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Aprende a confiar

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: Aprende a confiar

Predica Cristianas Lectura Bíblica: Salmos 3:1-8 

Introducción

Cuando los problemas vienen sobre nosotros, cuando todos, aún los más cercanos se levantan en nuestra contra para destruir nuestra fe, allí es donde más debemos afirmarnos en el Señor. El enemigo tiene por meta la destrucción en primer lugar de nuestra fe, pues sabe que cuando desistimos de ella nos habremos alejado del Señor, y no contarás con una defensa confiable.

Nuestra tarea en el camino del Señor es ganar almas para Cristo. Y nuestra mejor forma de predicar es a través de nuestro propio ejemplo. Esto ya lo hemos dicho muchas veces, pero una vez más el Señor nos exhorta a mostrar al mundo que a pesar de todas nuestras luchas, a pesar que aún desde lo más cercano de nuestra familia se levante el enemigo para destruir nuestra fe, y apartarnos del camino del Señor, nosotros sabemos en quien confiamos, y por esto hemos aprendido a buscar a Dios en los momentos de mayores problemas. Hemos aprendido a alabarle cuando más dificultades se nos presentan.

Aprendido a confiar en el Señor

Cuando hemos aprendido a confiar en el Señor, aprendido en que Él nos librará de todos nuestros problemas, sabiendo que todo cuanto pueda sucedernos en la vida es lo mejor para nosotros, aunque no lo comprendamos por el momento. ante las adversidades también hemos aprendido que debemos acercarnos aún más al Señor, para que nos reconforte en lugar de alejarnos de Él, despreciando su amor.

Para ubicarnos en el momento de la escritura de este Salmo, y para obtener la clave del mensaje que el Señor quiere entregarnos en este día, debemos saber que David se enfrentaba con un grave problema. Se habían levantado todos contra él, y querían destruirle. Y lo que más le dolía es que su hijo Absalón era quien lideraba el ejército que pretendía su muerte.

David decía como muchas veces decimos los creyentes: “Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios” (versículo 2). ¿Cuántas veces son nuestros hijos o nuestros parientes más cercanos los que nos generan dudas, los que nos hacen problema porque venimos a la iglesia?

¿Cuántas veces son estos más cercanos los que nos dicen que es en vano seguir al Señor o darle a Dios lo que es de Dios, a pesar de que también ellos han recibido bendiciones a través de nuestra perseverancia en el camino del Señor, en respuesta a nuestras oraciones?

David contaba con la mayor estima de todos quienes estaban con él

Estima que se había ganado con su buen corazón y su bondad. Pero ahora, a pesar de todo lo que les había dado, se levantaban en su contra. Le perseguían, y para que la situación fuese más extrema, su propio hijo encabezaba la rebelión.

Cuando el enemigo usa a aquellos que más cerca nuestro están, es porque éstos conocen perfectamente todo cuanto hacemos. Conocen cómo somos en la intimidad de nuestro hogar, y por lo tanto no podemos aparentar frente a ellos cómo podríamos hacerlo ante nuestros hermanos de la congregación, o ante nuestros pastores.

Los cristianos muchas veces se olvidan que el Señor, como nuestra familia más íntima, conoce todo de nosotros y también pretenden engañarle.

Olvidan que, “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería será insensato”. Jeremías 17:9-11.

Infieles a Dios

Muchos son los que creen que lo que consiguen, lo hacen por ellos mismos, y por esto no son fieles al Señor. Les da lo mismo estar en la iglesia que no estar. Le es igual leer la palabra y orar que no hacerlo. Les da lo mismo trabajar para la obra y dar a Dios lo que es de Dios, que no hacerlo. Creen que los buenos momentos y los logros de la vida estarán aunque no cumplan con el Señor.

Pero, “Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería será insensato”. Al final terminan perdiéndolo todo porque han perdido lo más importante, la confianza y el temor a Dios. Aún sabiendo que: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza”. Proverbios 1:7.

Dios te ha abandonado

En el caso de David, no solo que le perseguían para matarle, sino que trataban de hacerle creer que Dios también le había abandonado. Y el enemigo también emplea esta misma astucia en los cristianos, para que pierdan la confianza en el Señor.

Es así que cuando las dificultades son mayores viene aquellos que se dicen sabios y amigos, pero que en definitiva son como los amigos de Job. Personas que más que ayuda traen destrucción con sus consejos, sacando maliciosas conclusiones de la situación que atraviesan, para que aparten su confianza y su vida del Señor y de su iglesia.

Olvidando todo cuanto han recibido de Él, olvidando que todo cuanto tienen, incluso su propia vida, se las dio el Señor. En medio de esa desconfianza, lo que sucede es que se olvidan que para los buenos cristianos, “Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”. Salmo 46:1. Y por esto solamente en Él ponemos nuestra confianza.

Condición delante de Dios

David sabía que quizás no estaba en perfectas condiciones delante de Dios, pues padecía el pecado de Urías sobre él, (2 Samuel 11:2-17). Y sabía de la amenaza de Dios, “Así ha dicho Jehová. He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa”. 2 Samuel 12:11.

Pero por eso no perdió la confianza en Dios, ni se alejó de Él. Por el contrario, se acercó aún más. “Con mi voz clamé a Jehová, él me respondió desde su monte santo”. (versículo 4). Como David, en los malos momentos es cuando más debemos acercarnos al Señor poniendo nuestra confianza en Él, clamando a Él.

No hay para él salvación en Dios

Aunque todos digan: “No hay para él salvación en Dios”, los buenos cristianos sabemos que si la hay, y clamamos poniendo nuestra confianza en Él, “Jehová, eres escudo alrededor de mí: Mi gloria, y el que levanta mi cabeza”, (versículo 3). Los hijos de Dios que verdaderamente confían saben que pueden levantar su cabeza sabiendo que todo lo que les sucede es para bien.

Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Romanos 8:28. Y sabemos también reconocer que Dios es quien hace o permite todas las cosas para nuestro bien.

Por lo tanto, no debemos perder nuestro gozo en Cristo, manteniéndole siempre en nuestro corazón, con una alabanza en nuestros labios, para alegrarnos y descansar en Él. “Yo me acosté y dormí, desperté, porque Jehová me sustentaba”. (versículo 5). Entonces no habrá ya temor en nosotros, “No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí” (versículo 6). Pesto que sabemos que “La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición” (versículo 8). Y como parte de ese pueblo también recibiremos su bendición.

Conclusión

El enemigo puede levantarse en nuestra contra para destruirnos la fe. Puede que nuestros hijos o nuestra familia más íntima sea usada por el demonio para cumplir con esta tarea como en la situación que atravesaba David.

Pero como él lo hizo, solamente tenemos un lugar a donde recurrir y buscar refugio, a Sión, (Salmo 2:6). Al monte santo de Jehová, “Porque saldrá de Jerusalén remanente, y del monte de Sión los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”. 2 Reyes 19:31.

Como cristianos no podemos seguir recibiendo consejos de aquellos detractores del evangelio, que aunque puedan o digan amarnos mucho, como familiar o como persona, son usados por el demonio para apartarnos del Señor.

Como cristianos verdaderos, debemos aprender a recurrir al Señor ante las dificultades y a confiar plenamente en Él, pues siempre hará lo mejor para nosotros. Los cristianos verdaderos, “Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sión”. Salmo 84:6-7.

Nuestra confianza esta en que después de una gran prueba viene una gran bendición, y por esto buscamos al Señor en medio de la lucha. Cuando estemos en dificultades, “Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos”. Salmo 95 2.

Y veremos como ese enemigo que se levantó en nuestra contra es destruido como nos dice la Escritura. “Cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moaab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros”. 2 Crónicas 20:22.

Si en verdad eres un hijo de Dios, aprende a confiar.

Confía en el Señor a pesar de todo cuanto te pudieran decir, a pesar de cuanto te pudiera suceder. Entonces, cuando hayas aprendido a confiar verás la Gloria de Dios.

Ahora recuerda que: “Los que confían en Jehová son como el monte de Sión, Que no se mueve, sino que permanece para siempre. Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, Así Jehová está alrededor de su pueblo Desde ahora y para siempre”. Salmo 125:1-2. Allí, en medio de tus problemas, confía, pues el Señor te está cuidando y lo hará por siempre.

© Reenier Gonzalo Prado. Todos los derechos reservados.

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