El Comportamiento del Siervo de Dios

Julio Ruiz

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Sermones Cristianos - El Comportamiento del Siervo de Dios

El Comportamiento del Siervo de Dios

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IV. UN SIERVO DE DIOS TIENE COMO PRINCIPIO DE VIDA UNA CONVICCIÓN INQUEBRANTABLE (25-27)

Lo primero que descubrimos en la vida de Pablo es un hombre de convicciones inquebrantables. Ya lo había expresado al decir que no estimaba su vida con tal que acabara con gozo la carrera y todo lo que había recibido de parte del Señor para terminar su tarea. Lo de él era cumplir su ministerio sin importar el costo. Ahora, y en presencia de todos sus discípulos y colegas del ministerio, les expresa unas palabras muy emotivas que después arrancaron lágrimas y gran lamento. Por supuesto que las despedidas son tristes, pero esta que incluía el no verse otra vez, era más dolorosa. Como su actitud no era el de escalar puestos para destacarse, les trae otra vez el trabajo hecho entre ellos, recordándoles las palabras del profeta Ezequiel (3:19) tocante a la importancia de haber advertido al pecador de su camino,  por lo que se consideraba “limpio de la sangre de todos”.

Su convicciones eran tan profundas respecto al trabajo para el Señor que allí en Éfeso, Pablo reconoce haber hecho uno de sus más grandes trabajados, al decirnos a todos que: “No he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” v.27. En su convicción inquebrantable Pablo se aseguró de no salir de allí hasta que todos estuvieran saturados del “consejo de Dios”. Existe el “consejo de los hombres”, que por lo general está sujeto al error y a cambiar. Pero el de Dios es un consejo que transforma y que da el mejor bienestar a la vida. Mientras no enseñemos todo el “consejo de Dios” no podemos decir que tengamos éxito en el ministerio.

V. UN SIERVO DE DIOS TIENE COMO COMPAÑERA UNA CONCIENCIA IRREPROCHABLE (v. 33-35)

La codicia y el amor al dinero es la raíz de todos los males, nos diría después el mismo Pablo (1 Tim. 6:10). Hay que decir que Pablo tuvo muchas maneras de lucrarse con su ministerio, pues no fueron pocas las iglesias que fundó e hizo crecer. Se rodeó con gente de la alta sociedad y por seguro muchos de ellos tendrían muy buenas posesiones, sin embargo no le vemos haberse hecho rico a través del evangelio. Para él, la “teología de la prosperidad”, tan amada por algunos predicadores, que se promueve a través de predicaciones cristianas y estudios bíblicos no fue una de sus enseñanzas.

Por el contrario, trató al máximo de no ser una carga para las iglesias, por lo que usó sus propias manos con el fin de sostenerse, de allí que pudo decirle a estos hombres: “Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido” v. 34. Su conciencia no le acusa de haber usado el ministerio con otros fines. Su postura fue radical y muy ética en todos los temas, sobre todo esto del dinero donde hay toda una trampa del enemigo. Como él había aprendido de su Maestro que: “Mas bienaventurado es dar que recibir” v. 35, convierte este principio en la norma para su vida y así se lo trasmitió a ellos. La vida de un siervo de Dios debe estar acompañada de una conciencia tranquila. La actuación con transparencia y pulcritud en todos nuestros actos hará que tengamos como compañera una conciencia irreprochable y eso será uno de los más fuertes testimonios que presentaremos para propios y extraños.

VI. UN SIERVO DE DIOS TIENE COMO PREOCUPACIÓN PRINCIPAL EL CUIDADO DE LOS DEMÁS (28-31)

Las palabras “rebaño”, “obispos” y “lobos”, refieren a un hombre que está hablando ahora con un corazón de pastor.  Lo primero que les pide es a mirar por ellos y luego por su rebaño v. 29. El cuidado personal se reflejará también en la iglesia. La nota distintiva a la que Pablo hace alusión es que  ellos estaban allí porque el Espíritu Santo les había puesto. Cuando una iglesia cuenta con un siervo puesto por el Espíritu Santo hay garantía de ser dirigida bajo la unción y dirección de lo alto. De esta manera, la preocupación de un pastor siempre será por los “lobos rapaces” que están prestos para devorar a las ovejas v. 30. Pablo tenía un olfato inconfundible y sabía de aquellos lobos con piel de ovejas que no solo frecuentaban las iglesias, sino que dentro del seno de ella misma se “levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos v. 30. Estas advertencias ponen de manifiesto el cuidado que los siervos del Señor debemos tener por el rebaño.

 La razón es porque ese rebaño donde el Espíritu Santo nos haya puesto como “obispos”, Jesús lo “ganó con su propia sangre” v. 28. ¿Sabe lo que esto significa? La iglesia es el cuerpo de Cristo, por lo tanto tiene un valor divino y eterno. Es a través de ella que el Señor manifiesta su poder y su gloria. En resumen, los que estamos al frente de ella debemos estar alertas para percibir el peligro. Debemos defender su doctrina. Nuestra misión es mantener a la iglesia unida bajo el mismo amor, cuidándola y amonestándola porque como pastores velamos por vuestras almas, como quienes tendremos que dar cuentas de las ovejas (He. 13:17). Las ovejas demandan nuestro más especial cuidado. Así que, ¡déjense cuidar!

CONCLUSIÓN:

“Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” v. 24.  Esta convicción inquebrantable es la que le da sentido a la vida cristiana y el ministerio que desempeñamos para el Señor. Esta es la visión final de un siervo de Dios. Nuestra vida debe estar determinada de esta forma. Cuando estimamos más nuestra vida para nosotros mismos, la obra de Dios pasa a un segundo plano. ¿Le gustaría ser un imitador de Pablo como ya lo somos de Cristo? Como siervos del Señor, ¿adornamos lo que hacemos con estas características? ¿Somos un ejemplo de integridad?

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Julio Ruiz
Autor

Julio Ruiz

Pastor en Virginia en los Estados Unidos, con 42 años de experiencia de los cuales 22 los dedicó en Venezuela, su país de origen. Otros 9 años los dedicó a pastorear en Vancouver, Canadá y los últimos 9 años en Columbia Baptist Church en su ministerio hispano, donde estuvo hasta agosto del (2015). A partir de octubre del mismo año (2015) comenzó una nueva obra que llegó a constituirse en iglesia el 22 de mayo de 2016 bajo el nombre de Iglesia Bautista Ambiente de Gracia en la ciudad de Burke, Virginia. El pastor Julio es Licenciado en Teología y ha estudiado algunas cursos para su maestría en Canadá. Además de haber sido presidente de la convención bautista venezolana en tres ocasiones, también fue profesor del seminario teológico bautista. El pastor Julio por espacio de unos 18 años publica sus sermones y artículos por estos medios. Es casado con Carmen Almera Ruiz y tiene tres hijas y una nieta: Laura, Oly, Sara e Isabella. Si usted quiere comunicarse con el pastor Julio, llámelo al (571) 251-6590.

3 comentarios en «El Comportamiento del Siervo de Dios»

  1. Me congrego el la Primera Iglesia Bautista de Guanare, y si el Señor lo llevò a tierras lejanas para predicar su palabra, es por obediencia a mateo, 28: 19-20

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  2. Dios te bendiga mi hermano no hay mejor trabajo que trabajar en la viña del Señor, y usted lo hace con anhelo y pasión, soy miembro de la Iglesia Bautista Emanuel San Nicolas. Bendiciones

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