Párate en el camino

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Párate en el camino

Predicas Cristianas Texto Bíblico: Jeremías 48:19

Introducción

En medio del tumulto de la vida actual, y sin darnos cuenta quizás, estamos cayendo en el juego que silenciosamente el enemigo, desde el principio, acerca a nuestra vida para involucrarnos en él. Ya que “la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho” Génesis 3:1.

Y así como era astuta en el principio, lo sigue siendo en la actualidad para presentarnos las cosas malas como si fueran buenas a fin de dejarnos fuera de la gracia de Dios.

Y es así que individualmente llevamos una vida tumultuosa a consecuencia de los avances de las maquinarias del demonio a nivel mundial como son las guerras, la pornografía, la drogadicción.

También la pobreza, que alcanza el nivel de miseria en muchos casos. Y que es motivada por los desequilibrios económicos que generan riquezas incalculables de algunos, frente a la realidad de una pobreza extrema en otros lugares del mundo. 

También las ambiciones desmedidas en todos los órdenes y que llevan a la persona a convertirse en un jinete al cual no le interesa lo que destruye en su afán de alcanzar su propio objetivo.

Dejando así el amor de Dios y su Palabra que nos dice: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” Mateo 6:31-33.

Párate en el camino – Ha llegado el momento

Frente a esta realidad que nos hace ver los embates que el enemigo lleva a cabo en contra de la humanidad, como hijos de Dios, ha llegado el momento de que nos detengamos un poco para mirar lo que sucede a nuestro alrededor. Y si es necesario poder arrepentirnos y cambiar nuestro rumbo, alineándolo con el senda de la justicia y amor de Dios.

Podemos ver que el ritmo de vida se acelera cada día más. Es así que muchas veces no comprendemos por qué pareciera que los días son cada vez más cortos y el tiempo, lógicamente, alcanza cada vez menos.

Entonces, frente a esta realidad. “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” Efesios 5:15-17.

Los días parecieran ser más cortos, pero no prestamos atención a la voz de Dios

Continuamos corriendo por nuestros propios caminos sin mirar lo que sucede a nuestro alrededor. Y en esta carrera no hacemos más que involucrarnos cada vez más en las cosas que el demonio pone frente nuestro para hacernos caer. Corres ciego y desbocado sin recordar que “vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” 1 Pedro 5:8.

Anda como león, pero permanece oculto como serpiente pronta a atacar. Muchas veces creemos estar muy bien espiritualmente, y nos quedamos tranquilos. Pero es allí, cuando bajamos las defensas cuando el enemigo se aproxima presentándonos la ocasión de caer. La tentación disfrazada de cosa buena, pero que en su interior lleva el veneno mortal para nuestra alma. El pecado que nos aparta del Señor.

El pasaje que leímos forma parte de la profecía de la destrucción de Moab, puesto que había llegado la hora en que el Señor vendría a pedirles cuenta de lo que estaban haciendo mal. Pero en su infinito amor, hablaba por boca del profeta para llamar al arrepentimiento nacional como una forma de detener el desastre.

También llamaba al arrepentimiento individual, a fin de que cada uno estuviera preparado para la prueba que se aproximaba. Pero también nos llama hoy a que reflexionemos sobre el estado calamitoso en que se encuentra la vida humana en general.

El pueblo de Moab

El pueblo de Moab creía estar compuesto por “hombres valientes, y robustos para la guerra” (Jeremías 48:14). Y por lo tanto capaces de enfrentar cualquier enemigo. Pero se olvidaban del enemigo más cruel, su propio pecado.

Su pecado, la visión que tenían de sí mismo y que les hacía sentarse en la gloria de sus riquezas, en su orgullo exaltado por el mismo demonio. Moab era rico y se enorgullecía de sus huertos y viñedos, como muchos creyentes se creen ricos y se sientan en la gloria de su orgullo y soberbia. Pero el Señor busca ahora arrepentimiento pues cuando Él les haga descender de esa gloria personal, entonces.

“Haré cesar todo su gozo, ……….. Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales dijo: Mi salario son, salario que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo. Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová” Oseas 2:11-13.

Las riquezas del hombre

Las riquezas del hombre son como el polvo que escapa de la mano cuando más la apretamos. Y así saldrán de nuestra vida cuando el Señor apriete su mano de justicia. El Señor llama a un arrepentimiento verdadero, y quizás tú crees estar muy bien en la relación con Él. Pero, ¿sabes qué?

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” Jeremías 17:9-10. Y si el que escudriña la mente y prueba el corazón llama a un arrepentimiento es porque hay algo en él que ensucia tu relación con Dios.

El enemigo esta oculto y dispuesto a inyectar el veneno del pecado

Si no lo puedes ver, entonces “Id, pues, ahora, aseguraos más, conoced y ved el lugar de su escondite, y quién lo haya visto allí; porque se me ha dicho que él es astuto en gran manera. Observad, pues, e informaos de todos los escondrijos donde se oculta” 1 Samuel 23:22-23.

Revisa ahora tu vida, tus actitudes, la intimidad de tus pensamientos y la profundidad de tu corazón. Ya que quizás allí te estés sentando sobre tu propia gloria. Es tiempo de que te pares en tu camino y veas lo que acontece a tu alrededor, para que te puedas arrepentir ahora. Arrepentirte antes de que la mano del Señor se cierre para hacerte perder aquellas que son tus riquezas.

Bartimeo

A Bartimeo “le dijeron que pasaba Jesús nazareno. Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!” Lucas 18:37-38. Y aunque quisieron hacerle callar, llamó la atención de Jesús.

Tu no tienes que gritar, pues Jesús esta a tu lado y es quien te esta pidiendo que te arrepientas de tus pecados. Aquellos que conoces puedes presentárselos ahora al Señor. Pero de todas maneras, párate en tu camino y observa dónde te ha llevado sutilmente el enemigo para que destrozar tu vida.

Observa lo que acontece a tu alrededor, analiza tus actitudes, tus reacciones, tu forma de ser y de relacionarte con los demás. Mira ahora si no te estás sentando en la gloria de tus propias riquezas. Recuerda que “la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno” Isaías 24:5, al igual que todos lo pecadores.

Pero todo esto terminará cuando haya arrepentimiento, y entonces aquellos que eran pecadores, “alzarán su voz, cantarán gozosos por la grandeza de Jehová; desde el mar darán voces. Glorificad por esto a Jehová en los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jehová Dios de Israel. De lo postrero de la tierra oímos cánticos: Gloria al justo” Isaías 24:14-16.

Conclusión

Es tiempo que detengas tu alocada carrera por la vida para observar lo que sucede a tu alrededor, y si no sabes o no comprendes lo que esta sucediendo, pregúntale al Señor y a tu guía espiritual. Recuerda a Bartimeo. “Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello” Lucas 18:35-36.

Este hombre, comprendiendo que no podía correr pues estaba ciego. Y si lo hacía, lo más probable era que se dañaría. Entonces detuvo su marcha, y como no podía ver lo que sucedía, preguntó qué era lo que estaba pasando.

Es tiempo que dejes de correr desbocado

Párate en tu camino y escucha la voz de Dios que esta junto a ti y quiere guiarte. Cristo es el árbol de la vida que desde el principio estaba preparado para que aquel que comiese de Él no muera, sino que tenga vida eterna (Juan 6:53-58).

Pero el pan de vida no se come a la carrera, sino deteniéndose en cada una de sus Palabras. “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” Juan 5:39-40.

Este es el momento en que debes decidir si continúas corriendo por caminos desordenados, o te detienes para mirar que esta sucediendo con tu vida, si estás haciendo la voluntad del Señor.

Es tiempo de que mires a aquellos que huyen o escapan de los pecados del mundo, y si aún tienes dudas y sigues pensando que todo eso puede ser bueno, simplemente pregúntale: ¿qué ha acontecido?

¿Qué sucedió con su familia mientras estaba en el juego del demonio? ¿Qué sucedió con su salud? ¿Qué sucedió con su economía mientras continuaba corriendo sin detenerse a escuchar la voz del Señor que le quiere guiar hacia Él?

“Ahora pues, hijo mío, Jehová esté contigo, y seas prosperado, y edifiques casa a Jehová tu Dios, como él ha dicho de ti. Y Jehová te dé entendimiento y prudencia, para que cuando gobiernes a Israel, guardes la ley de Jehová tu Dios. Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes” 1 Crónicas 22:11-13.

© Reenier Gonzalo Prado. Todos los derechos reservados.

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