De un lado leproso y de otro lado general

Esta niña aun en su situación, en medio de la amargura de estar lejos de su familia y en su condición de esclava, mostró la verdadera razón de lo que es una persona del pueblo del Dios vivo y miremos el verso tres. Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra.”  (2 Reyes 5:3 RV 1960).

Aunque cautiva, la niña no se olvidaba de su patria ni de su Dios. Tampoco pensaba mal de los que la habían apresado y la obligaban a una servidumbre forzada. Con el corazón lleno de amor para Dios, simpatizó con su amo enfermo y con su esposa.

En vez de desearle mal a Naamán por las desgracias que le habían ocurrido a ella, le deseó el bien y que sanará de su terrible enfermedad. Recordando las maravillosas obras de Eliseo en su patria, tuvo fe en que el profeta podría sanar a Naamán de su lepra. Creyó que lo que Dios había hecho mediante su siervo en Israel también podría realizarlo en favor de un extranjero.

Alguien más en la situación de esta niña pudo haber pensado muchas cosas si miramos aún más a fondo la penosa situación de esta muchacha, si Naamán era el general sirio por el cual Dios había sido el instrumento de que Israel fuera derrotado y cautivo por Siria, quizás Naamán fue responsable de muertes de sus familiares o de quizás muchas cosas horrendas que esta niña pudo presenciar en el desarrollo de esta guerra en la cual dejó como resultado su pueblo cautivo y ellas como esclava.

Pero aun así ellas vieron la oportunidad de ayudar porque recuerden Naamán en Siria era general valeroso, pero en el pueblo de Israel era un leproso y para refrescarle la memoria deje citarle como era la situación en Israel.

  • Era considerado inmundo (Levítico 13:3)
  • Era apartado de la gente y encerrado como preso (Levítico 13:14)
  • Era considerado impuro y obligado a vivir solo (Levítico 13:46)
  • Las ropas que usaba eran sometidas a evaluación y era quemada (Levítico 13:49-52)

Esta muchacha fue criada bajo esos preceptos de la lepra, era una ley en su país que ella tuviera que vivir lejos y apartada de un leproso y ahora esta situación es lo contrario ella tenía que vivir bajo el mismo techo de una persona enferma de lepra lo que para ella y su religión y sus estatutos era una persona inmunda, y ella tenía que vivir en su mismo techo y servirle.

Y a pesar de esto ella es movida a misericordia con el leproso general y ve en medio de su angustia una salida, ella se acordó de su Dios y dio testimonio de su fe y su creencia aún en las peores circunstancias. otra quizás dice porque he yo de ayudar a este que me tiene como esclava?, mejor dejar se muera de una vez, no voy a ayudar a este que tanto mal trajo a mi pueblo etc. Pero ella no pensó eso porque el que tiene la fe y la seguridad de quien ha creído ve las circunstancia como la oportunidad de ver su Dios glorificarse, porque el que cree, tiene fe, la fe no niega la realidad de las cosas la fe la cambia.

Y esta muchacha llena de su fe y con la certeza de un Dios que puede sanar y salvar le presenta ala esposa de Naamán la siguiente y única solución a su desgarradora enfermedad.

Se consideraba que la lepra era una enfermedad incurable, pero los padres de la niña hebrea le habían enseñado que para Dios no hay nada imposible. Estos padres habían cumplido bien con su responsabilidad, y como resultado la niña dio este maravilloso testimonio en favor del Dios de Israel en una tierra que no lo conocía. Naamán se enteró de la existencia de un poder que está por encima del poder de los hombres, porque un padre fiel y una madre fiel de

Israel habían enseñado a su hija a amar al Señor y a confiar en él.

Entrando Naamán a su señor, le relató diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel.” (2 Reyes 5:4 RV 1960)

La fe de la pequeña y la petición de Naamán contrastan con la terquedad del rey de Israel (5.7). Un líder de la poderosa Siria buscó al Dios de Israel. El propio rey de Israel no lo hizo. No conocemos el nombre de la niña ni mucho acerca de ella, pero sus breves palabras a su señora trajeron sanidad y fe en Dios a un poderoso capitán sirio. Dios la había colocado allí con un propósito, y ella fue fiel.

¿Dónde lo ha puesto Dios a usted? No importa cuán humilde o pequeña sea su posición, Dios puede utilizarlo para difundir su Palabra. Busque las oportunidades para decirle a otro lo que Dios puede hacer. Nunca se sabe quién puede prestar atención a su mensaje.

Naamán narró al rey de Siria lo que la niña cautiva le había dicho.

Poco pudo comprender la niña la importancia de sus palabras de fe en Dios. Naamán creyó porque la niña creía, y aquél llevó su testimonio ante el rey de Siria. En esta forma Ben-edad sabría que el Dios de Israel era un Dios poderoso y amante.

Había derrotado en batalla a los ejércitos de Israel, y podría haber pensado que los dioses de Siria eran más poderosos que Jehová; pero tenía que aprender que el Dios de Israel podía hacer lo que superaba con mucho al poder de los hombres y de los dioses sirios. El testimonio máximo que pueda presentarse en favor del Dios del cielo es el testimonio del corazón que tiene absoluta confianza en él.

La declaración de fe de una esclava que no le importó su condición, ni la posición en la que se encontraba ahora sus palabras tenía a la mujer de Naamán, al mismo Naamán y ahora sus palabras están siendo expuesta ante el rey de Siria. Y veremos ahora las palabras de fe de una esclava hacer que el rey de Siria, pagano, incrédulo, idolatra y sobre todo cruel, ahora cree en el Dios de los Israelita.

Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel.  Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra.” (2 Reyes 5:5-6 RV 1960).

El testimonio de esta niña ya no solo engendró fe en Naamán y su esposa sino también en el Rey de Siria, porque la fe engendra fe, el amor engendra amor. La fe es un círculo siempre creciente que va de corazón a corazón, y de país a país hasta circundar la tierra.

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