Avivamiento, responsabilidad y compromiso espiritual

Olga de Hurtado

Updated on:

Predicaciones Cristianas - Un grito en la escritura

Avivamiento, responsabilidad y compromiso espiritual

5
(1)

Predicas Cristianas

Predicas cristianas predica de hoy: Avivamiento, responsabilidad y compromiso espiritual

Introducción

Glenn Jonson en su libro “Nehemías” se refiere a Hechos 3:19 como la mejor definición de avivamiento: “Así que arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” y añade que “el avivamiento estrictamente hablando significa reanimar aquello que ya está vivo, aunque en un estado de deterioro”. Así que el avivamiento se refiere, no a los incrédulos, sino a los creyentes que se han enfriado, adormecido o están agonizando, a quienes Dios se revela Él mismo en su admirable santidad y poder, para un nuevo comienzo de amor y obediencia a Él.

Enseñanza

EL AVIVAMIENTO

Para que Dios se manifieste, para que los hombres vivamos en perfecta y constante comunión con Él, se necesita tener en cuenta lo expresado en Salmos 24:3-4 “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿y quién estará en su lugar santo?

El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. Se infiere entonces que el primer paso al avivamiento es el arrepentimiento (quebrantamiento de corazón, doblegarse delante de Dios con humildad y abandonar el pecado), entonces fluirá un impulso irresistible de oír la Palabra de Dios, es decir, hambre espiritual.

También se manifestará gran reverencia, honra, respeto y valoración por el Señor, Su casa, Su obra, Su voluntad. Además habrá una constante e incesable búsqueda de la presencia del Señor y una actitud de adoración permanente (hay quienes dicen que para conocer el nivel espiritual de un pueblo basta observar su actitud en los tiempos de adoración).

Otra evidencia del avivamiento es la gran revelación de la Palabra, una apertura del entendimiento en los asuntos del Señor. Finalmente como efecto inminente se evidencia una total obediencia al Señor, gran compromiso y responsabilidad con el Reino de Dios y su justicia.

Recordemos que la definición de responsabilidad es: Reconocer y aceptar las consecuencias personales de un hecho por acción u omisión. El compromiso implica responsabilidad y es la actitud que lleva a la persona a actuar con diligencia para cumplir con una obligación contraída.

Pablo, en 1Co.3:10-15 “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien el mismo será salvo, aunque así como por fuego” claramente nos hace referencia a tres tipos de responsabilidad espiritual:

1) La responsabilidad del perito arquitecto:

Probablemente se refiere a quien evangeliza y sabemos que esta tarea corresponde a todos los creyentes (Mat.28:19). Quien evangeliza, tiene la gran responsabilidad de poner, el buen y único fundamento que es el Señor Jesucristo. Hay que cimentar las vidas sobre la fe en la obra de Cristo, en Cristo mismo, de lo contrario las personas serán como el hombre de la parábola que edificó su casa sobre la arena; y la responsabilidad será de quien puso el mal fundamento.

2) La responsabilidad del que edifica:

Probablemente se refiere al discipulado, al pastoreo, a la enseñanza. Esta responsabilidad es principalmente de los Pastores, del liderazgo y de los maestros. De la edificación sobre la vida de otros, daremos cuenta a través de sus propias vidas, pero también de las nuestras.

Cada cristiano que tiene a su cargo otros creyentes, asume el compromiso de edificar esas vidas con oro, plata y piedras preciosas y no como dice Ezequiel 13:10, 14, 15 “Y uno edificaba la pared, y he aquí los otros la recubrían con lodo suelto. Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy Jehová. Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared ni los que la recubrieron”

3) La responsabilidad del que sobreedifica:

Probablemente es lo que llamamos responsabilidad personal. Cada cristiano tiene la responsabilidad de velar por su crecimiento espiritual, de buscar los medios y recursos que Dios le ha provisto para enriquecer su vida en todas sus dimensiones y áreas (oración, ayuno, Palabra, congregación y Pastores, entre otros). Tal vez, solo los bebés espirituales están exentos de ella, y nadie puede ser bebé espiritual toda la vida, pues 1 Corintios 3:6 dice “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios”

Sin avivamiento no hay responsabilidad ni compromiso.

Cuando falta avivamiento en una congregación, los creyentes tienden a responsabilizar al Pastor, pero generalmente están bastante equivocados. La primera y fundamental causa para que no haya avivamiento, es la falta de arrepentimiento personal y de búsqueda de la presencia del Señor en la intimidad, en lo secreto de la habitación de cada creyente. Además, la falta de alimento espiritual, poco estudio de la Palabra y el no congregarse, son causa y a la vez consecuencia de lo anterior. El avivamiento de la congregación, empieza con el avivamiento de cada miembro.

También debemos saber que el enfriamiento espiritual (falta de avivamiento) es un arma del diablo para destruir no solo al creyente, sino además a la Iglesia. Es decir, que ésta es su estrategia para detener o retardar la obra del Señor. Algunos de los espíritus inmundos enviados contra la iglesia, se encargan de construir una edificación del mal llamada “la fortaleza del amor frío”. Esta construcción del enemigo es sutil pero muy efectiva, se edifica desde dos áreas especiales: una es la relación entre hermanos y la otra el menosprecio, rechazo o abuso a los siervos del Señor.

Refiriéndonos al primer caso, sabemos que una señal de la Iglesia unida y vencedora es su compromiso con el amor, pero debido al aumento de la maldad y el engaño del enemigo, el amor cristiano sufre graves ataques.

Es inevitable que en las relaciones con otros hermanos surjan roces y desavenencias pero si fallamos en reaccionar con amor y perdón, si guardamos en nuestro espíritu la deuda del ofensor o escuchamos la voz del espíritu acusador para buscar la destrucción del que falló, esa amargura, ese dolor, esas envidias, esos celos, ese juicio, nos impide amar y orar debidamente, y gradualmente llevará al creyente a ser como dijo el Señor en Mateo 24:12 “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”, en lugar de ser de los que perseveren hasta el fin para ser salvos.

En cuanto a la segunda situación (citando al Pastor Hector Torres) , en la vida de todo creyente, aún más en la de cada siervo, hay tropiezos (zancadillas del enemigo) a veces como grandes rocas que obstaculizan el paso, a veces pequeñas piedrecillas que mal manejadas enfrían el amor.

En ocasiones los siervos reciben rechazo, burla, menosprecio, del mundo y eso no es de extrañar pues el mundo nos aborrece porque no somos del mundo.

Pero si estas acciones nos atacan, viniendo de otros creyentes, a través rechazo, menosprecio, indiferencia, falta de reconocimiento al trabajo realizado para la obra del Señor, o diferentes formas de abuso, entonces, el enemigo con astucia tratará de poner pensamientos de desánimo, decisiones de abandonar la obra, de menguar en su compromiso, de renunciar a su llamado, procurará ponernos bajo el yugo del espíritu de estupor y letargo. Así puede conseguir que muchos siervos, dentro de sus corazones se vuelvan distantes y se aparten poco a poco de las otras personas y de la demostración del amor de Dios, aunque vayan aún a la iglesia, lean la Biblia, oren, y diezmen.

Conclusión

¿QUÉ HEMOS DE HACER?

1) Arrepentimiento. Entrar en ayuno y búsqueda de la presencia del Señor para abandonar totalmente el pecado y disfrutar de Su plenitud. Buscar convencimiento profundo de esta necesidad de apropiarse de manera individual de la preciosa obra de Cristo en la cruz, para ser libres de todo pecado y crecer en intimidad con el Señor; así como aceptar la realidad de que es necesario combatir contra el pecado y mantener un deseo ardiente de santidad personal.

(Textos de referencia para el estudio personal del predicador: SALMOS 25:1- 15; HEBREOS 12:1-7, ROMANOS 8:1-11; SANTIAGO 5:13-20; 1 Juan 1:5 – 2:17; 1Juan 5:13-21; Apocalipsis 1:5-6)

2) Hambre por la Palabra, comunión y búsqueda de intimidad con el Señor Búsqueda de una mayor revelación del Señor mismo y de una sensación permanente de la cercanía del Maestro y del Espíritu Santo. Planes para la lectura diaria de la Escritura, estudio bíblico y capacitación. Oración en comunión en la congregación de los santos.

Leer la Biblia de rodillas, dejando de lado cualquier otro libro, orando cada versículo y cada Palabra, sin duda contribuirá a la revelación y deleite en sus mensajes, generando cada vez más deseo por ella; a la vez será un excelente vínculo de comunión con el Señor, así como Él lo dice: las Escrituras son las que nos dan testimonio de Él. (Cada Salmo que proclama la dignidad, grandeza, deidad, poder y soberanía del Señor, así como su benevolencia, misericordia y amor. Cada texto bíblico que promete la presencia y derramamiento del Espíritu Santo. Cada pasaje de los evangelios en que Jesús oró por nosotros, prometió su presencia, o manifestó unidad, compañía, compañerismo entre Él y nosotros)

3) Amor

Identificar las estrategias del enemigo, someterse al consejo del Señor, resistir al diablo cuando quiere traer disensión, juicio, división; celos o envidias. Cuidarse de ser tropiezo para alguien. Honrar a los siervos y valorar su servicio al Señor, por pequeño que parezca. Considerarnos unos a otros, deseando y haciendo con ellos como quiero que hagan conmigo, siendo soporte para los hermanos y buscando su apoyo cuando lo requiera.

No formarse una idea negativa de alguien ni darle lugar al diablo, porque esa opinión puede endurecer el corazón y enfriar el amor y el compromiso. Cuando se ama a alguien hay compromiso de permanecer fieles para bien del que se ama, por eso la necesidad primordial es clamar por amar al Señor apasionadamente, con toda el alma, con toda la mente, con todas las fuerzas y que así como dice la Escritura “el que ama a Dios ame también a su hermano” (1 Juan 4:21) (Textos de referencia para el estudio personal del predicador:1 JUAN 3:1-2, 11-24; 4:13-21; 3 JUAN 1:5-8; ROMANOS 12; SALMOS 133)

© Olga de Hurtado. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones.. Predicas Cristianas

¿Qué tan útil fue esta publicación?

¡Haz clic en una estrella para calificarla!

Olga de Hurtado
Autor

Olga de Hurtado

2 comentarios en «Avivamiento, responsabilidad y compromiso espiritual»

  1. Gracias por tan bendita enseñanza, ha sido de gran edificación a mi pobre alma, buscaba saber que significa Avivamiento y la verdad que me ha quedado bien claro el concepto. Dios les bendiga y gracias!!! Dios es bueno!!! ????❤

    Responder

Deja un comentario