El Sonido de la Trompeta

III. CUANDO LA TROMPETA SUENE EN AQUEL DÍA FINAL OCURRIRÁ EL RAPTO DE TODOS LOS CREYENTES

1. En un abrir y cerrar de ojos (1 Cor. 15:52ª).

Este versículo está lleno de velocidad. Vea las palabras “en un momento” y en “un abrir y cerrar de ojos”. Se ha dicho que un abrir y cerrar de ojos son tres decimas de segundos y que cada uno de nosotros parpadea 15 mil veces por día. De acuerdo a lo que Pablo afirma, la iglesia será arrebatada con esa rapidez. Eso explica porqué el arrebatamiento es un evento distinto o separado de la segunda venida de Cristo. La palabra “arrebatar” usada en este texto significa “arrebatar para apoderarse por la fuerza, para reclamar para sí mismo”. La idea es que los santos de Dios serán “arrebatados de este mundo con fuerza y ser reclamados por la gloria de Dios”. Esto significa que no habrá ningún aviso previo. La televisión, la radio o el periódico no tendrán tiempo de anunciar este evento. Lo que si tendrán que comentar después es que los llamados hijos de Dios desaparecieron de sus trabajos, estudios, de los aviones, barcos y carros. Lo que plantea el arrebatamiento es un caos al final de todo, pues habrá desapariciones por todas partes. ¿Está usted preparado para esto? ¿Cree usted en esto?

2. Los vivos transformados (1 Cor. 15:51).

Cuál es el misterio del que Pablo nos habla? El de no gustar la muerte. El toque de la trompeta de Dios es desconocido para el hombre, pero bien conocido por Dios. Cuando eso ocurra, aquellos que estemos vivos seremos transformados en un solo momento. Esto será necesario porque la carne y la sangre no heredaran el reino de los cielos. La transformación inmediata de un cuerpo sujeto al pecado y a los padecimientos del mundo, en un cuerpo nuevo, glorificado e inmortal, tiene que ser la experiencia más gloriosa del cual se tenga memoria. La promesa de la palabra es que este cuerpo que se deteriora con los años, que está sujeto a todo tipo de enfermedades que lo hace débil, será transformado como en un cuerpo hermoso y apto para subir y vivir con el Señor en el cielo. Esta promesa es consoladora para esos momentos difíciles por los que pasamos como parte de las pruebas de esta vida. Es posible que nuestras fuerzas estén siendo debilitadas y ya no podemos resistir más alguna prueba que consume el cuerpo. A lo mejor nuestros días transcurran en medio de gran sufrimiento y limitaciones. Pero recuerda estas palabras: “todos seremos transformados”.

IV. CUANDO LA TROMPETA SUENA EN AQUEL DÍA FINAL NOS REUNIREMOS CON EL SEÑOR EN EL AIRE

1. Una reunión en las nubes (1 Tes. 4:17).

Note los detalles interesantes de este texto. Por un lado es el hecho de sostener una reunión en las nubes. Eso usted simplemente no puede imaginarse, pero con un cuerpo glorificado será posible. Por otro lado, esa reunión en las nubes plantea algo realmente maravilloso, porque nos encontraremos con los que desciendan con el Señor para tomar sus cuerpos resucitados. Pero sobre toda cosa vista, en esa reunión en las nubes veremos al sublime y exaltado Señor Jesucristo que vendrá en persona a buscar a su iglesia.

Yo no sé si a usted le emociona esto, pero nada podrá superar aquel día de esa reunión en los aires con semejante constelación de seres transformados y con los ángeles del cielo. ¿Y quiénes estarán en esa reunión de los aires? Pues allí estará Adán y Eva, Noé, Enoc, Matusalén, los patriarcas como Abraham, Isaac y Jacob. Estarán hombres como Moisés, Josué y Caleb. Estarán los profetas, los apóstoles y los mártires. Pero estarán también nuestros familiares y hermanos que ya se han ido. ¿Se imagina esa reunión? ¿Será usted parte de ella?

2. “…así estaremos siempre con el Señor” v. 17b.

La trompeta de Dios tendrá el propósito de reunir a todos los redimidos, estén donde estén, para la gran celebración con el Señor en las nubes. Una vez hecho esto, entonces comenzará el gran viaje hacia la Patria celestial. Será el gran momento cuando todos los santos, en compañía de los ángeles, volaremos a través del universo escoltando a nuestro gran Dios y salvador Jesucristo, en medio de la más grande alabanza, adoración y fiesta que jamás el mundo haya conocido. Y al estar “siempre con el Señor”, los que hayan quedado en la tierra tendrán que pasar por la Gran Tribulación, mientras la iglesia estará con su Señor disfrutando lo que serán las “Bodas del Cordero”.

La experiencia de elevarse con el Señor para el cielo nos afirma que el propósito de la muerte de Cristo en la cruz fue la presentarse a sí mismo una iglesia gloriosa, sin manchas ni arrugas, que viva con él por los siglos de los siglos (Ef.5:27). Este texto nos dice que una cosa es estar para siempre con Jesús y otra muy distinta será vivir separado de él. El rico de la parábola experimentó lo que significa esa separación. Lázaro apareció en el “seno de Abraham”. ¿Con quién estará usted?

CONCLUSIÓN:

El toque de trompeta será para que esa iglesia que duerme (hablando de los que han muerto), o que esté viva, sea cambiada de ropa y se vista de “lino fino” para recibir y estar con su novio en la patria celestial. El encuentro de Cristo con su novia será el acto más glorioso del que se tendrá memoria. Es el más esperado de todos los encuentros, porque plantea la redención total de ella. Es la venida para tomar lo que a él le pertenece, pues fue por su iglesia que él derramó su sangre preciosa, con la que la compró y ahora ella es levantada para ser parte de lo que su Dueño ha preparado (Jn. 14:3).

Note este doble privilegio que gozará la iglesia cuando Cristo venga. Primero, será transformada en total santidad. Y en segundo lugar, entrará al cielo a disfrutar de lo que anticipadamente preparó su novio. La “trompeta de Dios” anunciará el descenso de Cristo, la resurrección de los muertos en Cristo, el rapto de la iglesia y el hecho de estar para “siempre con el Señor”. ¿Será usted uno de los que oirán su voz? ¿Se irá con el Señor?

(571) 251-6590

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