Su vida puede cambiar… pero, ¿de quién depende?

Por un instante piense que está haciendo un balance—pero no de carácter financiero sino de su vida—en el que entrará a considerar las pérdidas y ganancias. Los ratos felices y los momentos de tristeza, desesperanzo o incertidumbre de los últimos días, semanas o meses.

¿Qué se puede hacer para salir del laberinto? Disponernos al cambio con la ayuda de Dios. Es el primer y más grande paso que usted debe dar si quiere salir a flote, emerger en medio de la desesperación.

El comienzo de nuestro fin

¿En qué momento comienza la crisis en nuestra vida? Pregúnteselo. Tómese un tiempo. ¿Quiere una respuesta? El comienzo del fin se desencadenó desde el momento en que nos apartamos de Dios. Al respecto el autor sagrado anota: “Ellos decían a Dios:”¡Apártate de nosotros!”¿Y qué les había hecho el Omnipotente?” (Job 22:17).

Separarnos de nuestro Padre celestial es la peor decisión que podemos tomar. Armando, un joven aficionado a la informática, se quejaba hace unos pocos días de la crisis en que se encontraba inmerso: “Mi hogar está desecho. Estoy separado de mi esposa, y aunque le fui infiel en varias oportunidades, descubrí que la amo, pero ya es tarde.”, dijo preso de la desesperanza. Lo trágico de todo el asunto es que había sido cristiano practicante por mucho tiempo. El mundo lo arrastró de nuevo, se apartó del Señor y se precipitó hacia un espiral sin fondo a la debacle.

Si busca a Dios, cambiarán las circunstancia.

A la pregunta de si es posible salir de la encrucijada, tengo una respuesta corta y considero que categórica: definitivamente si.

La Biblia tiene un fundamento claro para esta esperanzadora noticia: “»Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz; y la prosperidad vendrá a ti. Toma ahora la Ley de su boca y pon sus palabras en tu corazón. Si te vuelves al Omnipotente, serás edificado y alejarás de tu morada la aflicción. ¡El Todopoderoso será tu oro y tendrás plata en abundancia! “(Job 22:21-23, 25)

No tiene sentido que siga hundiéndose en sus propias fuerzas. Por ese camino sólo se orienta hacia el abismo. Piense que el panorama puede cambiar, que está en sus manos, y los resultados serán del cielo a la tierra. Puede significar un giro de ciento ochenta grados. ¿De quién depende? De usted. Basta con determinar volverse a Dios, someterse a Él y andar en Sus caminos.

Dirigir nuestra mirada al Padre celestial, nuestro amoroso Padre, es el paso fundamental de todo aquél que quiere una vida diferente. El cuadro de adversidad se modificará y todo obrará a su favor. Es tornar en intimidad con el Señor lo que nos asegura que las peticiones recibirán contestación: “Entonces te deleitarás en el Omnipotente y alzarás a Dios tu rostro. Orarás a él y él te oirá…”(Job 22:26-27).

Sólo en Dios, tomados de Su mano, tenemos garantizadas la prosperidad y la bendición para cuanto hagamos: “Asimismo lo que tú determines se realizará, y sobre tus caminos resplandecerá la luz.”(versículo 28).

Hoy es el día para comenzar de nuevo; una nueva en la que deje atrás el sino de la derrota que sembró y regó con acciones distantes de la voluntad de Dios de Dios. Pero todo puede ser diferente.

Parte de una decisión que no es más que suya y nada más que suya. Si da el primer recuerde que el Señor lo espera con los brazos abiertos, dispuesto a ayudarlo en ese proceso.

¿Ya tomó la decisión más importante?

La decisión más importante de todo ser humano es recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. Si no lo ha hecho aún, le invito para que lo haga ahora, mediante una sencilla oración allí donde se encuentra.

Dígale: “Señor Jesucristo, gracias por morir en la cruz para perdonar mis pecados y darme una nueva oportunidad. Te recibo en el corazón como único y suficiente Salvador. Haz de mi la persona que tu quieres que yo sea. Amén”

Si tomó la decisión, felicitaciones. Le invito ahora para que siga tres pasos: el primero, haga de la oración un principio de vida diaria. Orar es hablar con Dios.

El segundo, lea la Biblia. En ella aprenderá principios dinámicos que le llevarán al crecimiento personal y espiritual. Y el tercero, comience a congregarse en una iglesia cristiana en donde encontrará hermanos en la fe que le ayudarán en su proceso.

© Fernando Alexis Jimenez. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones .. Predicas Cristianas

Deja un comentario