Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: El cristianismo no es religión de verano…¡Es vida en Cristo!
Predicas Cristianas Lectura Bíblica de Hoy: “Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie”. Tito 2: 14-15
Introducción
Los veintiún días de ayuno que acabamos de concluir han sido, de seguro, de gran provecho para todos aquellos que le dimos continuidad. En lo personal, he estado meditando sobre diversos temas, algunos de los cuales han puesto aflicción en mi corazón, este que trataremos hoy es uno de los más importantes para mí y que de manera constante Dios me ha impulsado a llevárselos a ustedes.
El título es salido del diario de Juan Wesley después de su regreso de América, el cual pensó que iba a ser un éxito porque veían en los indígenas a personas que no habían sido contaminadas con las sociedades desarrolladas de aquella época.
Quizás pensó que llevando un evangelio simple, no habría preguntas de dudas o réplicas por parte de los indígenas, para Wesley, hacer cristianos en América sería algo poco difícil, sin embargo, no contaba que el abrazar una fe determinada es cuestión de convicción y de certeza en lo que se cree más que una mente no contaminada y posiblemente “abierta”.
La carta a los Hebreos es clara en el concepto de fe: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11. 1).
Convicción
Creer en Jesucristo y su obra justificadora en el hombre llega a nuestros corazones por convicción, o sea, el convencimiento de lo que tenemos, lo que está adherido a nosotros firmemente. Pablo sentía la necesidad de abrazar y agarrarse de Cristo de la misma manera que Cristo ya lo había hecho. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. (Filipenses 3. 12).
Jesucristo ha justificado al hombre a través de su obra expiatoria, es ahora el hombre quien tiene que seguir corriendo en la carrera para poder alcanzar la salvación que está reservada como don, pero teniendo fe en el Hijo de Dios. (2 Timoteo 3: 15: “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús“).
1. Una religión de verano es una religión falsa y muerta
Podemos leer en su diario el martes 24 de febrero de 1738
Fui a América a convertir a los indígenas. Pero, ay, ¿quién me convertirá a mí? ¿Quién, quién me librará de este corazón perverso e incrédulo? Tengo una religión de verano. Puedo hablar bien, y hasta creer, mientras no hay peligro cerca; mas que la muerte me mire a la cara, entonces mi espíritu se perturba.
Wesley como todos ustedes conocen vivió en Inglaterra, un país muy frío la mayor parte del año. El verano para los ingleses es todo un acontecimiento, pues en esos días pueden disfrutar de temperaturas más cálidas, pues su verano es fugaz.
Cuando se refirió a tener una “religión de verano”, se refería precisamente a eso, una religión que duraba poco tiempo y que era para cuando todo era bueno, para cuando nuestras vidas estaban a plenitud, una religión para vivirla “mientras no hay peligro cerca”, lo cual la hace una religión falsa y muerta, porque no hay convicción y certeza de que Cristo está al lado nuestro aun cuando el momento es el peor que hayamos vivido.
En el verano las personas estrenan ropas frescas, las casas de moda hacen gala de sus mejores confecciones, también pasa con una “religión de verano”, que se usa para un momento determinado y no para todos los momentos. Se usa como ropa en una determinada temporada pero que nos quitamos para dejar aflorar los deseos de la carne.
Más adelante escribía en su diario:
Esto entonces lo he aprendido en los confines de la tierra, que estamos destituidos de la gloria de Dios, que todo mi corazón se ha corrompido e hizo abominable maldad, y consecuentemente mi vida entera (no puede el árbol malo dar fruto bueno) está apartada de la vida de Dios.
Soy un hijo de la ira y heredero del infierno; mis propios esfuerzos, sufrimientos y justicia están lejos de poder reconciliarme con un Dios ofendido. También lejos de poder expiar estos pecados que si los enumero se multiplican más que los cabellos de mi cabeza. Hasta los más aceptables de ellos necesitan ser expiados, o no pueden resistir su justo juicio.
Pero teniendo sentencia de muerte en mi corazón y no teniendo nada en mí o de mí que me justifique, no tengo esperanza, sino la de ser libremente justificado mediante la redención que es en Cristo Jesús. No tengo esperanza sino de buscar y encontrar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.
Los creyentes que hoy en día viven una “religión de verano” son aquellos que:
1. Desconocen la Palabra de Dios, no saben que al estar todos destituidos de la gloria de Dios tenemos que correr incesantemente en búsqueda del favor de nuestro Señor Jesucristo.
2. Creen que con un poco de “buenas obras” ya es suficiente para poder reconciliarse con un Dios al cual hemos ofendido profundamente a través de la corrupción, la ira y tantos pecados los cuales no sabríamos como expiarlos (lavarlos, purgarlos).
3. Alegan buscar a Cristo, pero realmente, conscientes de la existencia de Dios, huyen de su presencia sustituyendo el temor por el miedo de ser descubierto en sus propias concupiscencias (vicios, incontinencias, lujurias).
4. Gritan ser cristianos en medio de una comunidad de creyentes, pero cuando necesitan hacer galas de su fe en Cristo en medio de riñas, murmuraciones, cumplimiento de sus deberes como cristianos, en fin, cuando necesitan dar testimonio de Cristo frente al mundo acusador doblegan sus rodillas, callan y otros hasta se mudan de bando por un tiempo o para una eternidad sin Jesús.
2. Vivir en Cristo cada minuto, cada segundo de nuestras vidas
Qué grande aliciente tiene el cristiano al poder saber de todos los que demostraron correr la carrera de la vida eterna y que Dios les recompensó al final. Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Isaac, Jacob, Moisés, Rahab la ramera, Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, entre tantos otros.
Ellos vivieron con toda intensidad su creencia en un Dios de Poder y en todas y cada una de las promesas de este Dios. Ellos no se detuvieron a disfrutar el verano, probablemente las estaciones sucedían unas tras otras y ellos simplemente estuvieron enfocados en una sola dirección: El YO SOY.
Ahora mismo lo comentaba con mi esposa mientras escribía este sermón. ¡Qué vida llena del Espíritu Santo! ¡Nada los doblegó! Fueron grandes conquistadores.
Por fe conquistaron reinos, hicieron, justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.
Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido. (Hebreos 11. 33-39).
¡Dios mío que vida más entregada a ti! Hoy te pregunto Señor: ¿Qué nos hace vivir una religión de veraneo cuando tantas vidas se están perdiendo a nuestro alrededor incluyendo nuestros seres más queridos?
Conclusión
¡Cuán errados estamos en nuestros propios conceptos y en nuestra manera tan egoísta de vivir!
¡Perdónanos en este día Jesucristo y has que el Espíritu Santo, como promesa, venga a nuestros corazones con poder y destierre todo vestigio de lo que éramos antes de venir a ti!
Nuestra carrera tiene un propósito importante: el poder ser purificados y justificados a fin de ser parte de ese propio pueblo que Dios quiere para sí y que con tanta vehemencia Pablo le hablaba a Tito, siervo, apóstol de Jesucristo y verdadero hijo en la común fe. (Tito 1:1; 4)
© Enrique Pérez. Todos los derechos reservados.