Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: La batalla es del Señor
Predica Cristiana Lectura Bíblica: 1 Samuel 17:47
Introducción:
El pasaje bíblico que acabamos de leer, y que nos servirá como base para este mensaje, es posible que muchos lo han mal interpretado. Por ejemplo, algunos podrán decir: Si la batalla es del Señor, pues no necesito estar en ella, no necesito pelear tal batalla del Señor.
Otros podrán decir: Como la batalla es del Señor, me reusó a estar en ella, me es totalmente indiferente si hay batalla o no, al fin y al cabo la batalla es del Señor.
Si se piensa de esa manera, el texto sagrado está mal interpretado. Todos nosotros estamos peleando una fuerte batalla, y ningún hijo de Dios debe vanagloriarse por estar neutro. Lo que nos está diciendo el texto sagrado es, que nuestras batallas son también las batallas del Señor, que nuestras guerras espirituales son también las guerras del Señor. O sea que Dios no nos deja pelear solos, Él se levanta como poderoso gigante, como el invencible… Si Dios es por nosotros… ¿Qué podemos decir en cuanto a que la batalla es del Señor?
I. Es la garantía más grande de nuestra victoria. “La batalla es del Señor”
a. Siempre que sea por las causas correctas.
Cuando la batalla es por la verdad del evangelio, esa batalla es del Señor. Cuando nuestra batalla es por la santidad, será la batalla del Señor. Cuando tu batalla es por el amor y todas las cosas que Dios ama y aprueba, ten por seguro que es la batalla del Señor.
b. Siempre que nuestros conflictos estén en el marco correcto.
Cuando los conflictos te visitan por la causa de Cristo y su evangelio, ten por seguro que Dios está totalmente involucrado en tu batalla. Cuando tus conflictos son por defender la verdad divina, la batalla es del Señor. Cuando tus conflictos son contra quienes se oponen al Señor y a su palabra, esa guerra es del Señor.
c. Siempre y cuando peleamos bajo su incomparable poder.
Entonces pelearemos seguros de que el Espíritu Santo es nuestra fuerza. Pelearemos seguros que sin el Señor nada podemos hacer. La orden del Señor es guerrear, y Él promete pelear con y por nosotros, entonces la batalla será del Señor en el más alto grado.
II. Es la influencia más grande sobre nuestras vidas.
a. El Señor nos hará poderosos en la batalla.
La oposición llegará pero no nos vencerá, no nos acobardaremos en nuestras debilidades y flaquezas, le diremos al diablo: Cuando soy débil y flaco, entonces soy poderoso; el Señor me hace poderoso en la batalla.
b. Escogeremos las mejores armas.
No pondremos en los cañones del Señor la pólvora del diablo, pondremos en esos cañones, la pólvora de la verdad, del amor a Dios y al prójimo, del celo por la santidad de la iglesia, de la paciencia, del ayuno y oración, de la adoración y la alabanza. Esta serán siempre nuestras mejores armas para pelear.
c. Caminaremos seguros y en victoria.
Confiados en el que todo lo puede, en el que no conoce derrota alguna, ¿puede el Señor ser derrotado? Dios venció al faraón y hará lo mismo con Satanás, mandandolo al infierno para siempre… Mi batalla es la batalla del Señor…
Conclusión:
Hagamos que nuestras batallas sean por la causa del Señor y su santo evangelio. No nos envolvamos en cuestiones egoístas o por motivos personales. No nos metamos en terribles batallas por falta de sabiduría, imprudencia o desobediencia, ya que de ser así, no será la batalla del Señor.
Lutero oraba de esta manera: “Señor, ésta es tu causa, no la mía; por lo tanto, haz tu propia obra, pues si este evangelio no prospera, no será tan sólo Lutero que tendrá la pérdida, sino tu propio nombre que será deshonrado”. Si la batalla es del Señor, debemos estar seguros que Él se ocupará de ella.
No nos preguntemos, ¿Quién soy yo? Más bien preguntémonos, ¿De quién soy yo? No temas si por la causa del Señor estás en guerra constante; tu batalla será siempre la batalla del Señor.
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