La barca no se hundirá

II. Él esta en la barca 

A. Cuando existe un problema y uno sabe que el resultado será positivo, eso nos produce paz, nos hace sentir seguros, porque tenemos la convicción que pase lo que pase el resultado será favorable. Pero de no saberlo, lo que habrá, será ansiedad, desesperación y temor porque no se sabe cual será el desenlace del problema.

B. Los discípulos cuando la tempestad empieza a golpearlos y el agua empieza a meterse en la barca, sin duda alguna tenían miedo y trataban de hacerle frente a esa situación. Momentos antes al subir con Jesús en la barca ellos sentían seguridad, porque el mismo Jesús es de quien había surgido la idea de navegar para cruzar al otro lado, entonces ¿qué había cambiado en este momento?

Tal vez el hecho de no ver a Jesús despierto sino dormido como si nada era lo que les hizo sentir esa desesperación y su fe se vio afectada. Que Jesús estuviera dormido no significaba que no estuviera al cuidado de ellos; simplemente él sabia el resultado de esa tempestad.

Los discípulos hicieron lo correcto en cuanto acudir a Jesús sin embargo mas que un clamor acompañado de fe era un clamor acompañado de desesperación; cuando Jesús actúa les hace saber que mientras él estuviera en la barca no importaba que tan grande fuera la tempestad porque él era mucho mas grande.

C. Yo creo que podemos identificarnos mucho con los discípulos. Cuando los problemas comienzan a golpear nuestra vida tan fuerte que sentimos que no habrá futuro también llega el punto en el que creemos que Dios no esta al cuidado de nosotros porque de otra manera ya estaría haciendo algo a nuestro favor y no guardando silencio.

Ignoramos que mientras él este en nuestra vida no es necesario que nosotros veamos si esta actuando o no, eso es asunto suyo, nuestra parte debe ser tener la firme convicción que mientras él este en nuestra vida no hay tormenta lo bastante grande como para hundirnos.

D. No olvidar que el mismo Jesús que acepto la invitación de entrar en nuestro corazones sigue ahí sin importar las circunstancias, el tiempo e incluso si nosotros podemos o no verle actuar, es responsabilidad nuestra .

Jesús no se ha bajado de la barca y tampoco ha dejado de actuar pero él conoce el resultado, el sabe lo que esta haciendo; nosotros solo debemos tener en cuenta y recordar que él sigue estando en la barca, en nuestras vidas.

III. Él tiene el control sobré la tormenta 

A. La palabra Fe empleada en el versículo 40 viene del griego Pístis que significa convicción, confianza en Cristo para salvación y credibilidad. Básicamente esa fue la pregunta que Cristo hacia los discípulos ¿como no confían en mi?

B. Cuando los discípulos acuden a reclamarle a Jesús acerca de si no le preocupaba que fueran a morir, Jesús se levanta y ordena al viento y al mar tranquilizarse y así sucede. Ellos se sorprenden, habían olvidado los milagros que habían presenciado.

Pero mas importante aun, estaban olvidando que consigo iba el hijo de Dios y que él en todo momento estaba en control de la situación, y no solo de la situación de la tormenta sino de la situación de su vida porque al final del día era por eso que todo eso estaba ocurriendo. Porque debía haber cambios, crecimiento y de todo eso Dios tiene el control porque nace de su corazón.

C. Cuando vemos los problemas a lo lejos, confiar en Dios y que el tiene el control es sencillo. Cuando los problemas están entrando a nuestra vida y están golpeando con fuerza es mucho mas complicado tener fe de que Dios tiene el control.

Pensamos que si tuviera el control los problemas tendrían que haberse detenido antes de golpear nuestra vida, pero no es así. Están golpeando y lo hacen tan fuerte que olvidamos esta realidad: “ Él tiene el control de la tormenta”. Eso no cambia, ya sea que la tempestad este a lo lejos o este dentro de nuestra barca, él sigue teniendo el control.

D. Confiar en Dios, tener esa convicción en Él  a pesar de que nuestra vida se este hundiendo va a ser el reto que nosotros tendremos que llevar a cabo, calmar la tormenta, ese es asunto de Dios.

Aplicación:

Necesitamos entender algo que aunque es simple no significa que sea sencillo de aplicar: Nuestra fe en Dios no puede ni debe ser circunstancial. Es decir “si las cosas van bien confió en Dios pero si van mal tal vez no lo haga tanto”; no es el pensamiento correcto.

Este será el reto personal que tendremos, puedo asegurar algo, Dios va a actuar pero no podemos evitar lo que nos corresponde hacer a nosotros y esto, es tener, una firme convicción de que él va a actuar.

Conocemos la historia y sabemos que esa barca no se hundió, que el mar y el viento se calmaron y que en el momento preciso Jesús actuó. Los discípulos no sabían el desenlace, nosotros no sabemos el desenlace de las tempestades que azotan nuestra vida. Pero el que si sabia que pasaría, y que hoy en día sabe que pasara es Jesús, y el mismo Jesús  que iba en esa barca con ellos, es el mismo Jesús que va en nuestra barca hoy por hoy.

Conclusión:

¿Por qué confiar en Dios? Porque:

  • Lo que esta sucediendo nos esta transformando según su voluntad
  • Él esta en nuestra vida y mientras permanezca ahí la tormenta no nos hundirá
  • Tiene el control de cada detalle.

© Jonathan Marin Cano. Todos los derechos reservados.

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