Acompañó a José a través de todas sus adversidades. Dios podía evitarlas, pero quería probar y fortalecer el carácter de José, lo estaba preparando para algo mayor. Estoy seguro que la vida de sus hermanos cambió para siempre a partir del momento en que José los perdonó.
No creas que Dios se ha olvidado de ti porque estés en momentos difíciles o porque tengas una enfermedad que te hace sufrir durante 30, 40 ó 50 años. Recuerda que tu salvación es más importante para Él, después vivirás más tiempo (eternamente) libre de aflicciones, sin dolor y esta vez, junto a Él.
Cuando las cosas suelen ponerse peores
El segundo ejemplo nos ayudará a entender este planteamiento: Cuando las cosas suelen ponerse peores. Hasta ahora vimos los problemas por los cuales atravesó José, pero nunca llegaron a un punto tan trágico como la muerte. Sin embargo, la segunda historia todo comenzó en una tragedia: la muerte de Lázaro.
Anteriormente les había hablado de las penurias que tuvo que pasar José antes de ser nombrado gobernador de Egipto. Recapitulemos un poco primero:
1. Rechazo de sus hermanos.
2. Tirado a una cisterna seca en el desierto.
3. Vendido a los ismaelitas y luego a un general egipcio.
4. Calumniado por la esposa del general y llevado injustamente a la cárcel.
5. Olvidado por dos años en la cárcel.
En la actualidad
Todo esto pasa en la actualidad, vemos a personas e incluso creyentes que son rechazados y son víctimas del celo de sus familiares, amistades o vecinos. Cuando una persona lleva mucho tiempo sufriendo sin encontrar solución aparente a sus sufrimientos desarrolla sentimientos de soledad, amargura, rechazo, olvido. Está en el medio de un pozo profundo, en una cisterna seca y en el medio del desierto.
Por otra parte, se adicionan progresivamente otros estados emocionales como: mal humor, llanto, resentimiento, sensación de que las personas comentan de ellos o que quieren hacerle mal. En este momento las personas son muy vulnerables a los ataques satánicos: propuestas de santeros, espiritistas, magia negra, etc. También pueden recurrir a medios alternativos para sentirme mejor como: fumar, beber alcohol, medicamentos estupefacientes o drogas.
Este es un estado de real esclavitud y encarcelamiento de las personas, porque lejos de encontrar un sustento en Dios Todopoderoso que te dice:
- “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” Mateo 11.28
- “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.” Salmo 91.1
- “Y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero.” Isaías 4. 6
- “Jehová es mi luz y mi salvación ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.” Salmo 27. 1-3
Jesús llegará en el momento preciso y llenará con su gloria tu vida y verás que las cosas imposibles para ti en ese momento se hacen fáciles y solucionables en las manos del Maestro.
Lázaro
La familia de Lázaro era muy amada por Jesús (Juan 11.5). Lázaro estaba enfermo y sus hermanas enviaron a un mensajero a Jesús para notificar el estado de salud en que se encontraba. Ellas sabían del poder extraordinario de Jesús, sabían que podía sanar a su hermano.
Pero, ¿qué pasa cuando la ayuda no llega en el momento que queremos y tarda? Entonces nuestras esperanzas mueren, las enterramos literalmente y nuestras vidas se ponen a merced de lo que venga. Quedamos sin fuerzas para continuar.
Las palabras de Marta fueron concluyentes: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Juan 11:21). El reclamo de la presencia de Jesús en el problema se hizo evidente y era condicionante para la solución del mismo. Ahora Marta estaba diciendo: ¿para qué viniste ahora? Ya no hay solución, mi hermano murió, está sepultado y con él nuestras esperanzas de que se mantuviera sano y con vida.
Seguro que ya te aconsejaron aquellos que también pasaron por situaciones similares y que también terminaron por enterrar sus sueños y las soluciones a sus problemas. Pues te digo algo:
¡Es ahora cuando llega Jesús y resucita a aquello que dimos por muerto y enterrado!
¡Ahora es cuando Dios mueve su mano y le da vida a lo que enterramos y hace posible lo que veías imposible!
Conclusión
Solamente me queda preguntarte algo. ¿Qué le dirás a Dios después? Tendrás que reconocer que fuiste tú quien olvidó sus promesas, fuiste tú el que soltó su mano cuando Él quería sujetarte. Jesús no quería que buscarás soluciones fuera de Él. Jesús quería que entendieras que tú fuiste llamado por Él, todo lo que te ocurra es para bien.
Jesús te recuerda hoy que: Él es la resurrección y la vida, si crees en Él, aunque estés muerto vivirás. ¡Gloria a Dios!
© Enrique Pérez. Todos los derechos reservados.