Probados por fuego

El oro, cuando es minado no luce como a lo que nosotros estamos acostumbrados a ver en joyas y diferentes artículos. El oro crudo tiene muchas impurezas, y entre ellas contiene mucho carbón.

La única manera de purificarlo, es mediante altas dosis de temperaturas al fuego. De la misma manera, nuestra fe es preciosa, pero aún hay muchos pecados unidos a nosotros. Y las aflicciones, al igual que el fuego, son necesarias para que nuestra fe sea perfeccionada.

Existen tres propósitos por los cuales nuestra fe es probada por el fuego. Primero, para que nuestra fe tenga alegría. Segundo, para que nuestra fe sea genuina. Y tercero, para que por nuestra fe alcancemos la salvación. Analicemos ahora estos tres propósitos un poco más profundo para que entiendan bien lo que les digo.

Probados por fuego – Primer propósito, para que nuestra fe tenga alegría

Aquí vemos que la palabra de Dios nos dice: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas.” (vers. 6). La realidad es que las tribulaciones nos hacen perder el gozo; como dije anteriormente, a nadie le gusta sufrir.

Como seres humanos al fin, todos tenemos la tendencia de entristecernos cuando nos toca atravesar por situaciones difíciles. A pesar de que estemos dispuestos a perdurar y perseverar espiritualmente, la carne es débil [2], y es por eso que durante las pruebas, la tristeza fácilmente invade nuestro corazón.

Lo que sucede entonces es que como cristianos, perdemos toda fuerza en nuestro cristianismo. ¿Qué sucede entonces? Lo que sucede es que nos desanimamos, y comenzamos a hacer las cosas por obligación, y no por convicción.

Probados por fuego – Nuestra fe

Lo que sucede es que nuestra fe comienza a flaquear, y se nos olvida lo que la palabra de Dios nos dice en Hebreos 11:1 cuando leemos: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” Y cuando nuestra fe flaquea, es entonces cuando damos la impresión a los demás, que ser cristianos significa estar siempre triste.

Pero, como fieles cristianos, nosotros debemos, y tenemos que enfrentar las adversidades con gozo. Recordemos que el fin de estas adversidades, es que aprendamos a estar gozosos. La palabra de Dios nos dice: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas”.

¿Qué nos está diciendo el apóstol aquí? Lo que el apóstol Pedro nos está diciendo aquí, es que estos cristianos estaban alegres, a pesar de que se encontraban pasando diversas pruebas.

Y ese es el propósito de Dios para con nosotros. Que cuando estemos en la prueba, nos gocemos en nuestro corazón. Nos gocemos porque tenemos la convicción de que Dios está cuidando de nosotros [3].

Cuando no tenemos ese gozo, entonces la prueba no cumple su propósito en nosotros. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque vemos la prueba, como una forma injusta de ser tratados por Dios. Sin embargo, si partimos del hecho que todo ayuda para nuestro bien, entonces las pruebas, son razón para gozarnos y alegrarnos.

No sé qué prueba estás viviendo, pero sea cual sea, ¡Alégrate! Porque es para tu bien. Dios está prestando atención a tu vida, y Él desea eliminar algo de ella que interrumpe tu relación con Él.

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