David sabía de esta dulce compañía para esos momentos oscuros de su vida. Ahora, ¿quién es el “ángel de Jehová” en este pasaje? Los mejores comentaristas coinciden en señalar a este ángel como el Cristo pre-encarnado.
David pasó noches en oscuras cuevas mientras huía de su adversario, pero en los momentos más difíciles sintió la cercanía de una compañía maravillosa. Ninguna presencia es más confiada y poderosa que aquella donde está presente el ángel del Señor.
Un creyente no debiera pasar sólo sus momentos temores. El salmista decía que la misión del “ángel de Jehová” era acampar alrededor y defenderlo. ¡Qué hermosa figura! Él está alrededor de nuestro “campamento” con su espada desenvainada. Nadie nos podrá hacer frente “aunque un ejército acampe contra mí”. Usted no está solo en sus temores.
III. NOS REVELAN LAS PROMESAS QUE AHORA DISPONGO
a. El Señor suple lo que te roban los temores (verss. 4, 8-10)
¿Por qué Dios permite que sus hijos sufran necesidades? es la pregunta de siempre. Una de las cosas que hace el temor es hacernos creer que aquella cosa que falta jamás será suplida (salud, trabajo, amor, dirección, alegría).
Las carencias de la vida presagian a veces lo peor, siendo la muerte el temor mayor. Esto es lo que hace que David describa su liberación del peligro de muerte como una salvación del miedo mismo: “Busqué a Jehová y él me oyó, y me libró de todos mis temores“.
Jesús afirma que el Padre sabe todo lo que necesitan sus hijos, incluso antes de que ellos le pidan (Mateo 6:8). David describe su petición de ayuda con varias palabras: buscar al Señor (Salmo 34:4,10), mirar al Señor (Salmo 34:5), clamar al Señor (Salmo 34:6), temer al Señor (Salmo 34:7,9).
Esto es, en esencia, la actitud que debe tener quien enfrenta esta condición en su vida. Es que frente al temor que nos asiste veamos la garantía de estas promesas a la hora de clamar a Dios. Observe la respuesta que hay en cada una de las peticiones que hace el necesitado.
b. Él suple cuando lo pones en primer lugar (verss. 11-22)
La pregunta de David de “¿Quién es el hombre que desea vida?” se puede plantear también así: “¿Quién quiere sobrevivir esta experiencia, ser transformado allí, y luego quedar preparado para lo que venga más adelante?”. Este es un anhelo colectivo.
Todos los hombres desean y buscan todos los días alargar su vida. La respuesta esta pregunta es como el sumo bien de la vida. De hecho, los temores nos cortan los deseos de esta clase de vida. Muchas veces la ansiedad nos plantea otras alternativas de quitarse la vida que nada tienen que ver con alargarla, de acuerdo con el deseo de este texto.
De esta manera, y frente a lo que podamos estar pasando, la recomendación es la de buscar a Dios intensamente y traer delante de él todas nuestras carencias, muchas de ellas provocadas por los mismos temores de los que sufrimos.
La demanda del salmo es que yo no puedo pretender la intervención de Dios en mi vida si no me aparto del mal, hago el bien y sigo la paz. Las promesas del Señor tienen el acondicionamiento de mi fidelidad y de obediencia. Como resultado de esto el Señor le asegura al atribulado salmista que “ningún hueso será quebrantado”. Amén.
Aprecio muito as publicações deste site cristão. Têm sido de grande proveito e edificação para mim. Oro a Deus para que os abençoe e multiplique o número de pastores e obreiros interessados em compartilhar conosco essas bênçãos em forma de sermões, reflexões etc. “Prossigam, pois o vosso trabalho não é vão no Senhor Um grande abraço e especial saudação cristã ao pr. Julio Ruiz. Sou um leitor constante dos seus textos, sempore muito inspiradores. Dios le bendiga siempre!
Muchas gracias pastor Josemar de Souza Pinto. Aprecio mucho sus palabras en portugues, que es muy parecido al español. Gracias por animarme a seguir adelante con este ministerio. Muchas bendiciones para usted, su familia y su ministerio. Que Dios use estos sermones para edificar a su cuerpo, alcanzar al perdido y traer gloria a su nombre.