Dios camina contigo

El apóstol Pablo sufrió tanto la soledad en una cárcel romana que le dice a Timoteo: “En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; … Pero el Señor estuvo a mi lado…” (2 Timoteo 4:16-17).

Es bueno saber que no estamos solos. Es bueno saber que el Dios que habita la eternidad. El Dios que gobierna el universo. El Dios que se sienta sobre las estrellas y el firmamento. Ese Dios todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, ESTÁ CON NOSOTROS.

Dios nos dice lo que le dijo a Jacob: “Yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres” (Génesis 28:15).

Dios nos dice lo que le dijo a Moisés: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” (Éxodo 33:14).

Dios nos dice lo que le dijo al pueblo de Israel: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo” (Isaías 43:2).

Jesucristo les prometió a sus seguidores “yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:20).

El mensaje que recorre toda la biblia desde el Génesis al Apocalipsis es: Dios no abandona a sus hijos. Él camina contigo.

TU VARA Y TU CAYADO ME INFUNDIRÁN ALIENTO

Los pastores de Palestina todavía usan la vara y el cayado para rescatar, proteger y guiar a las ovejas. Con la vara que era como un mazo, los pastores se defendían y protegían a las ovejas de los depredadores (animales salvajes).

Y con el callado, que era un bastón de unos dos metros de largo, los pastores lo usaban para contar, guiar o rescatar a las ovejas.[1] Ambos instrumentos ofrecían protección y dirección al rebaño y eran imprescindibles en el equipaje del pastor.

Como experto pastor que era David, él se sentía seguro y tranquilo al saber que el Señor, que es su Pastor, le inspiraba confianza al pastorearlo con vara y cayado.

Confiaba que el Señor lo defendería de sus enemigos que querían devorarlo como oveja indefensa. Sabía que Dios lo rodearía de favores y misericordia, y guiaría sus pasos por tierra firme, trayendo tranquilidad y consuelo a su vida en medio de valles de sombras y de muerte.

Cuando aprendemos a tener la seguridad que tenía David de que el Señor cuida de nosotros como un buen pastor de su rebaño, seremos libres de todo temor al cruzar nuestros valles de sombras y de muerte.

Viviremos seguros de que a pesar de todo lo que tengamos que enfrentar, Dios cuidará de nosotros. Su vara y su cayado nos infundirán aliento, consuelo, protección, dirección y paz. [aún en tierras extranjeras].

Hagamos nuestra la promesa de Dios a la nación de Israel: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10).

CONCLUSIONES

Mi hermano querido, en el día de hoy, Dios quiere recordarte que no tienes por qué atravesar tus valles de sombras y de muerte solo. No tienes por qué enfrentar a tus gigantes solo. No tienes por qué enfrentar la enfermedad solo. No tienes por qué enfrentar tus conflictos familiares solo.

Dios conoce las irregularidades del camino, sólo Dios sabe cómo guiarte a través del valle de sombra y de muerte. No temas ni te angusties, el Señor te acompaña, te fortalece y te ayuda. Su mano derecha te sostiene firmemente y en él tienes la victoria. DIOS CAMINA CONTIGO.

El Señor está en medio de ti, y te salvará con su poder; por ti se regocijará y se alegrará; por amor guardará silencio, y con cánticos se regocijará por ti.” (Sofonías 3:17 RVC).

[1] Breneman, M., Every-Clayton, J. E., Almeida Rosa, S., & Sánchez Cetina, E. (2019). Salmos. En C. R. Padilla, M. Acosta Benítez, & R. Velloso Ewell (Eds.), Comentario Bíblico Contemporáneo: Estudio de toda la Biblia desde América Latina (Primera edición, p. 675). La Paz, Bolivia; Barcelona, España; Buenos Aires; Lima: Certeza Unida; Andamio; Ediciones Puma; Ediciones Kairos; Certeza Argentina; Editorial Lampara.

© Pastor David N. Zamora. Todos los derechos reservados.

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