. 
• ¿No la conoceréis?: por supuesto que sí. Es aquello que él te mostró y prometió.
• Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad: aquí indica que nada durara para siempre y el Dios que lo hizo una vez otra vez lo volverá a hacer.

Tercero: conocer los tiempos para administrar el alma.

El alma es aquella parte de nuestro ser donde se encuentran los sentimientos, las emociones y todo aquello que nos hace consiente de nuestra existencia en el plano terrestre. El asunto es que el alma tiene una inclinación a alimentarse de los sentidos y esto siempre entrara en conflicto con el Kairos y los cambios que este establece.

Génesis 21:1-2 “Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. 2 Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.”

Abrahán y Sara tomaron muchas decisiones erradas aun conociendo el tiempo en que su promesa había de manifestarse. El hombre y mujer de Dios no vive por los sentidos:

• Lo que ve.
• Lo que siente.
• Lo que oye.
• Lo que dicen.

Lo más duro para ellos fue el desafío del tiempo y poder manejarlo en lo que acontecía el cambio. Dios sabe que para nada es fácil la espera y por eso nos explicó cual recurso del reino debemos usar en lo que suscita el cambio.

• 2 Corintios 5:7 “Vivimos por fe, no por vista.”
• Romanos 1:17 “Mas el justo por la fe vivirá.”

El único recurso que mantendrá viva la esperanza de aquello que Dios nos prometió y que Cristo convirtió en Herencia es la fe. La fe es contraria a los sentidos:

• No es lo que ve.
• No es lo que siente.
• No es lo que oye.
• No es lo que dicen.

Esto Abrahán lo entendió y por eso actuó hasta que llego el tiempo del cambio. Romanos 4:18 “El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.”

Cuarto: cambios fuera de tiempos por acciones espirituales.

Está también el tipo de persona que por diferente razones no ha llegado el tiempo para que su situación cambie o tal vez ese tiempo ya paso, pero Dios le revela un misterio que al accionar en el hace que ese tiempo se adelante o vuelva a suceder.

Lucas 8:43-44 “Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.”

Doce años habían pasado y todo lo que se podía hacer o gastar ya se había hecho. Pero nada funciono, verdaderamente el tiempo de esta mujer paso y termino. Pero ella se enteró que una nueva temporada había iniciado de parte de Dios para la vida de otro llamado Jairo.

Ella conocía que existe un principio en el reino llamado Fe que te abre puertas donde ni siquiera hay paredes. Ya no era su tiempo y tampoco era su temporada pero lo que si era de ella fue el MOMENTO. Hay movimientos espirituales como el que está aconteciendo en este momento que te permite nuevamente subirte a la ola que un día se te fue o no supiste administrar.