B. Todos los creyentes en algún momento hemos dicho o prometido que vamos a dejar a un lado los chismes, las mentiras, los malos amigos, la pornografía, los chistes de doble sentido, vocabulario obsceno, riñas en los deportes, parejas inconversas, obedecer a los padres, sujetarnos al pastor y a los líderes de la iglesia, etc.
Se hace más difícil aún cuando la persona ha desarrollado vicios tales como: cigarros, alcohol, drogas y pornografía. Incluso aquellos que tienen más tiempo en el cristianismo han dicho o prometido en algún momento que van a llevar una vida de oración, ayuno, vigilia, meditar más en la Palabra y de ser ejemplo en todo.
III. EL CREYENTE TIENE QUE APRENDER DE SUS ERRORES. (Vers. 34)
A. vers. 34: “Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces”. Dios sabe cuál es nuestro futuro y por ende cuales son nuestros puntos vulnerables, es decir, aquellos en los cuales vamos a fallar.
B. El creyente en muchas ocasiones no aprende por consejos, estudios biblicos, predicas cristianas, ni experiencias ajenas, sino por sus propias vivencias.
Por ello sufren consecuencias: Enfermedades venéreas, embarazos precoces, detenciones judiciales, multas fiscales, mala reputación, accidentes, deterioro de la familia, ruina económica, estafa, fraudes, etc.
C. Anécdota de Ronco.
IV. EL CREYENTE TIENE QUE CULTIVAR SUS CONVICCIONES (vers. 35)
A. vers. 35: “Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negare. Y todos los discípulos dijeron lo mismo”. Los discípulos apoyando a Pedro aseguraron que también estaban dispuestos a morir por Jesús.
B. Para que no sean solo palabras y decisiones tomadas en momentos llevados por la emoción es necesario:
1) Creer en las Promesas de Dios.
2) Memorizar versículos.
3) Ser obediente a los mandatos divinos.
4) Reconocer nuestras limitaciones.
5) Ser pacientes a la hora de tomar decisiones y a la hora de esperar respuestas.
6) Establecer metas claras.
7) Aprender de los errores.
8) Ser fiel a tu ética cristiana.
9) Ser fiel y responsable en lo que se emprende
© Franklin Charco. Todos los derechos reservados.