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Fe sin verdad

Predicas Cristianas | Estudios Biblicos

“…Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?..” Lucas 18:8

Esta pregunta de Jesús de Nazaret a sus discípulos era sumamente seria y después de dos mil años esta pregunta se nos hace a nosotros con igual urgencia. Vivimos en los tiempos que el Señor señaló. Los acontecimientos sorprendentes en escala mundial anuncian la pronta venida de Cristo. Si proclamamos la verdad de la segunda venida, debemos con toda seriedad recibir el impacto de la pregunta ¿Hallará fe en la tierra el Hijo del Hombre?

¿De qué habla Jesús con el vocablo fe? ¿Qué es en realidad lo que El buscará en su venida? ¿Querrá saber cuántos han hecho profesión de fe en los grandes esfuerzos de esa Década de cosecha? ¿Estará pesando en los que hacen grandes obras de fe? Esta pregunta probablemente indica que a medida que se acerca el tiempo de su retorno la maldad será tan dominante que muchos de las iglesias se apartarán de la genuina fe. Cada creyente debe preguntarse ¿Estoy perseverando en la fe, continuando firme en la oración y pidiéndole a Dios que se haga justicia y que triunfe su justa causa totalmente o para siempre? O ¿Estoy tan preocupado por esta vida que no anhelo el retorno de Cristo?

Se comenta en la actualidad de muchas clases de fe en los círculos evangélicos, especialmente entre pentecostales. Y recitamos de memoria Hebreos 11:1 Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Hay fe barata, fe costosa, fe reforzada… ¡hasta una nueva súper fe! Mencionando solo por encima a los que viven por fe. Los que se escudan en la palabra fe para no esforzarse. La fe es el pretexto más usado para no hacer nada. Vivir por fe no es sentarse a esperar que del cielo nos caigan las cosas. Vivir por fe es poner nuestra fe en acción. Pedirle a Dios trabajo para suplir nuestras necesidades. Oportunidades para servirle, y poder ver su gloria manifestada. Eso es vivir por la fe.

Una investigación del griego en el Nuevo Testamento nos revela que fe (pistis) trata de una persuasión firme, una convicción de verdad, una constancia en la profesión de una verdad, la fidelidad a un sistema de verdades.

El justo por su fe vivirá. Romanos 1:17.

Este principio fundamental rige la relación del creyente con Dios y su participación en la salvación provista por medio de Jesucristo. Esta verdad central afirma que el justo tendrá la vida eterna al acercarse a Dios con un corazón sincero que cree. Los justos deben de vivir en este mundo por la fe en Dios, una fuerte confianza en Dios en que sus caminos son justos, una lealtad personal a Él como Salvador y Señor y una resolución moral de seguir sus caminos.

Habacuc 2:1-4 – “El Justo Por Su Fe Vivirá”

Pocos pasajes en las Santas Escrituras han tenido un impacto más grande sobre toda la historia de la humanidad que estas palabras, “El justo por su fe vivirá”. Ellas apretaron el corazón del Apóstol Pablo quien descubrió que su perfil piadoso en el judaísmo, todas sus obras y tradiciones no eran de utilidad alguna para el Señor; pero aquella palabra de que “el justo vivirá por fe” prevaleció con el Señor. El incluyó estas palabras en 3 de sus Epístolas del Nuevo Testamento.

Estas mismas palabras apretaron el corazón y cambiaron la vida de otro hombre – un hombre que nació en Eiselben, Alemania en 1483; y, a través de él, eventualmente cambió al mundo. El joven Lutero tenía una sed de conocer a Dios y un hambre de salvación. El sintió el peso de su pecado y quería librarse del pero no sabía cómo.

En los días de Lutero, las verdades bíblicas de salvación, perdón y vida eternal por gracia a través de la fe sola habían sido enterradas en las tradiciones del Catolicismo medieval casi igual que estas verdades del Evangelio han sido olvidadas y perdidas en tantas iglesias que hoy se hacen llamar cristianas.

Más o menos, en el año 1510, sus superiores mandaron a Lutero a Roma, consideró necesario seguir las costumbres de los peregrinos a Roma, y así, subió la «escalera santa» (que se cree trasportada por manos de ángeles de Jerusalén a Roma) de rodillas y diciendo un Padrenuestro en cada escalón. Repentinamente recordó la declaración del profeta Habacuc, citado después por el apóstol Pablo: «El justo vivirá por su fe» y le ocurrió que todas aquellas penitencias y todos estos rezos forzados, no valían absolutamente nada.

Reforma Protestante: La Reforma Religiosa Protestante se originó en Alemania, en el año 1517, cuando Martin Lutero publicó las “95 tesis” contra la venta de indulgencias, en la puerta de la iglesia de Wittenberg. Martin Lutero partía de la necesidad de una religión interior, basada en la comunión del alma, humilde y receptiva con Dios.

Moralmente, la iglesia estaba en decadencia: estaba más preocupada por las cuestiones políticas y económicas que las cuestiones religiosas. Para aumentar más aún más sus riquezas, la Iglesia recurrió a cualquier artilugio, por ejemplo, la venta de los cargos eclesiásticos, la venta de reliquias, y especialmente a la famosa venta de indulgencias de los pecados, que fueron la causa inmediata de la crítica de Martin Lutero y el inicio de la Reforma Protestante en Alemania. El Papado garantizaba el perdón de los pecados por la compra de indulgencias a la Iglesia, el dinero obtenido se utilizó para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro.

La única fe que acepta Dios es la que triunfa en la peor de las circunstancias. Esta fe que cree en las realidades espirituales, lleva a la justicia, busca a Dios, cree en su bondad, confía en su palabra, obedece sus mandatos, vive conforme a sus promesas, rechaza el espíritu del malvado mundo actual, anhela un hogar celestial, persevera en medio de la prueba, etc.
La fe en Jesucristo es la única condición que Dios exige para la salvación. La fe no es solamente una confesión acerca de Cristo, sino también una actitud que brota del corazón. Es tanto un acto de un momento como una actitud continua que debe aumentar y fortalecerse.

¿Por qué la mayoría de las personas están atrapadas en temores y preocupaciones? ¡Porque carecen de fe! Pero, ¿qué es la fe? ¿Es pensar positivamente? ¿Es un sentimiento? ¿La afiliación personal a la iglesia? ¿La creencia de que Jesús murió por sus pecados? ¿Confianza? ¿Esperanza? ¿O es algo más? ¿Por qué hay millones que malentienden este tema? ¡He aquí la respuesta de la Biblia!

La Biblia declara que “sin fe es imposible agradar a Dios” (Heb. 11:6). Esta es una declaración increíble — sin embargo, ¡está en la Biblia! Tómela exactamente por lo que dice. ¡Solamente piense! Cualquier cosa que una persona haga en su intento por ser un cristiano, no significa absolutamente nada si carece de fe. Porque sin fe, la persona no tiene esperanza — ni posibilidad — de agradar a Dios. Cualquiera que no esté agradando a Dios, es cristiano en vano. ¡Eso es serio! Considérese a usted mismo. ¿Tiene usted la fe real? ¿Es suficiente para la salvación? ¿Puede usted saber? ¡Sí puede!

Lo que sucede es que nos están inundando de prédicas sobre la fe, que en realidad son conferencias motivadores que más que activar nuestra fe nos conducen a creencias hedonistas, mezquinas y egoístas.

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