No siempre la confianza se hace presente en esos aciagos momentos. Pero no fue así la actuación del profeta Elías frente a lo inesperado de la prueba. Note cómo enfrenta la situación. Lo primero que le dijo a la mujer fue que le diera a su hijo.
Existía una creencia que cuando una persona vigorosa abrazaba a una enferma, o incluso muerta, entonces ese contacto ayudaba a la restauración de la persona afectada. Cuando David ya había envejecido le trajeron a una joven para que le diera calor. El calor humano pareciera tener esa propiedad.
Así que Elías tomó al hijo sin vida a un nivel más alto; lo puso en la cama de arriba. En esta figura podemos ver que los milagros del Señor se dan en la cumbre donde se está a solas con Dios.
Llegar hasta allí es salir del escenario de dolor y tristeza y poner la confianza absolutamente en Dios, esperando que él obre en medio lo que parece imposible. Las pruebas son las oportunidades para ascender en la fe.
3. La confianza ayuda a orar en la prueba (vers. 21)
Observe que Elías pudo estar callado frente a la viuda, pero no delante del Dios a quien ama y sirve. La primera oración que hace Elías pareciera verse como un fuerte reclamo a Dios por haber permitido la muerte de este hijo de la viuda (vers. 20).
Pero la verdad es que no es así. Otra versión lo traduce así: “«Señor, mi Dios, ¿acaso a la viuda que me hospedó en su casa, y que me dio de comer, vas a afligirla dejando morir a su hijo?» (RVC).
El sentimiento de esa oración es que para el Señor tenga compasión de esta pobre mujer. Pero acompañemos a Elías hasta arriba. Veámosle subir y colocar al niño con sus toscas manos en la cama de una manera tierna.
Ahora mírelo cómo se dirige a su Dios. Solo los hombres que ya tienen una intimidad con Dios pueden orar y pedir estas cosas, vistas como imposibles para que sucedan.
Elías se tendió tres veces sobre el niño y al final Dios lo trajo a la vida. Una oración hecha tres veces es suficiente para una respuesta de Dios. Sin embargo, no fue lo mismo con Jesús y Pablo cuando oraron tres veces también. Dios se reserva el derecho de responder según su soberana voluntad; y al que quiere finalmente da vida, aún en la sequía.
III. EL ESCENARIO DE ESTA RESURRECCIÓN NOS MUESTRA EL TESTIMONIO QUE VIENE DESPUÉS DE LA PRUEBA
1. Un testimonio del poder de Dios (vers. 22)
En este escenario de esta primera resurrección hay un testimonio que revela un gran alcance. Por un lado vemos que Dios escuchó la oración del profeta. Esto nos recuerda lo que ya Santiago había dicho que Elías era un hombre “con pasiones como las nuestras”, pero que “oró al Señor…”.