Transiciones

 Mi nivel de entrenamiento me dará una total y absoluta destreza en el campo de batalla. Satanás no huye de tu vida tan solo porque gritemos, él huye cuando sabe que tu eres un buen soldado que usa bien la palabra de verdad, que entrenas a diario en lo secreto, que no esperas solamente un día de servicio para sacar tu espada y pelear, sino que él sabe que usted tiene la palabra de continuo en su boca y en su ley. Entonces gritaras con autoridad.

Nunca podemos ser efectivos en la Batalla, si no hemos aprendido a usar las armas (2 Corintios 10:4; “…Porque las armas de nuestra milicia…”

Algunas armas poderosas que no estamos usando correctamente y que son de alto calibre explosivo antes cualquier ataque del maligno contra tu vida.

1. Nuestra declaración
2. Nuestra confianza
3. Lo que crees

II. Viene un derramamiento mayor que Pentecostés

Yo no quiero vivir de una experiencia del pasado, yo quiero experimentar mi propia experiencia.

A. El poder es para mí; es para los hijos, agárralo es para ti.

B. Esto incluye tu generación; aquí no se queda nadie afuera.

C. Esta unción o poder trae una condición muy importante: Y es que la vasija debe estar lista para del cambio fluya una nueva unción, eso quiere decir que lo viejo debe ser sacado. Estar listo significa estar vacio para ser lleno. ¿Vacio de qué? Vacio de todo aquello que adulteraba el vino. (Ejemplo: Las bodas de Canaán – Juan 2)

D. Esta unción trae una activación sobrenatural; es activado lo profético, los ojos son abiertos a ver lo que Dios revelara, y tus sueños serán llenos de la paz y revelación de Dios en tu vida.

III. Porque Dios hace esto

No podemos lanzarnos a la victoria con la bandera de la derrota, no podemos vivir en Canaán con las leyes de Egipto. En otras palabras no podemos ir a nuestro próximo nivel en Cristo usando las viejas tácticas del nivel anterior. Necesitamos una transición.

Conclusión:

Dios está demandando una transición en esta casa, sobre el liderazgo, y todos los hermanos que vamos a entrar a conquistar esta ciudad.

No sé cómo estará tu odre, si ya está listo para recibir el nuevo vino que Dios quiere verter en él, pero antes quiero darte unos minutos para que entregues en sus manos algunas áreas que deben ser transformadas.

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