Eres tú quien debe llevar la luz de Cristo a cada lugar donde vayas. “Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte” (Lucas 1:79).
El cristiano fiel, es parte de esas aguas que llevarán la sanidad al mar de muerte que es el mundo. Y quien llevará la vida que Cristo da a quienes beben de Su agua. El Señor nos pide que ofrezcamos nuestros cuerpos en sacrificio vivo. (Romanos 12:1-2). Ofrezcamos nuestros cuerpos en ofrenda constante, y agradable de servicio.
Debes establecerte
Debes establecerte como la cuña que partirá el gobierno de Satanás. Esa cuña forjada a través de las pruebas y dificultades. Una cuña forjada en la fragua de las circunstancias, y templada en la dependencia del Señor.
Es gloriosa e importante tu misión. Pero para hacer esa cuña efectiva deberemos mantener una comunión verdadera con Cristo. Una vida en sometimiento total y sincero. Entregados a muerte.
“Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos”. (2 Corintios 4:11).
Sabiendo que seremos rechazados por el mundo como Cristo fue despreciado y crucificado, pero entendiendo que nuestro galardón está en los cielos.
Tu eres parte de esas aguas que llevan vida al mar de muerte
En el mundo te encontrarás con aquellos que desviaron su mirada de Cristo, y comenzaron a coquetear con el mundo. Aquellos que fueron distraídos por las escaramuzas que el enemigo hace a su alrededor, y abandonaron la buena senda.
También te encontrarás con aquellos que están atrapados en las cárceles del pecado. Quienes son prisioneros del demonio, y por ello se opondrán a tu tarea. Estos son quienes se inclinan fácilmente por las cosas temporales. Por las dádivas que el mundo les ofrece, para dejar de lado las enseñanzas establecidas en la palabra de Dios. Recordemos que la mayor satisfacción del enemigo, es hacernos fracasar en nuestra vida cristiana.
Cada persona que cree en Jesucristo, y lo acepta como su Señor y Salvador, está formando parte de ese río encargado de llevar vida al mundo. Somos el pueblo llamado, y escogido para destruir la obra de maldad en unidad con Cristo. (1 Pedro 2:9).
La unidad debe primar en la congregación
El ambiente de armonía y unidad debe primar en la congregación de los santos, para llevar a cabo con eficacia su misión evangelizadora. La iglesia es la portadora de la vida, y de la presencia de Cristo. Siendo su mayor responsabilidad ser verdaderos embajadores de Dios. Ser verdaderas cuñas, dispuestas a romper el gobierno de las tinieblas.
Recuerda que cada miembros de la iglesia del Señor, cada miembro lleno del Espíritu Santo es una cuña templada y endurecida, que el Señor ha preparado para llevar adelante su obra de sanidad en este mundo de muerte. Aunque parezca que el golpe de la gota no hace nada, al cabo del tiempo perfora la roca.
Conclusión
Tu oración, tu clamor, cada palabra que insertas en un inconverso, en un familiar, es una gota que parece no servir de nada. Pero que al cabo de un tiempo perforará su coraza de tinieblas, y por allí comenzará a penetrar la luz de Cristo que luego inundará esa vida.
Recuerda, tu trabajo para el Señor no es en vano. Tu eres una gota que horada la piedra. El cristiano fiel es como una cuña templada y endurecida, capaz de romper la madera más dura. Tu eres parte de esas aguas que llevan sanidad al mar de muerte que es el mundo.
© José M. Vallín. Todos los derechos reservados.