Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Texto Biblico: Génesis 1:26-27 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves en los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.
Introducción
¿Cúal es la imagen que tienes de tu Padre celestial? ¿Es la imagen de un padre que guarda y protege a sus hijos, que les reprende lo malo y exhorta a hacer lo bueno? ¿Un padre que pone límites pero que por sobre todas las cosas perdona nuestros errores y esta lleno de amor?
En la mente humana, los pensamientos se desarrollan a través de relación de imágenes. Si uno escucha la palabra “perro”, la memoria inmediatamente buscará una imagen relacionada con ésta palabra y vendrá a la mente la imagen del perro de la casa, o uno que le afectó de alguna forma. Si yo dijera la palabra “parrilla”, inmediatamente su mente estaría viendo una parrilla humeando, con brasas debajo y un buen asado sobre ella. ¿Se dan cuenta cómo funciona nuestra mente?
Fuimos creados a la imagen de Dios
Hemos leído en la palabra que fuimos creados a la imagen de Dios. Bajo este concepto, es interesante conocer cómo es la imagen que viene a tu mente cuando te hablan de Dios, de tu Padre Celestial.
Podríamos pensar que vendrá a nuestra mente el Creador, una persona haciendo, fabricando alguna cosa u algo similar, pero la realidad es casi seguro que la imagen que viene a tu mente tiene relación con sientes o piensas de tu padre terrenal.
De alguna manera tu dimensionas o conceptúas a Dios en relación al concepto de padre que tienes, o según lo que tu madre te ha dicho de él si no le has conocido. Pero lo cierto es que Dios es tal cual es, sin importar el concepto que nosotros tengamos de Él. Solo que nuestra imagen paterna será la que filtre nuestra relación con el Padre celestial y afectará nuestra relación con Él.
Para un niño su padre es como Dios
Normalmente, para un niño su padre es como Dios, es el mas fuerte, el que todo lo sabe y todo lo puede, en verdad que un niño idolatra a su padre. Sin embargo, ese padre tiene defectos, y cuando nos damos cuenta de ello ya su imagen no representa correctamente a Dios.
Es allí donde comienza a marcarse una imagen errónea de Dios, conforme a la imagen de su padre. Nuestra mente comienza allí a gestar la imagen de un Dios con errores, con defectos, con tantas fallas que éstas no nos permiten ver las virtudes.
¿Cómo es Dios para ti?
¿Cómo es o era tu papá? ¿Conoces alguna familia donde la mamá tenga dominio sobre el papá? Si pudieras escuchar la oración de un hijo de ése matrimonio verías que no pregunta al Señor cuál es su voluntad para luego hacerla. Sino que quién dice cómo se deben hacer las cosas el mismo que ora y no Dios, pareciera ser que para esa persona quien conoce lo mejor para su vida es él mismo, y por ello le aconseja u ordena al Señor cómo hacer las cosas.
Esto sucede porque su imagen del Padre celestial es la que tiene de su propio padre, siempre dominado o subordinado a las decisiones de la madre.
¿Cómo es tu Padre Celestial?
Es un padre que te causa terror, porque tienes miedo a que te castigue como lo hacía tu padre. Un padre a quien no respetas, porque crees que se burlará de ti como lo hizo tu padre. Es acaso un padre, a quien no soportas porque crees que te mentirá como lo hizo tu padre.
Es acaso un padre en quien no confías, porque crees que te defraudará como lo hizo tu padre. ¿Cuál es tu imagen del Padre Celestial? ¿Cuál es la imagen que viene a tu mente cuando escuchas la palabra “padre”?
Cuantas personas hay que se les recrimina diciéndoles: “Tu padre tiene la culpa de que seas cómo eres”. Deberíamos tener en cuenta lo que nos dice la escritura: “No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?” (Malaquías 2:10). Cuantas personas llevan sobre sus hombros una pesada carga que no les corresponde.
