Busca el tesoro escondido

Comprender el pasaje anterior nos va a dar la clave para vivir a plenitud la vida cristiana y así recuperar lo que se había perdido.

Muchos al leer este pasaje se confunden ya que creen que lo que se había perdido es la oveja, es decir el ser humano. Pero eso va más allá de la perdida de la oveja.

Si leemos bien el texto nos dice que Jesús vino a buscar LO QUE SE HABÍA PERDIDO, no QUIEN SE HABÍA PERDIDO. Para salvar a la oveja, es importante buscar LO QUE SE HABÍA PERDIDO. Veamos:

¿Quién se había perdido? LA OVEJA

Pero ¿Qué se había perdido? EL AMOR, LA RELACIÓN, LA DEVOCIÓN Que bueno que Jesús nos halla dejado esta parábola, ya que en ella encontramos el deseo de Dios de encontrarse nuevamente con su creación.

Al pastor dejar las 99 ovejas por buscar a una, no es más que la expresión del amor de Dios para con nosotros, esa relación que se perdió cuando entró el pecado y todos fuimos destituidos de esa gloria y de esa relación.

El tesoro perdido es “la relación, la devoción, la búsqueda de ese amor perfecto que existía en el principio”. pero gracias a Dios, que envió a su hijo Jesucristo para que retornemos a esa relación con nuestro creador.

Es una lastima ver a cristianos que no tienen relación con Dios. Cristianos sin hábitos espirituales, sin disciplina espiritual y como resultado de eso se origina anorexia espiritual, que no es más que el enflaquecimiento de la vida espiritual.

Esa anorexia espiritual nos hace débil frente a las artimañas del enemigo, es por eso que somos propensos a caer de cada rato, todo por no ser fuertes por no tener hábitos espirituales.

3. HÁBITOS ESPIRITUALES: MANTENIENDO LA MIRADA PUESTA EN EL TESORO

Todos sabemos que es orar, que es leer la Biblia y que es vivir la vida cristiana, pero son pocos los que tienen esos hábitos espirituales.

El trabajo, los estudios, la familia, los compromisos, etc. hacen que nos cansemos físicamente, y es hay donde la oración y la lectura de la palabra se hace más difícil. Entonces, debemos recuperar esos hábitos hoy mismo.

Quiero hacerles una pregunta para que se respondan ustedes mismos: ¿Cuándo fue la última vez que tuviste un encuentro con Dios en la intimidad, tú y Dios solos en tu habitación o lugar de oración?

¿Cuándo fue la última vez que te deseaste que ese momento no terminara? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste tu estudio personal de la Biblia? ¿Qué memorizaste varios versículos bíblicos?

Deja un comentario