Mi doble compromiso espiritual

En más, él estaba sorprendido de la forma cómo ellos habían tomado el asunto de dar. Los hermanos de macedonia se sentían libres, aunque eran pobres, para dar. Ellos no vinieron a Dios por compulsión. Nadie les obligó hacer las cosas. Pablo dice que ellos dieron “conagrado… conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas”. El verdadero compromiso espiritual es el que obra con un sentido de libertad. Nadie trabaja en la obra del Señor como una carga que le ha sido impuesta. Cuando es así, no hay gozo en lo que hacemos.

II. DARSE EN SEGUNDO LUGAR A LA IGLESIA

1. Primero al Señor y luego a la iglesia.

Hay un concepto moderno que dice: “Cristo sí, iglesia no”. Tengo la impresión que algunos creyentes le han hecho caso a ese slogan. Después de que un verdadero cristiano se ha entregado al Señor, el siguiente acto inmediato debe ser, entregarse a su iglesia donde ha creído. Se nos dice que Pablo se unió inmediatamente a sus hermanos después que creyó (Hch. 9:19). Nada es más importante para el verdadero desarrollo del creyente que la comunión de los santos. ¿Cómo hacer esto? Bueno, como lo hicieron los hermanos de Macedonia: “Se dieron… luego a nosotros”. Esto significa entregarse a sí mismo. Note que esta frase no significa el nombre ellos, su dinero, sus profesiones o sus dones y talentos.

La idea de este texto es una entrega con toda la fuerza y peso de su influencia, así como la persona misma con sus habilidades, a la iglesia del Señor. ¿Es mucho pedir esto? Amado, si usted no lo había entendido, hágalo ahora. Desde el momento que usted se entregó al Señor, también se entregó a la iglesia. La iglesia no es una opción para el creyente. Cuando me entregué al Señor, me casé con su iglesia. ¿Por qué hay creyentes que no les importa la iglesia?

2. Mi presencia es necesaria (He. 10:).

Este texto nos recuerda que hay hermanos que dejan de congregarse. Algunos lo hacen porque el trabajo que tiene lo ha conducido a eso. Para esos hermanos, que anhelan congregarse, vaya mi palabra de ánimo y mi oración para que el Señor les provea de otro trabajo. También algunos han dejado de reunirse por motivos de enfermedad. Que nuestro Señor les acompañe. Pero voy a referirme a esos hermanos que cualquiera excusa para ser validad para no asistir a culto del Señor. Son hermanos para quienes la iglesia no es su importancia.

Ellos están en los que dicen: “Cristo sí, iglesia no”. Si no lo sabía cuando esté delante del Señor será duramente reprendido y no habrá galardones para su vida, pues escogió vivir un cristianismo sin la comunión de los santos. Los hermanos de Macedonia se entregaron al Señor, pero también a la iglesia. Fue a través de ellos que Dios despertó el deseo de ayudar a los hermanos de Jerusalén, aunque ellos necesitaban ser ayudados. Aquí habrá que decir algo que puede ser duro. Pero alguien que llamándose creyente deliberadamente no le importa su iglesia, y cualquier excusa la considera válida para no asistir, habrá mucha duda si es un hijo de Dios.

3. Mayormente los de la familia de la fe (Ga. 6:10 ).

¿Por qué soy miembro de la iglesia? Cuando me hago miembro de la iglesia me constituyo en el representante de la Novia del Cordero, la Esposa de Cristo. Eso significa que mis acciones sirven para bien o para mal al testimonio de la iglesia. Por otro lado, el deber de todos los miembros de la iglesia es ayudar y consolar los unos a los otros. Esta es una verdad bíblica olvidada. Le aseguro que si a usted no le importa mucho congregarse, tampoco le importará el bienestar de sus hermanos.

Somos, por lo tanto, llamados a consolar a los que lloran, a auxiliar a los que requieren de un consejo y de una orientación. Mi deber es socorrer al necesitado y estar pendiente de aquellos que están en sus necesidades para visitarles, llamarles y socorrerles. Solemos decir: “Cuando un miembro del cuerpo se duele, todo el cuerpo se duele con él”. ¿Será esto una realidad en mi vida? ¿Qué tanto me importan los miembros de la iglesia? Que contundente son estas palabras: “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”.

4. Obreros comprometidos (2 Cor. 8:18).

Este mismo pasaje resalta no solo el trabajo de los macedonios como modelo de compromiso, sino también a un hermano “cuya alabanza en el evangelio se oye por todas las iglesias”. No se sabe quién fue, pero Pablo hace mención especial de este obrero como alguien que se comprometió con el Señor, pero también con la iglesia. Estos ejemplos nos indican que todo miembro de la iglesia debiera procurar entregarse a ella en el sentido de hacer su propia parte en la vida de la iglesia.

Qué vergüenza para el miembro de la iglesia que no sabe qué hacer dentro de ella, que ni siquiera es generoso con su bolsillo, ni pone sus manos para el servicio, ni es sincero con su corazón, ni habla a otros de Cristo. Nadie puede hacer todo, sino que cada quien ha de tomar su lugar y su puesto, pues todo aquel que no está haciendo algo, se constituye en un zángano en la colmena en lugar de las “abejas obreras”, las que siempre están trabajando para producir la miel que de tanta bendición ha llegado a ser . Nada debiera darle más placer a un creyente que servir al Señor a través de la iglesia. Pero nada debiera darle más vergüenza que vivir como un zángano en la “divina colmena”. ¿Es usted un obrero comprometido? ¿Ya dejó de trabajar en la iglesia? ¿Qué tanto ama a su iglesia?

CONCLUSIÓN:

Si usted ama a Cristo el resultado directo sería amar también a la iglesia. No se concibe amar a Cristo, pero apreciar a su iglesia. Nosotros debemos amar tanto a la iglesia, y velar por ella, porque se nos dice que Cristo la amó tanto, que dio su vida por ella. Mire lo que Pablo nos dice del amor de Cristo por la iglesia, según Efesios 6:25-27. Hubo una entrega por ella, pero también un propósito: “Presentarla sin mancha y sin arrugas”. Si me comprometo con Cristo, también me comprometo con su iglesia. Es hora de entender y vivir este doble compromiso espiritual. El amor a Cristo se mide por el amor a la iglesia. ¿Esa así mi amor por ella? ¿Estoy seriamente comprometido con la iglesia como lo estoy con el Señor?

(571) 251-6590

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