El perdón de nuestros pecados

El perdón de nuestros pecados – Tenemos que ser diferentes

De ninguna manera, antes bien se requiere que en nosotros haya frutos de que somos hijos de Dios en base a nuestras acciones, muchos quieren seguir viviendo en el pecado.

Seguir hablando como hablaban antes, seguir practicando las cosas que practicaban antes, y eso no es el tipo de pensamientos que debemos tener, sino más bien el que nos lleve a santificar nuestra vida.

Sabemos de antemano como Satanás es el que siempre ha practicado el pecado… 1 Juan 3:8-9 – El que practica (gr. “prásso” desempeñar repetida o habitualmente el pecado) el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9 Todo aquel que es nacido de Dios (o sea el que ya experimentó en su vida el nuevo nacimiento), no practica el pecado (encontramos el mismo verbo practicar, desempeñar repetida o habitualmente el pecado), porque la simiente (semilla) de Dios permanece en él; y no puede pecar (se refiere a no practicar el pecado de manera habitual y no de que sea perfecto en todos sus sentidos), porque es nacido de Dios.”

Esto llevará a santificar nuestra vida y hacer lo correcto ante los ojos de Dios, pero ¿Qué estilo de vida llevamos? ¿Será agradable ante los ojos de Dios?

Podemos ver como existen personas que se rebelan en contra de las leyes de Dios, eso es el reflejo de que no son hijos de Dios, porque algo que ha caracterizado a Satanás es que se ha rebelado en contra de lo que Dios ha dicho.

Y es exactamente lo mismo que hace la gente que no conoce a Dios, viven de manera habitual practicando el pecado, es muy lamentable el que se piense que por tener quien sabe cuántos años en el evangelio o por tener un vasto conocimiento de las escrituras nos hace ser más cristianos, ¿será esto así?

No, sino son los frutos de justicia lo que hace ver que somos hijos de Dios, es practicar la verdad es lo que nos llevará a dar testimonio que somos hijos de Dios, ese era el error de los gnósticos pensaban que a través de su espíritu iluminado por la gnosis eran justos pero no es así, sino es la práctica de la verdad, recordemos que el cristianismo es un estilo de vida y no solo un vasto conocimiento de la verdad. Entonces debemos de esforzarnos todos los días por practicar lo bueno ante los ojos de Dios.

¿Qué debemos hacer cuando faltamos delante de Dios? Confesar nuestro pecado delante de Dios para recibir su perdón. ¿Podrá el hombre perdonar pecados?

No, sino solo Dios puede perdonar pecados, para eso murió en la cruz para obtener de parte de él el perdón de nuestros pecados, ¿y porque mucha gente va al hombre para que perdone sus pecados?

Porque desconocen lo que está escrito en la Biblia. Romanos 5:8 8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” fue tan grande el amor de Dios para nosotros que siendo por naturaleza[a]Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.7 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza[b]de *siervo y haciéndose semejante a los seres *humanos. 8 Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!

Nosotros vivíamos hundidos en el pecado siendo esclavos del pecado practicando el pecado, formaba parte de nuestro diario vivir, éramos necios y rebeldes por naturaleza, pero cuando tuvimos el encuentro personal con Jesucristo eso terminó.

Ahora somos esclavos por amor a Él, obedecemos sus mandatos, ya no somos ovejas descarriadas sino que tenemos un pastor, Jesucristo nos guía. Y al morir por nuestros pecados y nosotros aceptando su sacrificio nos ha dado entrada al reino de los cielos, el justo (Jesucristo) pagando por injustos (la humanidad).

Pero que ingratos aquellos que no le aceptan como su Señor y Dios, después de todo lo que él hizo por nosotros el mundo lo rechaza, pero nosotros que le aceptamos como nuestro salvador, somos justificados en su sangre y perdona todos nuestros pecados, por eso es que tenemos el gran privilegio de ser llamados hijos de Dios y escapar de la ira de Dios sobre el pecador.

Debemos de tener bien claro que Dios ama al pecador (al hombre) pero aborrece el pecado (las acciones de la persona). El hombre por sí solo no se puede salvar, es incapaz de poderlo hacer porque el hombre por naturaleza es malvado y perverso, para eso apareció el hijo de Dios para deshacer las obras del diablo.

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