Un Felipe de oído abierto

Felipe estaba siendo separado y preparado para conocer a un funcionario; a muchos de nosotros Dios no puede hacernos conocer funcionarios, porque en vez de entregarles el Evangelio del Reino, le pedimos trabajo; en vez de hablarles una palabra de parte de Dios empezamos a ver si podemos colocar a alguno de nuestra familia. Por eso Dios a veces no nos abre la puerta a personas importantes, porque nuestro corazón no está cambiado. Pero cada uno de nosotros, estamos asignados por el Padre a un lugar que no es casual, y Dios nos sacará de allí cuando hagamos lo que el diseñó. Claro que podemos irnos, salir del mismo, pero no será con la bendición y promoción de Dios, será porque nosotros nos quisimos ir, por nuestra voluntad y muchas veces sin haber terminado el trabajo asignado. Había una muchacha que había sido llevada cautiva por los Sirios, los cuales habían vencido al pueblo de Israel; y siendo llevada allí tuvo que trabajar de doméstica en la casa del General del ejército de Siria, llamado Naamán. (2 Reyes 5).

Ella podría haber llorado de noche y de día eternamente por la desgracia de haber sido sacada de su pueblo, separada de sus afectos, de su tierra. Pero cuando reaccionó y se dio cuenta que había un propósito por el cual había padecido y por lo cual estaba en esa casa, decide decirle a su señora que en su tierra habiá un profeta de Dios, que era el único que le podía sanar de la lepra a su marido. Y cuando ella vence sus temores y hace esto, Naamán va a Israel y busca a ese profeta recibiendo su sanidad. Ahora, ¿será que después del tremendo milagro recibido por el capitán Naamán, Dios, dejaría sin recompensa a esta jovencita? Pudiera ser que el capitán y su señora ni lo pensasen, pero Dios no la dejaría sin recompensa. ¿Será que habrá continuadotrabajando como doméstica en aquella casa? Cuando nosotros, en la condición que estamos, con la situación que tengamos y en la tierra en la que el Señor nos puso, hablemos la palabra, va ha venir liberación sobre nuestros problemas, va ha venir liberación sobre nuestra situación. Pero somos nosostros quienes debemos decidir: o hablamos, insistiendo a las personas con el mensaje, a tiempo y fuera de tiempo o nos quedándonos en la misma situación en que estamos. Por misericordia, porque Dios bueno y generoso muchas situaciones nuestras se resuelven pero Dios quiere darnos más, pero no salimos de las mismas porque no podemos ser promovidos, porque viene el ángel y no lo oímos, viene la voz de los siervos y no la oímos, viene el Espíritu Santo y no lo oímos, y así estamos y creemos que tenemos que ocuparnos nosotros de nuestros problemas. Si nosotros nos ocupáramos de la Esposa de Dios, Dios se ocupa de nuestros problemas. O le damos todo o mas vale no le damos nada, o hacemos todo o mas vale no hacemos nada.

El Espíritu Santo fue quién le dijo a Felipe: andá, síguelo, juntatea él. ¡Sube al carro, corre! Él quiere que insistamos, Él quiere que nos peguemos a las personas porque si no nos pegamos nosotros, se les pega el Diablo, el polvo de este mundo, las costumbres de este mundo, la idolatría de este mundo. Dice que Felipe fue obediente y fue, y cuando fue, oyó. Tal vez están hablando cosas en sus casas, hay personas que están siendo visitados por curanderos, por mensajeros de Satanás. Y a veces decimos ¿ por qué están así? ¿Por que? si tu no estás al lado para escucharles y para responderles será tu lugar ocupado por el error y la mentira. Dice que cuando Felipe se acercó al carro, oyó que estaba leyendo Isaías, y le pudo preguntar si entendía lo que leía. ¿Cuántas personas asisten a las iglesias de tantas religiones y no entienden lo que les predican y leen? Por eso Dios nos necesita para que les expliquemos. Jesús, dice la palabra que estuvo haciendo bienes, sanando, predicando pero también: enseñando lo que la gente no entiendía. En el versículo 31, el Etiópe le abre el corazón a Felipe, sobre algo que solamente el Espíritu Santo había oído, y le dice ¿Cómo voy a entender si no hay nadie que me enseñe? ¿Saben cuántos están esperando ser visitados por maestros?, por eso el diablo les manda a los falsos maestros. Porque la gente que es de Dios, las almas que le pertenecen a Jesucristo desde antes de la fundación del mundo, se están preguntando si habrá alguien que les enseñe, y nadie va a sus casas a golpear sus puertas para decirles: Yo quiero enseñarte la Biblia.

La puerta abierta en Etiopía el eunuco le rogó a Felipe que subiese y se sentase a su lado. Un funcionario, un administrador de los tesoros de un reino, como en aquel tiempo era y como hoy sucede también de que tantas personas importantes, de autoridad, están pidiendo que alguíen les enseñe sobre la Palabra. Y a quienes les enseñen les abren las puertas, y los hacen sentar a su lado. Por eso tantos falsos maestros están ocupando los lugares que tendríamos que ocupar tu y yo. Porque ellos se nos adelantaron, tomaron ventaja, mientras nosotros fuimos considerados, tratando de no ofender, de no perturbar, de no incomodar, de no insistir, ellos avanzaron y hoy están sentados al lado de las Autoridades, de las personas claves en los gobiernos, de aquellas personas importantes en la ciudad. Volviendo a Etiopía, fijense, que si un alto funcionario, como el eunuco, no conociá a nadie en su país que le enseñase las escrituras, sería porque no lo había. Este hombre humilde, tampoco sabía que Dios lo estaba por utilizar para ser la puerta de Etiopía a fin de que por él entrase el conocimiento de Dios a aquella tierra, ¡aleluya!

¡Cuántos tendrá Dios en los pueblos, en las ciudades, en las fábricas, en las empresas que necesitan de un Felipe, de oído abierto y obediente al Espíritu, para que se transformen en “puertas” que dejen pasar el conocimiento de Dios y su palabra. Si su palabra hoy, nos habla, nos activa, nos desata, entonces abramos nuestros oídos a la voz del envió; no dudemos cuando nos envían y conjeturemos a nuestro parecer que es lo mejor. Vayamos y acerquemosno a las personas que Dios nos haga encontrar en nuestro camino, juntemosno a ellas, enseñemosle lo que sabemos, discípulemosla y Dios nos tendrá en cuenta para mayores misiones, mayores milagros, mayores favores, porque seremos para él Hijos de oídos abiertos y corazónes confiables.

Pidamosle a Dios perdón si hemos desechado al que nos enviaba, desobedeciéndo al mensaje; y volvamos, como felipe, a disponernos como instrumentos útiles, a fin de ganar para Cristo las almas que están, como el eunuco preguntándose acerca de la Palabra, sin que encuentren a los que concen la Verdad, para enseñarles.

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