Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: Tenemos que sacrificarnos
Predicas Cristianas Texto Bíblico: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:1-2
Introducción
Dios, por su misericordia, nos rescató de nuestra vana manera de vivir estando perdidos, sin esperanza y sin Dios en el mundo, ahora hemos sido hechos hijos de Dios y participantes de los padecimientos de Cristo.
Por esto debemos buscar Su voluntad ya que no vivimos para nosotros mismos, pues como decía el Apóstol: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Gálatas 2:20.
El sacrificio
Por ver los deportes comprendemos el sacrificio que algunos hacen, pues “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible” 1 Corintios 9:25, y esto lo dice el Señor porque las cosas que valen la pena cuesta conseguirlas, nada es gratis ni llueve del cielo por sí solo, y si quieres progresar en cualquier área de tu vida tienes que estar dispuesto a hacer un sacrificio, y esta es la razón por la que las personas de alto rendimiento en lo que hacen están dispuestos a abstenerse de un montón de cosas para alcanzar un objetivo.
Los creyentes que logran resultados extraordinarios, los logran debido a la entrega extra que realizan de su vida, en pos de la obra del Señor, entonces no te olvides que lo que convierte a una persona ordinaria en extraordinaria es la entrega extra que hace en su vida a favor de Dios y Su obra.
Para crecer
De manera que para crecer en tu vida espiritual necesitarás dedicar tiempo de comunión íntima con Dios; para servir en plenitud necesitarás adquirir nuevas habilidades y ponerlas a disposición de la obra del Señor; para desarrollar un ministerio deberás estudiar y capacitarte, por eso préstale atención a cómo utilizas tu tiempo, cuánto de ese tiempo le estás dando al desarrollo de tu vida espiritual y a la obra de Dios, y no dudes en sacrificarte por estos servicios a Dios.
Si analizamos el tiempo que dedicamos para ofrecer culto a Dios, y nos preguntamos: ¿Se agradará el Señor de lo que yo le ofrezco?, y allí, lo primero que debemos tener en cuenta es que si nos presentamos delante de Dios, no debemos estar preocupados de lo que hagan los hombres ante nuestra alabanza y adoración, siempre que no hagamos tropezar a otros con nuestra conducta.
Cuando David trasladó el arca hasta Jerusalén, había tanto gozo en su corazón, que saltaba y danzaba delante del Señor, pero Mical, le miró por una ventana y en su corazón, dijo:
“¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!. Entonces David respondió a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová” 2 Samuel 6:20-21.
Vemos acá dos tipos de creyentes, uno que tenía puesta su mirada en la opinión de los hombres, y el otro estaba delante de Dios de todo corazón, y esta es la forma correcta de acercarse a Dios, y no como lo hacen aquellos a quienes el Señor dice:
“Este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado” Isaías 29:13.
Además, muchas veces los creyentes no valoran la presencia de Dios y hacen cosas para agradarse a sí mismo, o dan al Señor lo que no tiene valor.
Pero…., ¿Se agradará Dios de esto?
Si comprendemos que entrar a la presencia de Dios no es algo simple, debemos comprender también que no debemos presentarnos delante de Dios con las manos vacías, pues “ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado” Deuteronomio 16:16-17.
Dios es Espíritu, y no se agrada de ninguna cosa que provenga de la carne, no se trata de decir que lo hacemos con sinceridad, con todo el amor, Dios es Espíritu y ha dado de su Espíritu a los creyentes, de manera que “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” 1 Pedro 2:5, y esto nos muestra claramente que Dios no acepta cualquier culto, cualquier alabanza, sino que tienen que ser sacrificios espirituales aceptables para Dios.
Los sacrificios
Entonces, los sacrificios, para que sean espirituales tienen que nacer del Espíritu, originados en Dios
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado” Juan 7:37-39, y esto no es algo que se hace por la capacidad humana, sino por creer en el Señor Jesucristo.
Cuando hay un corazón lleno de la palabra de Cristo
La vida ha sido enriquecida por el Señor, si la iglesia está en esta condición, la congregación de los santos será llena de la gracia de Dios y manifestada en todos los creyentes con un cuerpo vivo, activo, lleno de la gracia de Dios, y no espectadores de lo que otros hacen, pero no son cosas terrenales, sino lo recibido de la mano de Dios que podemos ofrecer para que Él sea glorificado.
“Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia” Romanos 6: 19, por lo que debemos entender que nuestra manera de vivir en Cristo debe ser en conforme a la voluntad de Dios, y esta es la verdadera adoración en espíritu y en verdad que Dios exige y acepta, pues “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” Juan 4:24.
Esto es un permanente morir a lo pecaminoso, a lo carnal de nosotros mismos, para permitir que sea el Espíritu Santo el que brote de todo nuestro ser, haciendo nuestras las palabras del Apóstol cuando decía: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Gálatas 2:20; esta es la adoración que el Padre busca, la que se le ofrece a través de las vidas de los verdaderos creyentes.
Nuestro sacrificio
Nuestro sacrificio vivo deberá ser la manera diaria de vivir como espíritu, alma, y cuerpo, es decir, en la totalidad de nuestro ser, entonces…., “Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” 1 Tesalonicenses 5:21-23, y esto es un acuerdo entre Dios y cada uno de nosotros.
El mayor sacrificio que podemos ofrecer a Dios, somos nosotros mismos, no sólo en lo interior, sino también exterior expresada en actos, “porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias” 2 Corintios 5:10-11.
Muchos dicen que su comunión con Dios es cosa de ellos con Dios, y de nadie más, pero eso es muy superficial, también por allí se predica que Dios sólo ve el corazón, y si bien el corazón es importante, no son menos importantes las acciones externas porque revelan el corazón, así que:
“por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?. Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos” Mateo 7: 16-18
De manera que Dios no quiere que llevemos vidas religiosas, sino vidas santas, que den gloria a Dios por el fruto visible que den.
Conclusión
Si Dios te ha dado una Palabra para tu vida cristiana es porque quiere que eso se vea cumplido en tu vida, para su gloria y tu bendición, pero recuerda siempre que junto con la Palabra hay que poner las manos en el arado y ponerse a arar.
Dios no solo te habla de un ministerio o una misión, sino que además te está diciendo que te pongas a trabajar en la obra hasta que la Palabra se haga realidad en tu vida.
Ahora pregúntate cuál es el precio que tienes que pagar para alcanzar aquello que quieres lograr, dispone tu corazón para actuar, y pon manos a la obra, pues la obra del Señor necesita de ti, como de muchos más, pues “la mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos” Lucas 10:2.
© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.
Que bonito mensaje