El Trabajo De Las Parteras

La palabra usada en el Nuevo Testamento es Baptidzo que quiere decir: introducir en agua, sumergir o lavar con agua.

El bautismo en el nuevo Testamento es la Puerta de entrada a la comunidad del Nuevo Pacto, que permiten a los que pasan por ella, experimentar los beneficios de dicho Pacto.

C. Sálate:

Mateo 5:13: Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿Con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

La sal se ha usado por miles de años para dar sabor y para preservar los alimentos. En la antigüedad la sal tenía mucho valor. Era muy preciada. Se acostumbraba darle a los soldados del ejército romano, parte de su paga en sal, de allí viene la palabra salarium que es lo que conocemos hoy día como salario.

Como poseedores de la sal somos responsables por untarle sal al recién nacido. Esto se usaba en la antigüedad para quitarle toda la piel escamosa al recién nacido, y fortalecerlo para que no se lastimara cuando lo tacáramos. ¿Por qué cree que hay tanto cristiano susceptible y que por cualquier cosita se molesta y se lastima? Es por qué no ha sido salado con sal, todavía su piel está sensible y tiende a lastimarse por cualquier cosita.

Cuando alguien nos dice que tenemos piel de bebe lo tomamos como un halago, pero les recordaré lo que ya sabemos, la piel de bebe no tiene nada de bonito, es arrugadita, escamosa, roja y se despelleja. La sal se frota tanto para afirmar como para remover la piel, así el bebe se puede tomar sin lastimarlo. Hay tanta gente que se debería frotar con sal, son tan sensibles que no se les puede tocar, ni se les puede agarrar, no se les puede corregir ni amonestar,  No importan los que les diga en seguida se irritan y se ponen a la defensiva, no fueron frotados con sal. Cuando una persona ha sido frotada con sal no necesita que nadie mencione su nombre para sentirse bien. Nadie tiene que darle reconocimientos para saber que tiene valor. No necesita que le hagan cumplidos para sentirse amada.

Nos ponemos salados por nuestra cercanía a la sal. El cristiano recién convertido se sala cuando está al lado de la sal. Jesús dijo que sus seguidores eran la sal de la tierra (Mateo 5:13)  Es responsabilidad nuestra aceptar al nuevo creyente en nuestro medio, hacerle espacio, protegerlo incluirlo, introducirlo en nuestro círculo de amistades. El nuevo creyente se salará estando rodeado de sal. Cuando más seguro se encuentre un hombre o una mujer de ser aceptado y querido, de ser honesto con gente honesta, menos necesidad tendrá de ser tratado con guantes blancos.

Como hemos escuchado en otros mensajes la sal también sirve para sanar heridas. Como la sal de la tierra que somos estamos llamados a ser sanadores de heridas.

La iglesia es una sala de emergencia, a la cual acuden sin número de heridos, nuestro trabajo es atender esas emergencias y brindarle los primeros auxilios para luego darle seguimiento hasta que las heridas estén completamente sanadas.

Jesús nos encomendó esa tarea, tenemos todo lo que necesitamos para sanar heridas.

D. Envuelta en pañales – Cúbrela

1ª. Pedro 4:8: Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.

Santiago 5:20 sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.

Envolver a una persona es darle continuas dosis del amor de Dios y darle esperanza para su vida, es orar continuamente por ella.

La iglesia está llena de gente que tienen necesidades que requieren nuestra atención. Muchos de los que se acercan a la iglesia están sufriendo de corazones quebrantados y nunca nadie toma tiempo para ministrarlos. Por el contrario a estas personas se les aconseja con indiferencia: “solo crea en Dios” “Deje que el Espíritu de Dios cuide de usted” o “si usted tuviera fe ya se habrá salido de ese lío”. Pero Jesús dijo que debemos de ministrar a los quebrantados de corazón.

Incluso si está rodeado de gente que sabe como creer en Dios, es posible que el nuevo creyente esté bajo una gran presión y el dolor es tan grande que no puede valerse por sí mismo; es allí donde necesita del cuerpo de Cristo para que le extienda una mano. Necesita de alguien que sea lo suficientemente misericordioso como para abrazarlo y decirle: “Estamos contigo”, persiste, estamos firmes contigo”.

Aquellos de nosotros que decimos tener fe, frecuentemente parecemos sugerir a aquellos en necesidad: “Si tuvieras algo de fe, saldrías de la suciedad y del fango, y subirías aquí con nosotros los gigantes espirituales”. Es tan fácil menospreciar a alguien desde una gran altura espiritual y decir: “Suba aquí con nosotros”, pero es absolutamente otra cosa bajar hacia donde ellos están y agarrar a esa persona herida y ayudarla o darle la mano para que suba con usted  a nuevas alturas con Dios. Algunos de ustedes gigantes de la fe, necesitan meter los pies en esa suciedad y ese fango para ayudar a aquellos que están atascados y que necesitan una mano amiga, usted levántelos.

Jesús dijo que nosotros debemos poner en libertad a los oprimidos, estamos aquí para ministrarles. En la iglesia hoy día hay muchos individuos golpeados y oprimidos. Usted debe darse cuenta de que algunas de estas personas están confundidas por que han oído una cosa aquí y una cosa allá y no saben que creer realmente.

Luego el diablo toma ventaja de la situación y también lo abofetea. Con frecuencia estos gigantes de la fe simplemente le dicen a la persona herida: ¿Qué pasa contigo? La palabra de Dios dice: Mayor es el que está en usted, que el que está en el mundo” No hacen más que soltarle la palabra pero no hacen un esfuerzo mayor para ayudarlos.

Debemos darnos cuenta de que a veces es difícil creerle a Dios cuando ni siquiera puede ver el sol a causa de las estrellitas que revolotean en sus ojos por los golpes que el enemigo le da. Cuando el nuevo creyente llega a este punto, necesita de alguien que le tome su mano y le muestre el camino hasta que pueda sacar la confusión de su cabeza.

Hay muchos en nuestro medio que están solitarios, quizá no deberían estarlo debido a su herencia en Cristo, pero lo están, pero para esto es que una iglesia existe, como refugio y ayuda, una iglesia es un lugar par ministrar a aquellos que están cansados y heridos. Quizá sienten que sus esfuerzos son inútiles y que están perdiendo la batalla, se sienten cansados, pero es allí donde entra la iglesia para abrazarlos, apoyarlos y hacerles sentir que no están solos. Usted como el cuerpo de Cristo debe tener paciencia y longanimidad con estas personas. Es su responsabilidad tomarlos bajo sus alas por así decirlo, y enseñarles, entrenarlos y amarlos hasta que ellos estén suficientemente fuertes para sobreponerse de sus heridas.

Ezequiel 16:7 Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa.

2. Madura crece

1ª. Tesalonicenses 3:12

El Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros. 

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