¿Fue Tomás Un Pragmático, Presentado y Averiguado?

Mateo 24:4-5

Mirad que nadie os engañe por que vendrán muchos en mi nombre diciendo: Yo soy el  Cristo y a muchos engañaran.

23-24: Entonces si alguno os dijere mirad, aquí está el Cristo, o mirad allí está no le creáis. Por que se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañaran, si fuere posible aún a los escogidos.

La mayor parte de los discípulos murió creyendo que Cristo vendría en su época. Hasta Pablo pensaba que vería la segunda venida de Cristo, por eso aconsejaba en sus cartas mantenerse casto, que era mejor no casarse por que el fin se acercaba.

Es posible que debido a esta advertencia Tomás se resistiera a creer si no había una prueba convincente y palpable.

 Muchos creyentes son engañados hoy día por falsos maestros y profetas. Juan escribió en 1ª.Juan 4:1: Amados, no creáis a todo espíritu, si no probad los espíritus si son de Dios; por que muchos falsos profetas han salido por el mundo.

Hay muchos espíritus por allí trayendo profecías y fábulas de viejas, haciéndose pasar como el Espíritu de Dios.

Todos los creyentes debemos de probarlos. Aún el mensaje de un ángel debe de ser probado por la palabra de Dios, muchos más las enseñanzas de los hombres por santos que parezcan, no solamente a los que se llaman profetas que predicen eventos, si no los que enseñan como si fuera palabra de Dios cuando en realidad es el espíritu del anticristo, seduciendo a muchos falsamente. Existen espíritus embusteros.

Ocho días después.

“Y estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y dijo: Paz

a vosotros.”

Juan 20:27

Luego dijo a Tomás pon aquí tu dedo, y mirad mis manos; y acerca tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo si no creyente.

Entonces Tomás le dijo: Señor mío y Dios mío.

Jesús le dijo: Por que me has visto Tomás has creído, bienaventurados los que no vieron y creyeron.

Sus propias palabras expresan que Jesús sabía lo que había dicho Tomás por tanto no había duda de que estaba vivo por haber oído estas palabras.

VERLO BASTO

Tomás sin tocarle solo con verle y oírle acepta el testimonio de sus ojos y oídos y afirma la deidad de Jesús no solo reconociéndole como su Señor, si no también como su Dios. Hace una declaración de fe.“¡Señor mío y Dios mío!  Esa debe ser nuestra exclamación TODO el tiempo hacia nuestro SALVADOR.

En este momento Jesús estaba haciendo por Tomás lo que continua haciendo por nosotros ahora. Él estaba encontrando a Tomás en el punto de su debilidad donde Tomás estaba, de la misma manera que ahora nos encuentra en los puntos de nuestras debilidades donde nos encontremos.

Cristo nos ha dado una promesa en Filipenses 1:6 que Él terminará, o sea completará o perfeccionará, en nosotros la obra que Él ha comenzado. ¿Qué nos dice este versículo? “Que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.” Jesús no Se da por vencido. Jesús no es haragán. Jesús no está falto de fuerzas¿Podemos nosotros contar con la promesa de Cristo para con Sus discípulos que Él perfeccionará o completará la obra que Él ha comenzado dado quién es Él y lo que Él ha prometido? ¡Absolutamente! Esto quiere decir que aún cuando somos débiles Él invariablemente prueba ser fuerte. En otras palabras, no nos podemos alejar de Él. Veánlo de este modo: Él nos tiene enlazados. De vez en cuando podemos tontamente desviarnos de Su camino pensado que sabemos de un camino mejor, pero les puedo decir, basado en la palabra de Dios y en experiencia personal, que no vamos a llegar muy lejos. Y esto es lo que estamos viendo aquí en Juan 20:27. Tomás estaba optando ser incrédulo en vez de ser creyente. Él había escogido el camino que por alguna razón le pareció razonable, pero era un camino que no lo llevaría a ningún lugar. Y Cristo no iba a dejar que eso pasara.Así que ¿qué hizo Cristo por él? En Juan 20:27, Cristo confronta a Tomás, en el punto de su debilidad, para reforzar su fe.

Y ¿qué le dijo Cristo? Permítanme de nuevo leerles Juan 20:27. “Luego dijo a Tomás: Acerca aquí tu dedo, y mira mis manos; extiende aquí tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.” ¿Cómo respondió Tomás? ¿Aceptó la oferta que Jesús le hizo?

Es que solo con el haber visto a Cristo fue suficiente para que Tomás creyera. ¿Cómo expresó Tomás su nueva fe?

Déjenme ahora leerles Juan 20:28. “Respondió Tomás y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!”

La respuesta de Tomás a la confrontación que Cristo le hizo en el punto de su debilidad resultó en que Tomás se dirigiera a Cristo con las siguientes palabras, “¡Señor mío y Dios mío!”

¿Cuál es el significado de estas palabras?

La palabra “Señor” (KURIOS) puede ser usada como un simple termino de respeto, o como un termino de reverencia.

¿Cómo es usada aquí? Es usada en el sentido de reverencia. Y si hubiera alguna duda acerca de esto todo lo que tenemos que hacer es ver la siguiente palabra que Tomás uso al dirigirse a Cristo. Esa fue la palabra “Dios.”

La palabra “Dios” (THEOS) nunca había sido usada por ninguno de los discípulos para dirigirse a Cristo antes de esta declaración de parte de Tomás aquí en Juan 20:28. Obviamente Tomás no era tan escéptico como pensaba. No solamente no había tenido necesidad de poner su dedo o su mano en las heridas de Cristo para creer que Él había resucitado, sino que ahora su fe sobrepasó eso. Tomás, habiendo visto a Cristo vivo y habiendo sido invitado a tomar acción en el reto que él había declarado anteriormente, no solamente decidió creer que Cristo había resucitado sino que también decidió creer que Él verdaderamente era Dios. ¿Cómo respondió Cristo al ser llamado Dios? ¿Reprendió Cristo a Tomás? ¿Corrigió Cristo a Tomás por referirse a Él por un nombre por el cual Él no merecía ser llamado? ¡No! ¡Cristo aceptó el nombre y no se opuso al ser llamado Dios! ¿Por qué? Aceptó ser llamado así porque Él se lo merecía. Al haber Cristo aceptado el ser llamado Dios, ¿cómo respondió Tomás? Déjenme ahora leerles Juan 20:29. “Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron.”

Cristo, habiendo dicho que Tomás había creído al haberlo visto vivo, declaró una bendición sobre aquellos quienes no lo habían visto pero sí habían creído.

Ahora déjenme hacerles esta pregunta. ¿Quién es más bendecido, alguien que vio a Cristo vivo y creyó, o alguien que no vio a Cristo vivo y creyó? Y la respuesta es que ¡ninguno!

Aquellos quienes vieron a Cristo vivo y creyeron, y aquellos quienes no han visto a Cristo vivo y creen son bendecidos igualmente. Este es el punto que Cristo le enseñó a Tomás y al resto de sus discípulos.

Y ¿por qué es esto? Porque no es porque si hemos visto a Cristo o no que Él nos abre la puerta a las bendiciones de Dios, sino que es porque si hemos verdaderamente creído en Cristo o no.

Cristo ha manifestado Su completo y total dominio sobre la muerte en su muerte, sepultura y en su resurrección. Y por lo tanto si usted está aquí esta noche y sabe basado en lo que enseña la Palabra de Dios sobre la persona y las obras de Cristo, y ha puesto su confianza para su salvación en Jesucristo, y solamente Jesucristo, la muerte ya no le es una cosa que temer sino que simplemente un escalón a algo mucho mejor.

Que Dios nos de la gracia para comprender, basado en la promesa de Cristo que aún si morimos viviremos de nuevo en su bendita presencia.

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