Nos ganemos las bendiciones

Piensa si no te sucede que compras las cosas que anhelabas y por las que trabajaste tanto, pero luego que las tienes en casa la novedad se desvanece y no trae alegría ni satisfacción.

El problema es que hay creyentes que se consumen a sí mismo a través del orgullo propio, la ambición propia, y la voluntad propia. Son los que ponen sus propios intereses ante que los del Señor, y si hablamos del mundo, es la razón por la cual hay tantos borrachos y drogadictos que vagando en las tinieblas y la confusión.

Muchos cristianos se pierden las bendiciones

Otra razón por la cual los cristianos pierden la bendición es porque no dejan de compararse

Hoy, una parte del pueblo de Dios está rindiéndose porque creen que nunca darán la medida necesaria. Se han vuelto a Dios para ponerle primero, buscan su voluntad y edifican su casa.

Pero cuando miran sus vidas, dicen: “Tengo poco que mostrar a pesar de mis esfuerzos, tengo poco de la santidad de Dios, poco de su gloria en mi vida, y si lo comparo con otros cristianos, nunca seré igual que ellos y tendré la victoria”.

Muchos cristianos consagrados se descorazonan porque se sienten inferiores, y el problema es que tienen puestos sus ojos en su condición y no comprenden que en los tratos con Dios están en el lugar correcto.

No comprenden que no podemos comparar nuestra vida espiritual con la de otro, y si hacen esto, comenzarán a pensar que la gloria de Dios se ha alejado de su ellos. Y no tendrán ninguna expectativa para su vida, han perdido de vista el hecho de que la gloria de Dios no se ha agotado, y el Señor les dice:

“Esfuérzate, dice Jehová; …………; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, ………. Según el pacto que hice con vosotros ………, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis.  La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:4-5, 9.

Y si puedes permanecer en pie, fiel, cumpliendo con lo que el Señor manda, dando a Dios lo que es de Dios, si permaneces verdadero para el Señor y no intentas compararte con nada ni con nadie, entonces puedes estar seguro de que estás creciendo, y Dios promete estar contigo.

La última razón por la que perdemos las bendiciones

La última razón por la que perdemos la bendición la encontramos en Números 19:11-13 donde leemos: “El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días. Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona, y no se purificare, el tabernáculo de Jehová contaminó, y aquella persona será cortada de Israel”, “Y dijo Hageo, Si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: inmunda será. Y respondió Hageo, y dijo, Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo” Hageo 2:13-14.

Dios puso estas leyes para proteger al pueblo de la propagación de enfermedades contagiosas. Pero para el pueblo, la muerte siempre tenía vinculación con la corrupción y el pecado. Pero “él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” Efesios 2:1.

Y si en cualquier punto en tu vida cristiana tienes un toque del mundo, un pequeño compromiso, un deseo que está tirando en tu interior, ése es un toque de muerte y te va a costar la bendición.

Y observa esto pues es algo que muchos cristianos no tienen claro todavía: “Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No” Hageo 2:12