La gota horada la piedra

“Buscad”. Debemos trabajar para buscar el rostro de Dios en primer lugar, el reino de Dios y su justicia. (Mateo 6:33). Debemos trabajar para buscar las bendiciones que Dios tiene para cada uno de nosotros. Nada vendrá si no le buscamos. Ninguna obra podremos hacer para el Señor, si no buscamos primeramente la capacitación, la enseñanza y la sabiduría de Dios. “La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan” (Esdras 8:22).

“Llamad”. Para llamar debes trabajar. Tienes que abrir tu boca en la intimidad de tu comunión con el Señor. Debes llamar las bendiciones de Dios para tu vida, y para tu ministerio desde los cuatro puntos cardinales. Debes llamar en aquellas puertas que sean de bendición para tu vida. Sin esperar que las cosas se hagan solas. Nunca tendrás trabajo si no lo buscas. La realidad es que nunca cosecharás si no siembras. Nunca te alimentarás, si no buscas comida. “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”. (Isaías 55:6).

El mundo está en tinieblas

El mundo está en tinieblas, todo en él es oscuridad. “Porque lo que hay en mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre” (1 Juan 2:16). Esta cubierto de densas tinieblas que sostienen a los impíos.

Tinieblas que ocultan a aquellos que hacen lo malo delante de los ojos de Dios. Quizás a los ojos de toda la humanidad permanecen ocultos sus pecados por mucho tiempo. Pero no es así para los ojos del Señor, que todo lo ve, que todo lo escudriña. Aún en lo más profundo del corazón, allí están los ojos del Señor para mirar sus actitudes.

El dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos”. (2 Corintios 4:4). El demonio se ha encargado de entenebrecer la mente del hombre natural, para que no vea la luz. Y mediante palabras engañosas, que habla a sus oídos, ha creado un gobierno poderoso sobre la tierra.

Un sistema de maldad

El tipo de organización que gobierna este mundo es en su totalidad, un sistema de maldad. Ha tomado a personas de todo nivel social para estar presente en todos ellos, y mantenerles así sometido. Gobiernos enteros, que han caído en sus manos a causa de la ambición de dinero o poder.

Llevan a la destrucción de los pueblos, sin mirar que hay inocentes en medio de estos. Pero nuestro Padre celestial ha introducido elementos espirituales que se oponen frontalmente a todas las iniciativas del mundo. Él ha colocado personas para partir este gobierno de maldad. Estas verdaderas cuñas somos cada uno de nosotros, los hijos de Dios.

Los hijos de Dios

Vemos como son levantados ídolos populares que arrastran a la juventud por carriles desenfrenados de sexo, droga y alcohol. Aún tras su muerte son arrastrados jóvenes y llevados a su misma condición. Se matan por su ídolo.

Vemos que como consecuencia de la pobreza en que son sumidos algunos estamentos sociales, cuerpos de jóvenes, y aún de niños, son entregados a la prostitución y a la lascivia de manera de satisfacer los deseos pecaminosos de la carne.

El robo, las estafas, el tráfico de drogas y toda forma de obtener dinero fácil es la moneda corriente en este imperio de maldad. Imperio que el demonio ha generado. No hay límites en él, no hay edad, ni raza, ni color. Todos aquellos que siguen cegados son herramientas útiles para el demonio. Toda mente ociosa y vacía de Cristo, es utilizada como taller de maldad, para elaborar un nuevo plan de degradación de la humanidad.

Podemos ser como una gota penetrante

La palabra de Dios nos dice que “Las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra”. (1 Juan 2:8b). También nos dice “Ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”.  (Efesios 5:8).

Dijimos en el principio que una gota de agua perforaba la piedra más dura, y que una pequeña cuña partía el tronco más resistente. Piensa que cada uno de nosotros que hemos conocido al Señor podemos ser como una gota. Uno gota que al golpear con insistencia, perfora la roca dura.

La roca dura que el enemigo ha establecido en el camino, para impedir el paso desde el reino de las tinieblas al reino de la luz de Cristo. Piensa que tu puedes ser la cuña que rompa el tronco del árbol de maldad, que ha crecido bajo el sustento del demonio.

Llevar el evangelio a toda criatura y a todo lugar

Ahora, en Cristo, eres luz. “Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz” (Lucas 11:33). Eres tú quien debe cumplir la Gran Comisión. (Marcos 16:15).

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